jueves, 18 de agosto de 2022

Los santos de la puerta de al lado

El Papa Francisco ha hablado de los santos de la puerta de al lado: hombres, mujeres y niños que viven entre nosotros, como vivían Santa María y San José entre los vecinos de Nazaret, sin llamar la atención, trabajando y rezando en silencio ante la mirada de Dios. 

No pensemos solo —ha escrito el Papa— en los ya beatificados o canonizados. El Espíritu Santo derrama santidad por todas partes, en el santo pueblo fiel de Dios, porque «fue voluntad de Dios el santificar y salvar a los hombres, no aisladamente, sin conexión alguna de unos con otros, sino constituyendo un pueblo, que le confesara en verdad y le sirviera santamente». 

Ese pueblo de Dios es la Iglesia Católica. Hay en ella, como ha habido siempre, mártires y doctores,  pero el Papa nos invita a contemplar la santidad en la vida ordinaria de esos padres que educan con tanto amor a sus hijos, en esos hombres y mujeres que trabajan para llevar el pan a su casa, en los enfermos, en las religiosas ancianas que siguen sonriendo. En esta constancia para seguir adelante día a día, veo la santidad de la Iglesia militante. Esa es muchas veces la santidad «de la puerta de al lado», de aquellos que viven cerca de nosotros y son un reflejo de la presencia de Dios, o, para usar otra expresión, «la clase media de la santidad».

Hombres y mujeres, sanos y enfermos, religiosos y seglares que viven cerca de nosotros y son un reflejo de la presencia de Dios. 

¿Conocemos a esos santos de la puerta de al lado? Están entre nosotros. Si no los conocemos es posible que —entretenidos con los medios de comunicación y enredados en las redes sociales— hayamos dejado de prestar atención a esos signos de la presencia de Dios que son los santos de la calle. 

El Papa nos pide que nos dejemos estimular por los signos de santidad que el Señor nos presenta a través de los más humildes miembros de ese pueblo que «participa también de la función profética de Cristo, difundiendo su testimonio vivo sobre todo con la vida de fe y caridad»

Esos santos de la puerta de al lado no aparecen en la televisión y, si aparecieran, provocarían burlas o bostezos en el público que busca espectáculo. Sus nombres no aparecen ni aparecerán en los libros de historia pero ellos, llevando la Cruz de Cristo y siguiendo sus pasos, son la levadura que hace fermentar toda la masa.

El 9 de agosto hemos celebrado el martirio de Santa Teresa Benedicta de la Cruz, una carmelita sabia que escribió: «En la noche más oscura surgen los más grandes profetas y los santos. Sin embargo, la corriente vivificante de la vida mística permanece invisible. Seguramente, los acontecimientos decisivos de la historia del mundo fueron esencialmente influenciados por almas sobre las cuales nada dicen los libros de historia. Y cuáles sean las almas a las que hemos de agradecer los acontecimientos decisivos de nuestra vida personal, es algo que solo sabremos el día en que todo lo oculto será revelado».

Precisamente entonces, el día en que todo lo oculto será revelado, comprenderemos que Dios siempre estuvo entre nosotros y que la santidad —el más bello rostro de la Iglesia— estaba en la puerta de al lado, llenando de luz el mundo.

2 comentarios:

  1. Un papa montonero, peronista. Deseo que pronto sea relevado, irá mejor.

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    1. Irá mejor lo que decida el Espíritu Santo.
      En toda la historia, a pesar de las deficiencias del papado, El Espíritu Santo siempre sostuvo a su Iglesia.
      La Iglesia es de Cristo, y el Papa Francisco, su representante.
      Juzgar al papa con visión humana y politiquera es un tremendo error. Escuche al Papa con ojos de fe, y verá que todo lo demás es paja, mucha desinformación, y críticas malintencionadas.

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Es usted muy amable. No lo olvide.