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domingo, 27 de junio de 2021

Semana XIII del tiempo ordinario (Actualizado el sábado 3de julio)

 Domingo 27 de junio de 2021

    Ayer, mientras me revestía para la misa de las doce y media, oía la conversación que Teresa mantenía con un joven en el pasillo de la sacristía. El joven quería hablar conmigo y contaba que le habían robado la cartera y que estaba viviendo en la calle con su hijito pequeño. Teresa, con mucha dulzura, le decía cosas como «hijo mío, vamos a hacer todo lo que podamos por ti» o «cariño, lo que cuentas es terrible y don Javier te atenderá después de misa». Como él insistía en ser atendido inmediatamente alegando que venía de parte de la Guardia Civil, Teresa, añadiendo una lógica de hierro a su imperturbable dulzura, le decía: «Perdona que te hable así, corazón, pero aquí no manda la Guardia Civil sino el párroco que en estos momentos se está revistiendo para la misa. Cálmate y, después de la misa don Javier te atenderá con mucho gusto». ¡Mano de santa!

    Empezó la misa. Había dos bautizos. Terminó la Misa y el joven no aparecía. Llamé al cuartel de la Guardia Civil de San Miguel de Salinas. Me contestó una voz femenina y amable: «Guardia Civil de Alicante». Me extrañé y dije: «Vaya, estaba llamando al cuartel de San Miguel de Salinas». El ser humano que se expresaba con una voz femenina y amable me dijo que el cuartel de San Miguel cierra los sábados pero que allí -en Alicante- estaban ellos para ayudarme en lo que hiciera falta. Me presenté como cura de San Miguel, le expliqué brevemente lo del joven y lo del robo de la cartera y, con gran profesionalidad, me contestó: «Es imposible que la Guardia Civil de San Miguel esté detrás de esto». 

    Por la tarde, mientras me revestía para la misa de seis, volví a oír la conversación de Teresa con el joven. Él insistía en hablar conmigo inmediatamente y ella: «Cielo, no puedes exigir que toda esta gente que ha venido a misa se quede ahí esperando por ti». ¡Mano de santa!

    Terminó la Misa y pedí al joven que pasara a la salita de la antesacristía. Nos sentamos en las butacas blancas de Ikea que hay allí. Empezó a contarme su historia. No, no tenía ningún hijo y no había denunciado el robo de su cartera. La verdad era que su hermano acababa de fallecer en Asturias y necesitaba urgentemente setenta y cinco euros -75- para viajar hasta allí. Le dije que yo podía: 1. Ofrecer una misa por su hermano. 2. Buscarle y pagarle un alojamiento para pasar la noche. 3. Invitarlo a cenar. 4. Pero que comprar un billete de autobús para Asturias  en San Miguel de Salinas un sábado a las siete de la tarde se me antojaba imposible. 

    Se echó a llorar. Luego se enfureció: «¿Qué quiere usted? ¿Que salga a robar? Usted le ha dado dinero a J y él se lo ha gastado en drogas. Yo pido dinero para enterrar a mi hermano. ¿Quiere usted que me ahorque? Eso es lo que voy a hacer. Voy a colgarme». Me estremecí y recé por él. Se levantó y salió  gritando: «Voy a quemar la iglesia». Luego, dirigiéndose a Wilder y  a Teresa, volvió a gritar: «¿Qué miráis? Soy nazi y esto no va a acabar así». 

    Lo vimos alejarse y oímos un gran estrépito. Antes de salir había arrancado de un puñetazo el dispensador de agua bendita que habíamos comprado en Amazon por quince dólares. Wilder recogió piadosamente el agua bendita derramada por el suelo y se comprometió a reparar el destrozo. Teresa me dio diez euros para reparar. Pensé para mí: «Estoy rodeado de santos».

    Algo más tarde Teresa me mandó un wasap: «No se ha ahorcado. Al salir de la iglesia ha ido al estanco de Maribel a comprar tabaco». ¡Bendito sea Dios!

...

    Hoy ha sido un día más tranquilo. 

    A eso de las diez y media he vuelto a casa para recoger mi teléfono, que se estaba cargando, antes de salir hacia Los Montesinos para la misa de once y ¡oh!: tenía siete llamadas perdidas. 

    Resulta que yo había anunciado en Torremendo que la misa de diez la celebraría don Paco. Pero resulta que me equivoqué porque no era este domingo sino el domingo que viene. Así que la congregación de Torremendo se ha quedado sin misa de diez. 

    He mandado un wasap a la lista de difusión de Torremendo disculpándome por el error y prometiendo que iría a celebrar allí a las ocho de la tarde. 

    Después de la misa de doce y media, en la que hemos bautizado a Carla, he ido a Torremendo para comer con Armin y Heidy -que vuelven a Suiza la semana que viene- con Walter y con Wilder. Hemos invitado Wilder y yo a escote. 

