martes, 17 de junio de 2025

Diario. Martes, 17 de junio

 La Torre

martes, 17 de junio de 2025


He pasado la mañana en La Torre. ¿Holgando? Sí. 

Por ejemplo, he terminado la lectura de Tú y yo. Cómo gestionar la relación de pareja, y del segundo libro de Samuel. 

Por ejemplo, he paseado durante una hora oyendo un podcast de Rompiendo el molde.

Por ejemplo, he hablado con una novia que se casa en agosto y que no encuentra ninguna parroquia en la que se den cursillos antes de agosto. 

Por ejemplo, he coordinado la «Operación Palio» poniendo en contacto a la experta en armar el palio para el Corpus con Iván, el belga, que le abrirá los locales y la iglesia a las ocho y media de la noche.  



He comido en Torrellano. ¿Todo a pedir de boca? Sí. 



16:15

Salgo para San Miguel. 

17:00

Llego a San Miguel y hago la visita al Santísimo. 

Quito el cubremantel del altar, lo doblo —¿cuidadosamente? sí— y lo pongo en la credencia. Registro el misal y lo pongo en el altar. Registro el libro de la sede. Registro el leccionario. Registro el libro de la oración de los fieles. Llevo al altar el cáliz, las vinajeras y el lavabo. Pongo la caja de la llave del sagrario cabe el sagrario. 

Mientras tales cosas hago, fantaseo: si el obispo, por mis pecados, me prohibiera ejercer el ministerio sacerdotal, le rogaría que me emplease como sacristán sin sueldo en San Miguel.

17:25

Enciendo dos velas cabe el sagrario, doy el primer toque de misa y me instalo en el confesonario con aire acondicionado y todo. Como ya la tarde es imparable, rezo vísperas. 

17:45

Salgo del confesonario, voy a la sacristía, doy el segundo toque de misa y vuelvo al confesonario. 

Empiezo a leer un libro de Paloma Pía y Gasset sobre Gaudí. 

17:55

Salgo del confesonario. Apago las velas del sagrario y enciendo las del altar con la segura conciencia de que Dios y los santos del Cielo no solamente me miran fijamente sino que me aplauden. Muy satisfecho por ese minuto de gloria, doy el tercer toque de misa, y me revisto.

18:00

Empieza, puntualísimamente, la misa votiva de los santos ángeles porque es martes. 

18:30

Termina la misa y acabo de coordinar la «Operación Palio» con Iván y doña Nati. Ambos han venido a misa. Ruego a Iván que acompañe a doña Nati hasta su casa poniéndose a la derecha de ella y ofreciéndole su brazo izquierdo. A doña Nati le ruego que entregue a Iván las llaves de la iglesia. 

Salgo para Los Montesinos oyendo a Quintana Paz en El camino hacia la fe.

19:00

Empieza puntualmente la misa exequial de Pepe en Los Montesinos. 

19:35

Salgo para La Torre oyendo a Quintana Paz, el sagaz. 

A unos diez kilómetros de la primera salida de Alicante hay un atasco monumental. Como no tengo prisa y como, a más a más, estoy disfrutando con la elocuencia de QP, bendigo a Dios por el atasco y por  el día. 

20:40

Un trayecto que podría hacerse en cuarenta y cinco minutos me ha llevado una hora y piquito. Llego a La Torre. ¡Bendito sea Dios!

Diario. Lunes de junio

La Torre

lunes, 16 de junio de 2025


5:00

Suena el despertador. 

6:03

Salgo para el hospital. El GPS me dice que llegaré a las 6:46.

Pongo la COPE, oigo el monólogo de Herrera, apago la radio y pongo mi lista de poemas. a

6:45

Aparco en el hospital. Robert Hirsh está recitando Ophélie, de Rimbaud. Nada mejor para empezar la jornada de buen humor. 

Me da tiempo a preparar el altar para la misa por las almas del purgatorio y a rezar el oficio de lectura y las laudes. 

7:40

Empieza, puntualmente, la misa. 

8:15

Después de recogerlo todo, me siento para mirar fijamente al sagrario. 

8:45

Salgo para San Miguel. Pongo Onda Cero. Están emitiendo unos anuncios muy interesantes. Cuando terminan los anuncios, apago la radio y vuelvo a mi lista de poemas. 

9:20

Aparco en San Miguel. Sir Michael Caine está recitando If, de Kipling. 

Subo a la sacristía y, en una bolsita que me dieron en la farmacia, meto las colectas del fin de semana de Torremendo y de San Miguel: 23,15 y 70,10. Me froto las manos como hacen los avaros. Voy a la casa abadía y cojo el ejemplar de La tierra baldía entre cuyas páginas guardo las libretas de ahorro de las parroquias y del cementerio parroquial. 

Voy al banco. Hay cola. ¿A quién le importa? En la Caja Rural hay aire acondicionado, una sala de espera bien cómoda y un dispensador de agua fresca que a mí se me antoja Fontefrida:

Fontefrida, Fontefrida,

Fontefrida y con amor,

do todas las avecicas

van tomar consolación,

sino es la tortolica

que está viuda y con dolor.

Me pongo a leer La tierra baldía, con sus notas y todo. Llevo haciendo esto desde los dieciocho años o así. Cada vez entiendo menos y disfruto más. 

10:30

Me siento en el confesonario. Tercia. 

Llega un penitente que había pedido hora. Muy bien. 

11:00

Segunda misa por las almas del purgatorio. 

11:30

Joan me aborda en la sacristía para explicarme que ha quedado a las doce en el JJ con Jorge, el hermano de leche de Wilder. Se pregunta si yo, en mi calidad de políglota, puedo asistir a la reunión para hacer de intérprete. 

Miro el reloj. Calculo que me da tiempo de ir a cortarme el pelo en «Nuevo Stylo. Since 1927» y de llegar a las doce al JJ para traicionar a Joan —nacida en Irlanda— y a Jorge, de Medellín. 

12:05

Llego al JJ. Encuentro a Joan y a Laura sentadas cabe una mesa y tomando café. Jorge no ha llegado. Pido disculpas por el retraso y a ellas les da la risa. Aprovecho para proponer que recemos el Ángelus. Lo hacemos —discretamente— en latín. Están ellas diciendo «amén» cuando llegan, al mismo tiempo, Jorge y la camarera. Me felicito por esa sincronía.

Hago las presentaciones. Jorge saluda a Joan y a Laura y pide a la camarera un jugo de piña. Yo pido un agua con gas. 

Joan, Laura, Jorge y yo guardamos silencio hasta que la camarera del JJ está muy lejos. Solamente entonces empezamos a hablar por los codos. 

12:30

Nos despedimos de Jorge que tiene que volver a su trabajo sin excusas ni pretextos pero, antes, le pregunto que si puedo invitarlo a comer. 

Acepta mi invitación y quedamos en que vendrá a recogerme en la puerta del JJ a las dos. 

Entonces me despido de Joan y de Laura y llamo a doña Nati para rogarle que me disculpe porque no iré a comer con ella. Doña Nati, por supuesto, se monda. 



14:10

Jorge viene a recogerme con diez minutos de retraso. 

No importa; yo soy paciente y él tiene más de una buena excusa para llegar tarde. 

Vamos a comer a El Prado y nos atienden, como siempre, maravillosamente. 

Entonces, Jorge —hermano de leche de Wilder— empieza a hablarme de su vida. 

Por cada cosa que él me cuenta imagino yo un diario que nadie escribirá. 


15:45

Nos despedimos porque, a las cuatro, él tiene que estar laburando de nuevo. 

Y yo tengo que celebrar misa en Los Montesinos a las 20.00


21:00

Vuelvo a La Torre. No estoy fatigado, la verdad. 

Ante todo me apetece contar cosas. Escribo esto.

domingo, 15 de junio de 2025

Diario. Domingo de la Santísima Trinidad

 La Torre

domingo, 15 de junio de 2025


8:00

Oficio de lectura y laudes.

Me siento para escuchar una piadosa meditación. 

9:00

Salgo para Torremendo. Voy oyendo Camino de servidumbre, de Hayek.

10:00

Misa de la solemnidad de la Santísima Trinidad. 

Breve —y última— catequesis. 

11:15

Salgo para San Miguel. Aparco en la calle porque si meto el coche en el garaje no puedo abrir el maletero. Abro el maletero y saco once  de las doce botellas de vino de misa que me regaló MGC. La número doce la dejé ayer en Torremendo. Dejo las botellas en la sacristía y vuelvo al coche para sacar el maletín en el que llevo, entre otras cosas, mi Mc. 

Inspecciono la casa abadía. Ya no es polvo lo que cubre los suelos, los muebles y los libros sino una fina capa de arena sobre la que uno podría tumbarse para tomar el sol. Pero hay que dejar abiertas todas las ventanas para que se sequen las humedades. 

12:00

Me instalo en el confesonario. Sexta. Leo Padre Pío. El amigo de Jesús. 

12:30

Misa de la solemnidad de la Santísima Trinidad. 

Al final, anuncio los horarios para la fiesta del Corpus y salgo a la puerta para saludar a la congregación. 

14:00

Wilder viene a buscarme, voy a buscar a doña Nati y salimos para la casa de Armin y Heidi. 

16:30

Wilder viene a buscarnos y nos devuelve a San Miguel. Doña Nati se va a su casa. 

Visita al Santísimo. 

Misterios gloriosos paseando por las capillas para combatir el sueño. 

En la casa abadía me entrego a la lectura de Tú y yo. Cómo gestionar la relación de pareja, y del segundo libro de Samuel. 

18:00

Vuelvo a la iglesia y me siento para mirar fijamente al sagrario rodeado de ventiladores.

18:40

Vísperas. 

19:15

Salgo para La Torre. 

20:00

Me preparo una cena ligera y escribo esto.

sábado, 14 de junio de 2025

Diario. 13 y 14 de junio de 2025

 La Torre

viernes, 13 de junio de 2025


5:30

Suena el despertador. 

6:30

Salgo para el hospital. En la radio siguen hablando de los picaruelos del PSOE. Voy por la carretera de la costa que atraviesa las salinas de Santa Pola pero no es un día para disfrutar del paisaje porque anda todo envuelto en brumas. 

7:15

Me da tiempo a preparar el altar y a rezar el oficio de lectura antes de misa. 

7:40

Primera misa de la memoria de san Antonio de Padua, doctor de la Iglesia cuyos sermones, llenos de doctrina y unción, hacían enmudecer a los cátaros. 

Después de misa llevo la comunión a Dulce, pero Dulce no está. Pregunto a la enfermera de planta y me dice que le dieron el alta ayer. Me felicito y le mando un wasap. 

Después, recojo el altar, preparo todo para la misa del lunes y vuelvo a San Miguel. 

9:00

Me siento para mirar fijamente al sagrario.

Laudes. 

Voy a inspeccionar la casa abadía. Wilder ha amontonado sacos de cemento y herramientas en perfecto orden a lo largo del pasillo. Todo —mesas, sillas, estanterías, libros— está cubierto de una espesa capa de polvo.  No importa. Además, el polvo es hermoso. 

10:55

Vuelvo apresuradamente a la iglesia para misa. Me aborda un penitente: que si puedo oír su confesión. Nada más fácil. 

11:05

Empieza con cinco minutos de retraso la segunda misa de la memoria de san Antonio de Padua que no era de Padua sino de Lisboa a menos que se le aplique el dicho según el cual no es uno de donde nace sino de donde pace. 

11:45

En la sacristía, Joan y Laura me presentan a Laura2. Laura2 nació en Nueva York con su hermana gemela Elizabeth. Conoció a Laura en Montana y se hicieron amigas. Es enfermera y ha venido a San Miguel desde Nueva York solamente para ver a Laura. 

Joan, Laura y Laura2 me preguntan que si puedo ir a tomar un café con ellas. Les digo que mi agenda está repleta hasta las 13:15 pero que a esa hora, si vienen a buscarme, puedo invitarlas a comer en un sitio que yo me sé. Convenimos en ello. 


13:14

Llego a la puerta del garaje donde he quedado con Joan, Laura y Laura2. Me están esperando en el coche de Joan. Saludo, me siento en asiento del copiloto y les muestro el reloj de mi iPhone que marca las 13:15. Aplauden al unísono mi Mediterránea puntualidad. Salimos para Bigastro. 

Comemos en el La Esquina. Ensalada, pulpo y salmón porque es viernes. Pregunto a Laura2 si, por ventura, tiene ancestros alemanes. Se ilumina su rostro pálido con un rubor y con una sonrisa. Se iluminan sus ojos (tiene dos) con sendos destellos y dice: «Mi padre es alemán y mi madre es polaca». 

Miro a Joan y a Laura como diciendo: «¿No merece un aplauso mi perspicacia?». Joan y Laura, que me conocen, me dedican un cálido aplauso que yo recibo bajando los ojos, como hacen los santos. Laura2   pregunta que cómo lo he adivinado.

Yo: «No lo he adivinado, lo he leído en tu rostro». 



22:00

Estoy de vuelta en La Torre. He terminado la lectura de Introducción a la religión griega, del profesor don Ángel Ruiz Pérez. He encendido las luces del jardín y de la casa porque vienen Cristina —¡oh, Cristina!— y Antonio de Padua. He escrito esto. 


La Torre

sábado, 14 de junio de 2025


8:00

Oficio de lectura y laudes.

Me siento para escuchar una piadosa meditación. 

9:00

Salgo para San Miguel. 

Me da tiempo a poner una lavadora y a saludar a Jorge, que sigue agujereando la casa abadía, antes de sentarme en el confesonario. 

11:00

Misa.

11:45

Preparo todo para el bautizo que va a hacer el archidiácono. 

Voy a los locales parroquiales con JM y P que quieren charlar conmigo. Me dedican y regalan cinco libros. 

13:30

Nos despedimos.

Sexta.

Voy a comer a casa de doña Nati con Eva y Miguel. 

15:00

Visita al Santísimo. 

Misterios gozosos paseando por los altares laterales. 

Me siento para mirar fijamente al sagrario. 

16:00

Voy a la casa abadía y tiendo la ropa.

Empiezo a leer Tú y Yo. Cómo gestionar la relación de pareja, uno de los libros que me han dedicado y regalado JM Zavala y Paloma Fernández. 

17:55

Mensaje del archidiácono: que lo ha dejado todo preparado para la misa. Me sobresalto al recordar que hoy tengo que celebrar a las seis en Torremendo. Ruego al diácono que avise a la congregación de que llegaré con retraso. 

18:15

Empieza, con quince minutos de retraso, la misa por Enriqueta. Pido perdón por el retraso antes de empezar la misa, al empezar la misa y al terminar la misa. La paciente congregación sonríe. 

19:00

Salgo para San Miguel. 

Me da tiempo a recoger la ropa que dejé tendida. 

20:00

Tercera misa del día. 

21:00

Salgo para La Torre pasando por Más y Más. 

22:00

Llego a La Torre. Me reciben Cristina, san Antonio de Padua, Carlota y Javier. Me invitan a unirme a su cena. 

22:30

Nos despedimos y me retiro para escribir esto.