martes, 4 de febrero de 2025

Diario. Martes, 4 de febrero de 2025

San Miguel de Salinas

martes, 4 de febrero de 2025


Misa votiva de los Ángeles porque es martes.



Más ángeles


Zakaría me ha ayudado a guardar las cajas con los adornos navideños que aún estaban apiladas en la sacristía. 

Wilder ha arreglado la cerradura de mi Lamborghini que estaba averiada. 



Por la mañana leo este versículo en el siempre me detengo:

Uno de los servidores que estaba allí dio una bofetada a Jesús, diciendo: -¿Así es como respondes al sumo sacerdote? (Jn, 18, 22)

Por la tarde encuentro estos versos de William Wordsworth que no se refieren a Cristo pero que se me antojan un hermoso comentario a esta escena: 

And blind Authority beating with his staff

The child that might have led him.

lunes, 3 de febrero de 2025

Diario. Lunes, 3 de febrero de 2025

 San Migue de Salinas

lunes, 3 de febrero de 2025


Hoy empieza el nuevo horario en el hospital. La misa se adelanta veinte minutos. 

6:55

Abro la iglesia. 

7:00

Salgo para el hospital. 

7:20

Preparo el altar para la misa de san Blas y me da tiempo a atender a un penitente y a revestirme.

7:40

Empieza, puntualmente, la misa. 

8:00

Termina puntualmente la misa y el doctor L entra a saludarme a la sacristía con su sonrisa de Uruguay. Está muy contento porque el nuevo horario le permite asistir a la misa. 

Recojo todo y voy a la UCI con María José, con Miguel Jr y con María para visitar a Miguel Sr que sigue en coma. Le doy la absolución, rezamos un poco y nos despedimos. 

Subo a la habitación de Anabela pero me informan de que murió antier. Descanse en paz. 

Vuelvo a la capilla. Oficio de lectura y laudes. 

Me siento para mirar fijamente al sagrario. 

9:35

Salgo para San Miguel. 

10:00

Voy al banco para ingresar las colectas del fin de semana. Me llama el doctor S. Que si puedo volver al hospital porque hay un paciente agonizando. Que tengo que celebrar a las once en San Miguel y, luego, un funeral en el tanatorio a las doce. Que iré volando en cuanto termine. 

11:00

Segunda misa de san Blas. Bendecimos los caramelos de san Blas: mano de santo para la garganta. 

12:00

Funeral de Ismael en el Tanatorio. 

13:00

Vuelvo al hospital. 

Francisco tiene ochenta y cinco años. Su amable esposa tiene noventa y dos. Tienen dos hijos gemelos. Francisco está agonizando. Lo acompañan su hijo Luis y su nuera Ana María. Son muy simpáticos. Doy la absolución y la unción a Francisco. Luego charlo largamente con su nuera y con su hijo. Ya somos amigos. 

14:30

Llego a comer a casa de doña Nati. Está con Gracia y con José María. Me llaman Fátima y Jose. Que si podemos vernos en Los Montesinos a las cinco y cuarto. Que sí. 

15:15

Nos despedimos. Visita al Santísimo. 

Voy a la casa abadía y me siento en un sofá, con una manta en las piernas, para trastear en las RR SS

Me tumbo en el sofá. Me tapo con la manta. 

Cuando me despierto, mi iPhone está en el suelo. 

16:15

Misterios gozosos. 

Lectura del evangelio. 

16:50

Salgo para Los Montesinos. 

17:10

Llego a la plaza de Los Montesinos cinco minutos antes de la hora en que había quedado con Fátima y Jose pero ellos ya está allí. Vamos a un bar cercano y me invitan a un café. Charlamos. Se casan en octubre. 

17:45

Nos despedimos. Como la iglesia está cerrada, me voy al coche para hacer un rato de oración. Me llama Ana Isabel. Que me invitan a cenar. 

18:30

Tercera misa de san Blas en Los Montesinos. Bendecimos los caramelos de san Blas. 

19:00

Vísperas. 

19:40

Llego puntualmente a la casa de Ana Isabel y Wilder. Están con las niñas y con Óliver, la perra, que ya no me tiene miedo y viene a recibirme en la puerta. Les llevo nueve caramelos de san Blas y los coloco en fila en el aparador de la entrada. Camila los mira codiciosamente. 