    Después de comer hemos ido a la casa parroquial de Torremendo para enseñársela a Walter. Luego Wilder y yo hemos visto otro capítulo de Better Call Saul. Luego he dormitado durante veinte minutos. Luego Wilder y yo hemos ido a Torremendo porque había que celebrar la misa a las ocho. Luego Wilder y yo hemos ido a Rebate donde Wilder empezará a trabajar mañana con contrato y todo. ¡Bendito sea Dios!

    Luego me he despedido de Wilder y he vuelto a San Miguel y he  rezado un poco y he leído unas cincuenta páginas del Diario en prisión del cardenal Pell. ¡Cuánto bien me está haciendo ese libro!

 Lunes 28 de junio de 2021

  San Ireneo de Lyón perteneció a la tercera generación de los cristianos. No había conocido a Jesús ni llegó a conocer a los apóstoles pero su maestro, san Policarpo de Esmirna, fue discípulo de san Juan. 

    Hoy se oye decir que la Iglesia tiene que modernizarse adaptando la doctrina a los tiempos que corren. Pues bien, san Ireneo enseñaba lo contrario. Decía que la Iglesia es un vaso precioso que contiene el depósito de la fe y que el secreto de su juventud está en su fidelidad a la doctrina de Cristo. En Misa hemos pedido la gracia de cooperar a la unidad y a la concordia en la Iglesia. 

    Han vuelto de Madrid José María Zavala y su amable esposa, Paloma.  Precisamente acabo de empezar a leer el último libro de José María: Medjugorje.  

    Wilder ha vuelto muy contento de su primer día de trabajo con contrato y todo.

Martes 29 de junio de 2021

        Esta mañana, mientras celebraba Misa en Torremendo, el joven que amenazó con quemar la iglesia se ha presentado en la parroquia de San Miguel preguntando por mí. Joan le ha dicho que yo no estaba y él le ha dado un paquete de mascarillas para mí. ¿Será un signo de reconciliación? Cuando lo vuelva a ver tendré que agradecerle el regalo. 

    Por la tarde he celebrado en Los Montesinos. En el balcón del ayuntamiento habían puesto la bandera de los LGTBetc. En la homilía, después de recordar que Jesús hizo columnas de la Iglesia a San Pedro -que lo había negado tres veces- y san Pablo -que lo había perseguido- he comentado que esa bandera no es institucional sino partidista y que representa a un colectivo muy hostil a la Iglesia y que no debería estar allí. Dos piadosos feligreses han abandonado la asamblea. Después de Misa ha entrado en la sacristía un amable joven que se ha presentado como LGTB. Venía a decirme que no son un partido político sino un movimiento. Nos hemos hecho amigos. Detrás de él ha entrado su tío que venía a darme la razón y las gracias. Nos hemos hecho amigos. ¡Bendito sea Dios!

Miércoles 30 de junio de 2021

    Irene Montero ha presentado un anteproyecto de ley según el cual «Toda persona tiene derecho al reconocimiento de su identidad de género libremente manifestada, sin la necesidad de prueba médica». A partir de los 16 años cualquiera podrá solicitar la rectificación registral de la mención relativa al sexo. 

Jueves 1 de julio de 2021

     Empiezo a leer el Diario de la guerra del cerdo, de Bioy Casares. 

Viernes 2 de julio de 2021

    Termino el Diario de la guerra del cerdo. En Buenos Aires las pandillas de jóvenes matan a los viejos. Los tiran por las gradas del estadio de fútbol, los apalean en un callejón o los arrojan a las hogueras de san Pedro y san Pablo. 

«A los viejos no hay cómo defenderlos. Únicamente con argumentos sensibleros: lo que hicieron por nosotros, ellos también tienen un corazón y sufren, etcétera». 

Lo razonable, lo que se espera —reflexionó—, es que uno se deje vejar. Sie es viejo, se entiende». 

«En un futuro próximo, si el régimen democrático se mantiene, el viejo es el amo. Por simple matemática, entiéndame. Mayoría de votos». 

Sábado 3 de julio de 2021

    Celebramos en La Torre las bodas de oro de Margarita y Enrique. Luego Wilder me invita a comer en un maravilloso restaurante colombiano. Tomamos un chicharrón, que trae su arepita y su patacón, y una empanada con salsa de ají ligeramente picante. De postre pido un agüita de panela deliciosa.

martes, 1 de junio de 2021

Cuentas parroquiales del mes de junio (FIN)

 1. San Justino, mártir

Como está lloviendo solamente acude a Misa Teresa. Ingresos por colecta: 0 dólares, 0 centavos. 

Cáritas: Una feligresa pide un préstamo de 60 dólares. Teresa se lo entrega. Un transeúnte me cuenta una larga historia. Me pierdo un poco con la narración de sus viajes, idas y venidas, juicios en Valencia y en Murcia... Me enseña una cartilla de ahorros para probar que no le han hecho el ingreso que esperaba. En conclusión: necesita 30 dólares para viajar a Granada. Charlamos amigablemente y le ofrezco 5 dólares. 

Banco Sabadell: Internet -33, 89.

Balance de ingresos y gastos a 1 de junio: -98,89. