domingo, 3 de abril de 2022

Perdonar

 domingo, 3 de abril de 2022

¿Qué es perdonar? 

Perdonar es seguir queriendo y seguir haciendo el bien a quien nos ha hecho algo malo. 

Dios es amor y el amor lo perdona todo. 

Nosotros no somos Dios pero somos hijos de Dios y Dios, nuestro Padre, está empeñado en que aprendamos a perdonar para que nos parezcamos a Él.

El domingo pasado, Jesús nos contaba la parábola del hijo pródigo. Allí aparecían un padre buenísimo, imagen de Dios, unos criados obedientes, imagen de los santos, y dos hijos que lo tenían todo y que no eran felices porque ni querían a su padre, ni querían a sus criados ni se querían entre ellos. Esos hijos no querían a su padre, pero su padre sí los quería a ellos. Cuando el hijo pequeño volvió a casa su padre lo abrazó y lo besó. Y, cuando el  mayor se enfadó con su padre su padre no se  enfadó con él. 

Nosotros nos enfadamos con Dios y con nuestros hermanos. Y es normal, porque no somos Dios. Pero, a veces, cuando nos enfadamos, hacemos y decimos cosas que no están bien. Y eso no es normal, porque somos hijos de Dios y tenemos que aprender a seguir bendiciendo a Dios incluso cuando estamos enfadados con Él sin razón. 

Uno se enfada con Dios y empieza a blasfemar y a decir cosas horribles contra Dios. Otro se enfada con Dios y decide que ya no va a volver a Misa. Cuando hacemos esas cosas somos dignos de lástima y Dios nos mira con pena. 

  Uno se enfada con su hermano y ya no lo saluda por  la calle. Otro se enfada con su hermano y empieza a hablar mal de él o intenta hacerle daño y humillarlo. Cuando hacemos esas  cosas somos dignos de lástima.

¿Qué hace Jesús con los pecadores, o sea, con nosotros?

Jesús, hombre como nosotros, también se enfadaba a veces. Enfadarse no es malo. Pero en Jesús no hay pecado. Por eso Jesús nunca se enfadó con su Padre Dios, y cuando se enfadó con nosotros, los hombres,  ni se enfadó por una tontería ni nos retiró el saludo ni nos deseó ni nos hizo ningún mal. Al contrario, rezó por nosotros y nos enseñó rezar así: «perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden». 

Cuando llevaron ante Él a una mujer pecadora Jesús dijo a los acusadores: «el que esté libre de pecado, tire la primera piedra». Lo dijo para que nosotros, que muchas veces nos enfadamos por tonterías dejemos de enfadarnos por tonterías. Y lo dijo para que nosotros, que a veces, como Él nos enfadamos con razón, aprendamos a perdonar y sigamos haciendo el bien al que nos ha hecho algún mal. 

Como estamos en Cuaresma tendríamos que ir todos a confesarnos. Jesús nos dirá, como le dijo a esa mujer pecadora: «No te condeno, vete y no peques más». 

Aprenderemos a perdonarnos unos a otros. Ya no nos enfadaremos por tonterías y, cuando nos enfademos con razón, nos acordaremos de Jesús y de la Virgen María y empezaremos a tener paciencia y a hacer el bien a todos. 

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