Decía Rafael Alberti que su abuelo y esa gente de Cádiz que tiene nombres extranjeros - Domec, Osborne, Terry, Byass- llegó a Españita al olor de los vinos y engendró allí una Andalucía -muy bonita por cierto- de muchachas rubias y morenas.
Hay que ir a una boda en Jerez para saborear España.
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