domingo, 4 de octubre de 2020
Domingo vigésimo séptimo del Tiempo Ordinario
El cántico de la viña y la parábola de los viñadores homicidas nos hablan del amor de Dios que, despreciado por los hombres una y otra vez, a pesar de todo vuelve a ofrecerse y se abre paso en la la historia.
Dios aparece allí como el amigo que planta una viña y la cuida con solicitud; como el propietario que confía su heredad a los labradores.
La viña produce frutos amargos, los labradores se rebelan pero el amor de Dios vuelve a manifestarse en Cristo, su Hijo.
A quienes creen en Él les dice San Pablo que no dejen que nada los preocupe porque el Dios de la Paz estará siempre con ellos si ponen por obra lo que han aprendido.
Con esta confianza pedimos a Dios por intercesión de la Virgen del Rosario: danos la paz.
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Sunday, October 4th, 2020
Twenty-seventh Sunday in Ordinary Time
The Song of the Vineyard and the Parable of the Murderous Vinedressers speak to us of the love of God despised by men over and over again. But He returs to offer His Love.
God appears there as the friend who plants a vineyard and keep it carefully; like the owner who entrusts his inheritance to the farmers.
The vineyard produces bitter fruits, the farmers rebel, but God's Love manifests itself again in Christ, His Son.
To those who believe in Him, Saint Paul tells them not to let anything worry them because the God of Peace will always be with them if they put into practice what they have learned.
With this confidence we ask God through the intercession of Our Lady of the Rosary: give us peace.
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