sábado, 8 de marzo de 2025

Diario. Sábado, 8 de marzo de 2025

 San Miguel de Salinas

sábado, 8 de marzo de 2025


11:00

No se puede celebrar la misa de Santa María en Sábado, pero se puede cantar la Salve al final muy solemnemente. Eso hacemos. 


14.00

Doña Nati me invita a comer al mesón El Prado con Gracia y José María. 


18:00

Misa de víspera. 



Marcos Nogales hace el inventario de los bienes heredados de sus abuelos: 

Un puñado de fotos, su vajilla,

un reloj y un rosario de gestos

que prorrogan su vida en la mía. 



20:30

Voy a casa de doña Nati. La hallo haciendo punto y viendo —con Gracia y José María— un campeonato de billar. Me invitan a un güisqui. Una parte de DYC y dos de agua, por favor. A las nueve empiezan las noticias. Buenas noticias: llueve por toda Españita. 



Estoy enganchado a Hillbilly,de J.D. Vance. Es uno de los libros que me ha regalado graciosamente ARdA. Me parece un prodigio de literatura USA que alcanzan la altura de Jack London, por ejemplo. 



Las tentaciones son tres: 

Primera: ¿Estás triste? ¡Come gambas, hijo mío! 

Segunda: ¿No te hacen caso ni en casa? Sé flexible, inclínate un poquito ante mí y verás como todos te adoran. 

Tercera: Vive como si Dios no existiera pero confiando mucho en su omnipotencia misericordiosa. 


Las respuestas de Jesús.

Primera: No solo de gambas vive el hombre. 

Segunda: Si tú, amable diablo, fueras algo flexible, andarías adorando a Dios. 

Tercera: La omnipotencia misericordiosa de Dios ha decidido dejar que tú y los tuyos sigáis viviendo en el infierno como si Dios no existiera por los siglos de los siglos.

viernes, 7 de marzo de 2025

Diario. Viernes, 7 de marzo de 2025

 San Miguel de Salinas

viernes, 7 de marzo de 2025


7:40

Hospital. Primera misa y conmemoración de las santas Felicidad y Perpetua. 


10:00

Consulta con mi médico de cabecera. Sorpresa: es una doctora. Muy joven y amable, por cierto. Estudia los resultados de los análisis que me hicieron en enero. Al parecer todo está muy bien. Quizá falte un pelín de vitamina D, «la del sol», dice, y me explica que hace falta para evitar la descalcificación. Y teclea en su ordenador y me anuncia que acaba de dar órdenes a todas las farmacias del Reino de Valencia para que —sin excusa ni pretexto— me entreguen cinco pastillas de vitamina D. 


10:30

Voy a la farmacia de El Paseo. La farmacéutica está charlando con Bernardo. Alcanzo a oír: «eres un poco caparrita». Y repito en voz alta esa palabra nueva para mí: «caparrita». Bernardo y la farmacéutica se vuelven sonriendo hacia mí. Ella me explica que «caparrita» es el diminutivo de «caparra», sinónimo de «garrapata». 

Luego presento mi tarjeta de la Seguridad Social. En el ordenador de la farmacia aparece la orden de mi médico de cabecera. Me entregan, sin excusa ni pretexto, cinco pastillas de vitamina D. Tengo que tomarme una cada mes. Tengo que pagar dos euros y treinta centavos. Una ganga. 


11:00

San Miguel. Segunda misa y conmemoración de Felicidad y Perpetua. Canon Romano. Recuerdo a Paco que cumpliría hoy noventa y cuatro añitos. 



En Preguntas incómodas el poeta ayuda a su hijo a hacer un árbol genealógico. Enseguida, claro, él mismo necesita la ayuda de su madre:

Descuelgo el teléfono, llamo a mamá: 

Julia y Alfredo; Ángel y Amparo,

los de tu padre te los escribo luego. 

Pero el niño, implacable, sigue preguntando y resulta que el poeta no sabe y que su madre ha olvidado. Y ahí queda el árbol truncado:

El árbol, sin terminar, ya está acabado

por raíces que olvidaron sus ramas

y veo ante mis ojos mi futuro más lejano:

estoy condenado a convertirme 

en un rectángulo lleno de silencio. 


14:00

Doña Nati ha preparado una sopa de pescado y verduras porque es viernes de Cuaresma. Recordamos a Paco que cumpliría hoy noventa y cuatro añitos. 



20:00

Via Crucis en la iglesia. Estamos allí: Gloria, Rita, Teresa, Zvignev —el polaco— y yo. En la cuarta estación se nos unen Carmen y Manola. Allá por la sexta estación se nos unen Delia y Maruja. 

Luego Teresa me dice que va al restaurante El prado para la cena de mujeres. Espero que recuerden que hoy es día de abstinencia. 


21:00

Me preparo una cena ligera a base de pan y queso porque es viernes de Cuaresma y hay que abstenerse de comer carnes.

jueves, 6 de marzo de 2025

Diario. Jueves, 6 de marzo de 2025

 San Miguel de Salinas

jueves, 6 de marzo de 2025


En las ferias de Cuaresma no están permitidas las misas votivas. Como no ha venido Joan, me pongo a preparar el altar. Llega Bernardo gimiendo y llorando como alma en pena, se arrodilla en el comulgatorio  y:

—San Francisco Javier, ¿a qué hora es la misa?

—A las once, Bernardo. 

—Y ¿qué hora es?

—Son las diez.

—¿Las diez?

—Sí, las diez. 

—No se vaya nunca, san Francisco Javier. 

