domingo, 18 de septiembre de 2011

Mi primera vigilia en San Miguel de Salinas.

San Miguel de Salinas está en fiestas, es la una y media de la madrugada y en la plaza del pueblo -o sea, bajo mi ventana, o sea dentro de mi propia casa- está sonando "Eres tú", no, ahora está sonando "Waterloo"... Bueno, ya he oído casi todos los éxitos desde los años 60 a acá incluyendo el "Abanibí aboebé" y algunas rancheras. Estoy contento pero no puedo dormir, y rezar Completas oyendo "Un rayo de sol" -que si no me equivoco era de Los Diablos- y "Eva María" -de Fórmula V- ha sido una experiencia nueva. Al llegar a la oración final -El señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una muerte santa- me dado -primero- una risa tonta y -luego- un estremecimiento que me ha llevado a añadir: Señor, ¿para qué quiero noches tranquilas si no tengo una muerte santa?
Por alguna razón que no alcanzo a comprender -ahora está sonando "Cruz de Navajas" de Mecano- he acabado considerando que mi devoción al Arcángel San Miguel no ha hecho sino crecer desde que -allá por los años 80- visité San Miguel de Aralar y tuve la visión -poética, claro- de un ángel robustísimo sosteniendo la Cruz como si nada en medio de un paraje nevado. Vuelvo a encontrarme con San Miguel más al Sur y hacia el Este, por la parte de Levante. No ha envejecido nada. Sostiene la Cruz -de ahí su nombre- sobre las salinas de San Miguel.
Son las dos menos cuarto. Suena otra vez Mecano: "Hoy no me puedo levantar". Es verdad, no creo que pueda acostarme hoy.