Cenamos y charlamos largamente. Pregunto a Camila que si conoce a Moha. Me dice que sí, que todos conocen a Moha. Le pregunto que si el mejor de su clase es un chico o una chica. Se queda pensativa. Luego dice: «Un chico: Mateo». Ironizo: «¿Mateo se lo sabe todo?». Se queda pensativa y, luego se pone locuaz: «No es por eso. Nadie se lo sabe todo. Pero él es muy rápido. Bueno, no es que sea muy rápido, no es eso: es que siempre tiene los deberes hechos y hace lo que tiene que hacer». Tomo nota. 

Luego Wilder me habla de un amigo con el que pasaron el domingo. 

Luego Ana Isabel y Wilder me hablan de las cenas Alfa a las que están asistiendo los sábados en Los Montesinos. Están disfrutando y aprendiendo y creciendo juntos en esas cenas. 

21:00

Nos despedimos y voy a la iglesia. 

Completas. 

Cierro la iglesia y voy a la casa abadía. 

Divago un poco mientras me quito la ropa de abrigo y me pongo mi bata de sedas chinas. Se me ocurre que sería lindo poner una cartel en la puerta de la iglesia que dijera, con estas o semejantes palabras: «PARROQUIA DE SAN MIGUEL. TERAPIAS DE CONVERSIÓN PARA CURAS Y LAICOS. GRATIS».

Me da la risa y escribo esto.

domingo, 2 de febrero de 2025

Diario. Domingo, 2 de febrero de 2025

San Miguel de Salinas 

domingo, 2 de febrero de 2025


De mañanita, oigo la charla de don José Ignacio Munilla intitulada Jesús no fue un yogui


10:00

Torremendo. Tercera misa de la Candelaria. 

11:00

Los Montesinos. Cuarta misa de la Candelaria. 

12:30

San Miguel. Quinta misa de la Candelaria. Siempre me hace gracia, de esta fiesta, el contraste entre el anuncio de lo que parece la llegada de un Rey que vendrá subido en un elefante —¡Va a entrar en Rey de la Gloria! Portones, ¡alzad los dinteles!— y lo que encuentra Simeón cuando —impulsado por el Espíritu— corre al templo para contemplar la entrada de ese Rey glorioso largamente esperado: un bebé. 

14:30

Voy a comer a casa de doña Nati.


Encuentro en X este poema de Jesús Cotta publicado por Rialp en Dios en la poesía actual


ARGUMENTUM CARDIOLOGICUM 


NO puedes no existir. Qué dirán erigidas a un vacío las cúpulas, 

dónde apuntan entonces las torres de Gaudí, 

qué demuestran las Vías, para quién las tocatas, 

la Pietá, los iconos, los cantos de los mártires. 


Di dónde irán los muertos, dónde el conde de Orgaz, 

por quién estará llorando aún la Macarena 

y el tañido de cien millones de campanas, 

para qué las pirámides y para qué el cometa 

que guió a los Reyes Magos. 


Qué sugestión sufrieron Juan Diego y Bernardette 

y san Juan de la Cruz, qué arrebató a los místicos, 

qué hacía un neandertal enterrando a su amada, 

en qué estaba pensando el desgraciado. 


Y, sobre todo, si no existes, 

qué dirá mi valquiria, mi ángel de la guarda, 

y Homero y Gilgamesh y Adán cuando se enteren, 

qué pobres girasoles girando en torno a nada.



Hoy he terminado la lectura de Caminando por Valles oscuros, regalo de Reyes (Magos). ¡Gracias!


En El diario de la felicidad, Steinhardt cita En la colonia penitenciaria, de Kafka. Interrumpo la lectura de Steinhardt para leer el relato de Kafka. 


«El principio según el cual yo decido es: la culpa es siempre indudable. Otros tribunales pueden no seguir este principio, puesto que constan de varios miembros y tienen además por encima de ellos a otros tribunales todavía más importantes. Éste no es aquí el caso (…) Quería usted que se le explicara este caso; es muy sencillo, como todos. Un capitán ha puesto la denuncia hoy por la mañana en la que se acusa a este hombre, que le ha sido asignado a él como asistente y duerme ante su puerta, de haberse quedado dormido durante el servicio. Tiene el deber de levantarse cada hora y saludar ante la puerta del capitán. Deber nada difícil, ciertamente, pero muy necesario, puesto que el asistente tiene que mantenerse fresco tanto para la vigilancia como para prestar servicio. El capitán quiso comprobar la pasada noche si el asistente cumplía con su deber. Abrió la puerta al dar las dos y lo encontró acurrucado durmiendo. Cogió la fusta y le cruzó la cara. Ahora bien, en lugar de levantarse y pedirle perdón, el hombre agarró a su superior por las piernas, lo zarandeó y le gritó: «¡Deja ese látigo o te devoro vivo!». Éstos son los hechos. El capitán se presentó ante mí hace una hora, le tomé declaración y enseguida dicté la sentencia. Después hice encadenar al hombre. Todo fue muy sencillo. Si hubiera tenido que citar primero al hombre e interrogarlo, lo único que hubiera conseguido es enredarlo todo. Él habría mentido, y si yo hubiera conseguido desmontar sus mentiras, las habría sustituido por nuevas mentiras, y así sucesivamente. Pero ahora lo tengo y ya no lo soltaré nunca. ¿Está ahora todo aclarado?



