jueves, 6 de enero de 2022

Comentario a «Qué es poesía»


Un mi amigo ha tenido la bondad de comentar la entradita del blog intitulada «Qué es poesía». 

Vale mil veces más el comentario que el texto comentado. 

Primero observa mi amigo que en el verso de Becquer que dice «Mientras la ciencia a descubrir no alcance /las fuentes de la vida…» hay como un eco de Augusto Compte para quien «conforme la ciencia vaya desvelando los misterios del mundo, se irán apagando por sí mismas la religión y la filosofía». 

Luego cita mi amigo a Josef Pieper que, siguiendo a santo Tomás viene a decir: «la religión (no necesariamente la revelada), la filosofía y la poesía son parientes cercanos porque tienen en común su versar sobre lo "mirandum", lo que reclama a gritos ser admirado con pausa y atención. Sólo varían en el modo de expresar esa admiración: la poesía lo hace en términos arracionales (entiéndase "emotivos" o "metafóricos"); la religión con conceptos metarracionales (algunas religiones naturales directamente con irracionalidad); y la filosofía con terminología racional».

Y concluye así: «En la Trinidad Santa sólo hay "asombro" de una Persona por las otras Dos. Nada ad extra de Dios lo asombra. El Génesis afirma que vio Dios que era muy bueno/bello (kalokagatía llamaban los griegos a esa conjunción de bondad y belleza) cuanto había hecho. Pero una cosa es contemplar la belleza y otra muy distinta asombrarse. El Padre sólo es Poeta cuando pronuncia al Verbo; el Hijo cuando contempla al Padre continuamente pronunciándolo; y el Espíritu Santo cuando experimenta el calor del Amor con que Padre e Hijo lo admiran».

Aprovecho para dejar constancia de que los versos que citaba en la entradita «No lo niegues, Señor, eres poeta / tus obran te delatan…» son de Daniel Cotta. Yo añadí de mi cosecha: «Nos hiciste a tu imagen. /Tú nos acostumbraste a la poesía». 

(Sobre la p de «Comte», ver el sagaz comentario del mi amable amigo)

1 comentario:

  1. Santo Rostro de Jaénlunes, enero 17, 2022

    Ese amigo de vd. dice que él no escribió "Compte", sino "Comte". Pese a ser un filosofo de tercera categoría (cosa distinta es la enorme influencia perniciosa que lleva ejerciendo en el atontado "mundo culto" que nos ha tocado habitar), el tal Augusto llevaba apellido nobiliario ("Comte", como vd. bien sabe, significa "conde") y no de contabilidad ("Compte", como igualmente vd. bien conoce, significa "cuenta"), dicho sea sin poner en duda la nobleza del esforzado trabajo de los contables honrados.
    Ese amigo suyo desea vivamente que Comte haya llegado al Cielo, para caer así en la "cuenta-compte" de lo equivocado que estaba. Y se lo imagina paseando gozosísimo de vez en cuando por las calles de la Jerusalén celestial con unas inmensas orejas de mulo (que no de burro, animal noble donde los haya), que le ha regalado la Santísima Virgen para que lleve carcajadas a las benditas almas del Purgatorio.

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Es usted muy amable. No lo olvide.