lunes, 18 de mayo de 2020
San Juan I, mártir
7:00
El Papa celebra coram Deo en el altar de San Sebastián donde está enterrado Juan Pablo II cuyo centenario de nacimiento conmemoramos hoy.
8:00
¡Oh! ¡La vela del sagrario se ha consumido!
10:00
Wasap de don Paco Román: «¿Comemos?». Quedamos a comer en Los Montesinos a las dos.
10:29
Wasap de Joan: I think I have slipped a disk. I cant walk. Sorry, Father.
11:00
Cita con Newman en la fiesta de los santos apóstoles Felipe y Santiago. Testigos del evangelio, 1834. Enviados por Dios «para atrapar a la razón y premiar la fe». Distingue dos «escuelas»: a la de los gentiles pertenecerían «san Lucas, san Clemente y otros seguidores de san Pablo»; a la de la circuncisión san Pedro, san Juan, Santiago —obispo de Jerusalén— y san Felipe. Parecía que el cristianismo acababa con la Ley pero, en realidad, la llevaba a su cumplimiento. Como había anunciado Isaías —«Yo tenderé mi mano a las naciones»— la Alianza se propagaría y alcanzaría a los gentiles, aunque bajo su forma cristiana.
Hay diferencias de escuela, no de doctrina. San Pedro reconoce que en las cartas de san Pablo «hay algunas cosas difíciles de entender» y Santiago matiza la doctrina de san Pablo sobre la preeminencia de la fe.
Santiago es obispo de una sede, san Pablo funda iglesias pero nos las gobierna y «habla muy seriamente de la abolición de la Ley judía y de la admisión de los gentiles en la Iglesia». A pesar de todo, los contenidos del Nuevo Testamento no se pueden dividir en dos escuelas. La carta a los Hebreos habla de la Ley como de algo cumplido en Cristo y no sustituido sin respeto alguno. Las epístolas a Timoteo y Tito contienen exhortaciones morales y, en los Hechos, san Pablo aparece como discípulo de los que habían asistido al ministerio público del Señor.
A diferencia de Simón el Mago, que se llamaba cristiano y se exaltaba a sí mismo, san Pablo vive en Cristo y entiende que, tanto él como los otros apóstoles, no son sino servidores.
12:00
Llega Teresa. Hay que preparar la Misa.
12:30
Misa de doce y media.
13:15
Veo las correcciones de Mim y pongo la homilía en el blog. Mando las catequesis de Cotelo. Me voy a comer con don Paco. Desde hace dos meses ninguno de los dos se ha sentado a comer con otro ser humano.
16:15
Visita al Santísimo en San Miguel. Hay que mirar fijamente al sagrario escuchando una meditación que me han mandado. ¡Muy bien! Hay que rezar vísperas.
17:00
Novena a Santa Rita.
17:30
Hay que rezar el rosario y poner orden en la casa. El otro día aparecieron en la cocina dos bolsas de almendras caducadas en marzo de 2014. Revisión a fondo de los armarios de víveres.
20:00
Muy bien. Ya basta de limpieza. Hay que archivar cartas del banco y echarle un vistazo al correo y llamar a Lorena.
21: 48
Habrá que leer algo ¿no?
Javier Gomá diserta, con estilo elevado, sobre el estilo elevado: arte sin afectación. O, digo yo, elegancia sin afeites. Dignificar la lengua vulgar fue, en Italia, el propósito de Dante, de Petrarca y de Boccacio. En el siglo XVI las lenguas vulgares ya están preparadas para tratar y traducir lo más sagrado: la Biblia. Esas traducciones se convirtieron «en el modelo canónico del estilo elevado» de cada nación. En España la lengua castellana, que se ha ido dignificando desde la Gramática de Nebrija, encuentra en Fray Luis de León su cultivador más insigne. Y ahí lo dejo.
Un poco de Petit.
(…)
Libre de ser eco,
al fin, la voz se alza
(…)
¡Mira! Un poema dedicado a Enrique García Máiquez.
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