También interrumpo a cada paso la lectura de Mil ojos esconde la noche, para consultar en la Wiki las biografías de los personajes que desfilan por sus páginas.

sábado, 1 de febrero de 2025

Diario. Sábado, 1 de febrero de 2025

 San Miguel de Salinas 

sábado, 1 de febrero de 2025


10:30

Dos penitentes. Muy bien. 

11:00

Misa de Santa María en Sábado en San Miguel. 

12:00

Bautizo en San Miguel. El padre del bautizando es escocés y viene vestido con la falda de su clan. Muy bien.

13:30

Voy a comer a casa de doña Nati. 

17:00

Misa de la Candelaria en Torremendo. 

18:00

Segunda misa de la Candelaria en San Miguel. 



Joan me manda este divertido poema que le recitaba su madre:


"If I were a Lady" by Percy French (1854 ~ 1920)


If I were a lady I’d wear a hat,

That all the street would be lookin’ at.

I’d have a ladies maid, do ye mind,

Who’d button an’ fasten me dress behind.

A dress that was made o’ the finest satine,

None of yer bits of bombazine.

An’ the girls would envy and grind their teeth,

As they heard it rustlin’ underneath.


If I were a lady, but sure I’m not,

These oul' rags are the decentest things I’ve got.


If I were a lady, I’d drive to the play

And I’d lift up me opera glasses and say ...

"Oh, I’ve seen this silly review before,

The leading lady’s an awful bore,

Lets all get up when she starts her song,

And go and eat cakes in a restaurant."

Then a powder puff on me nose I’d dab,

An’ drive off home in a taxi cab.


If I were a lady, but sure I’m not,

For a ticket to the gallery is all I’ve got.


If I were a lady, a regular swell,

With a hairy boa and a silk umbrell,

'Tis me that’d walk into the Shelbourne Hotel

And order me dinner, "Some pork an’ beans,

And whatever you’ve got in them soup tureens.

Both the sweets an’ a hunk of cheese,

Oh, an’ a bottle of porter if you please."

Then I’d call for me bill, and settlin’ it,

I’d hand the waiter a thru'penny bit.


If I were a lady, but sure I’m not,

My dinner comes out of a stirabout pot,


Still, there’s an awful lot of show an’ sham

Maybe I’m better off the way I am!”



19:40

Me preparo una cena ligera. 

20:30

Voy a visitar a doña Nati. 

Samira me pregunta que si he cenado y le digo que sí, que gracias. Entonces se va a la cocina para prepararle una cena a doña Nati y yo empiezo a preguntarle cosas a mi doña Nati. Y mi doña Nati me va contando cosas de su infancia —muy interesantes— y de sus estudios y se pone especialmente locuaz cuando llega el capítulo de su vida en el que aparece un joven de San Miguel que es sensible a su simpatía y que se llama Paco. 

Samira trae a doña Nati, en una bandeja, una cena ligera y sabrosa y me acuerdo de los versos de Joan:

And order me dinner, "Some pork an’ beans,

And whatever you’ve got in them soup tureens.

Doña Nati —que, desde que llegué no ha parado de tejer una bufanda amarilla, roja, verde y azul— deja a un lado su labor y empieza a cenar despacito sin dejar de hacer el cuento de su vida. A veces cierra los ojos como para recordar, mastica un pedacito de jamón y me dice: «Paco me escribía una carta cada día». 

Le pregunto que dónde están esas cartas me sonríe y me dice: «Las quemé todas». 

Yo, pesadísimo: «¿Donde están las cartas que tú le mandabas a él». 

Y ella: «Cuando nos casamos se las pedí y me las dio sin rechistar. Las junté con las que él me había escrito y las eché todas a la misma estufa». 

21:30

Nos despedimos. 

Está lloviznando en la calle. 

La iglesia está tibia porque se nos ha olvidado apagar las estufas. Las apago. 

Completas. 

21:45

Vuelvo a la casa abadía que está helada. Me siento ante mi Mac con una manta de lana amarilla, roja, verde y azul que tejió para mí doña Nati. 

Escribo esto.