Bernardo se aleja arrastrando los pies y sale de la iglesia. Entonces llega Teresa y yo me instalo en el confesonario con Salto de fe. Releo el primer poema que me tiene sonriendo desde que lo leí ayer. Imagino así la cosa: 

En la escena un poeta y su Ella, la más hermosa Dulcinea. Ella toda ojos —¡qué ojos, por cierto!— y él henchido de amor y de lirismo y de doctrina adquirida  en 

AÑOS de lectura y estudio,

de estar atento a lo que pasa.

Entonces él se pone a recitarle sus versos a ella. (Nosotros, los poetas de toda la vida, podemos ser bastante intensos. Yo mismo, ahora que lo pienso, quise fascinar a una muchacha declamando ante ella la dedicatoria de las Soledades de Góngora al duque de Béjar. Ya estoy divagado). 

En el centro del poema —como un dardo en el centro de la diana— pone el poeta la palabra de Ella: No está mal el poemita. 



Teresa ha provocado una especie de incendio en torno al sagrario encendiendo allí doce velas. Entonces, de esa zarza ardiente sale Dios y empezamos a cantar el Pange lingua porque es jueves. 


Misa a las once. Ahora, Señor… etc. 



Salgo para La Lloseta porque es jueves. 

Después de tantos días de lluvia fina, el campo está glorioso. 

Estoy por decir que no parece Alicante este paisaje verde y florido. Estoy por decir que esa tapia cubierta de esparragueras y de mimosas es un sueño. 

Pero no estoy soñando. Creo que Dios me está diciendo que algún día mi alma amojamada —zas— se llenará de vida. 



De vuelta a San Miguel encuentro en la iglesia a la Dama Triste. 

Charlamos un rato y pide confesión. 

Charlamos otro rato y pide comunión. 

La dejo arrodillada ante el sagrario. 



21:30

Toca cerrar la iglesia. 


miércoles, 5 de marzo de 2025

Diario. Miércoles, 5 de marzo de 2025

 San Miguel de Salinas

miércoles, 5 de marzo de 2025


7:00

Ayer se me quedó lo de las «sospechas de primavera» que leí —creo— en un tuit de don EGM. Vuelvo a recordarlo ahora, cuando cruzo El Paseo de camino hacia la iglesia y me sorprende —¡oh!— el canto de cierta avecilla. 

7:20

Llego al hospital con el tiempo justo para preparar el altar y —en una credencia— la ceniza, el hisopo, el lavabo y un cuenco con un limón. 

Enciendo las velas del altar, me revisto y salgo de la sacristía a las 7:39, un minuto antes de lo anunciado. Sé que en Japón podrían denunciarme —con razón— por esta impuntualidad imperdonable. No importa. 

En la homilía breve hago una encendida defensa de la palabra «limosna» y de la limosna. 

La misa termina a las 8:04. Todos los médicos que empiezan a trabajar a las ocho van a llegar cinco minutos tarde. Doy gracias a Dios porque el director del hospital no es japonés. 



Odio ser prolijo en Cuaresma pero tengo que registrar esto:

Al salir de la UCI se me acerca M muy contenta porque ha podido estar en misa y ha recibido la ceniza. Estamos en ello cuando se nos une S, amiguísima de M. Le digo que la hemos echado de menos en misa. S se inclina —es tan alta como las Torres Gemelas— y me dice, como en confidencia: «Padre, me he dormido». 



Son las diez y media cuando salgo del hospital. 

Son las once o así cuando llego a San Miguel. 


Como es día de mercado y no tengo que celebrar misa de once, aprovecho para pasear por el mercado embozado y encapuchado  en plan montaraz. 



Cuando voy a comer a casa de doña Nati encuentro allí un convoluto de Amazon. 

Rasgo y rompo, impaciente y violentamente, el convoluto y encuentro allí —¡oh!— un librito mínimo que es como un bebé poeta. 

No es un libro expósito. Su padre, Marcos Nogales, lo ha reconocido y le ha dado un nombre: «Salto de fe». 



19:00

Empieza, puntualmente, la misa en San Miguel. Canta el coro y todo va sobre ruedas. 



20:15

La misa en Torremendo empieza con quince minutos de retraso. Nadie protesta por el retraso. Y no es porque no tengan nada que hacer, no. Es porque no son japoneses. 


22:00

Sí, he rezado completas. 

Sí, he cerrado la iglesia. 


Diario. Martes, 4 de marzo de 2025

 San Miguel de Salinas

martes, 4 de marzo de 2025


8:00

Abro la iglesia. Oficio de lectura y laudes. Luego me siento para mirar fijamente al sagrario. 

9:00

Me encierro en el confesonario con el Mc y el Romancero viejo. 

Reviso el correo. 

Me llaman del obispado. 

10:00

Llega Joan. Llega Bernardo. 

Un penitente. 

Tercia. 

11:00

Misa de la memoria de san Casimiro. 

Después de la misa invito a Joan a tomar un café. Vamos al JJ y charlamos. Luego la acompaño hasta su coche con una bolsa de naranjas de La Torre. 

Nos despedimos y voy a correo. Tengo que mandar un paquete a Alcalá de Henares y tengo que recoger dos paquetes que me llegan de dos misteriosos remitentes. 

La nueva funcionaria de Correos es de Murcia, muy simpática. 

En uno de los paquetes vienen una tarjeta de ARdAyD y tres libros: 

1. Un ejemplar de Ejecutoria. ¡Otro!

2. Figurantes.

3. Hillbilly. 

Vuelvo a la casa abadía y agradezco a ARdAyD el regalazo. 



He invitado a cenar a Ana Isabel, a Wilder y a la niñas. Han venido a las ocho. Después de cenar hemos leído otro capítulo de El rey Matías. Nos hemos despedido a las nueve. Ellos se ha ido a su casa y yo he ido a la iglesia para rezar completas y despedirme de san José.