jueves, 14 de mayo de 2020
Jueves de la quinta semana de Pascua
Jornada de ayuno y oración por el fin de la pandemia
San Matías
Hoy celebramos la fiesta de san Matías, el apóstol elegido para ocupar el puesto de Judas Iscariote.
El Papa nos ha convocado a una jornada de ayuno y oración por el fin de la pandemia y, en santa Marta, en vez de proclamar la lectura de los Hechos de los Apóstoles que corresponde a este día, ha elegido el capítulo 3 del Libro de Jonás. Allí se habla de la corrupción de Nínive, de la predicación de Jonás, que llamó a los ninivitas a la conversión, y de cómo el rey de Nínive proclamó un decreto ordenando el ayuno: «vuélvase cada uno de su mal camino y de la violencia que hay en sus manos».
Como recordaba el Papa esta mañana, la peste, el hambre y la guerra siguen haciendo estragos entre los hombres. Solamente en los primeros cuatro meses de este año 2020 tres millones de personas han muerto de hambre. Además, al árbol de la ciencia médica que permite salvar tantas vidas, le salió desde el principio una rama envenenada que se ha especializado en provocar abortos y en matar a los enfermos aunque, para no emplear ese lenguaje que es duro porque refleja la realidad, nos han enseñado a llamar al aborto provocado “interrupción del embrazo” y a la muerte provocada del enfermo, “eutanasia”.
Jesús llama a sus discípulos a permanecer en su amor para dar frutos buenos. Él mismo nos advierte del destino que aguarda al cristiano y a las comunidades que, aparentemente unidas a Él, ya no permanecen en su amor porque han olvidado sus mandamientos. Y lo hace comparándolas con los sarmientos secos que el viñador corta y echa al fuego.
Una llamada al ayuno y a la oración —como la que hizo la Virgen de Fátima a los tres niños y hoy nos dirige el Papa a todos— no es una llamada a la tristeza sino a la esperanza y a la confianza en Dios, el dueño de la viña. Él quiere que todos se salven y, mediante el ayuno y la oración que conducen al sacramento de la Penitencia, nos poda para que demos más fruto.
La elección de san Matías para completar el número de los Doce en el lugar de Judas, el traidor, nos enseña que Dios y su salvación se abren paso en la Historia a pesar de las traiciones y de las infidelidaes de los hombres.
Con esta confianza acudimos a la intercesión de nuestra Madre en este mes de mayo y siempre. «Ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte».
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2020 May 14th, Thursday
Thursday of the fifth week of Easter
Day of fasting and prayer for the end of the pandemic
Saint Matthias
Today we celebrate the feast of Saint Matthias, the apostle chosen to fill the position of Judas Iscariot.
The Pope has summoned us to a day of fasting and prayer for the end of the pandemic and, in Santa Marta, instead of proclaiming the reading of the Acts of the Apostles that corresponds to this day, he has chosen Chapter 3 of the Book of Jonah. There it is spoken of the corruption of Nineveh, of the preaching of Jonah, who called the Ninevites to conversion, and of how the King of Nineveh issued a decree ordering the fast, "Let everyone call urgently on God. Let them give up their evil ways and their violence.”
As the Pope recalled this morning, plague, famine and war continue to rage among men. In the first four months of this year 2020, three million people have starved to death. In addition to the tree of medical science that allows saving so many lives, a poisoned branch emerged from the beginning that has specialised in causing abortions and killing the sick. Although, to avoid using that language that is harsh because it reflects reality, they have taught us to call abortion "interruption of the pregnancy" and "euthanasia" when death is intentionally caused to a patient.
Jesus calls his disciples to remain in his love to bear good fruit. He Himself warns us of the destiny that awaits the Christian and the communities that, apparently united to Him, no longer remain in His love because they have forgotten His commandments. And He does so by comparing them with the dry branches that the vineyard grower cut and throws on the fire.
A call to fasting and prayer, like the one made by Our Lady of Fatima to the three children, like the one that the Pope addresses us all today, is not a call of sadness, but of hope and trust in God, the Owner of the vineyard. He wants everyone to be saved and, through fasting and prayer leading to the sacrament of Penance, he prunes us so that we bear more fruit.
The election of Saint Matthias to complete the number of the Twelve in the place of Judas, the traitor, teaches us that God and His salvation make their way in History despite the betrayals and infidelities of men.
With this confidence, we ask the intercession of our Mother in this month of May and always. "Pray for us, sinners, now and at the hour of our death."
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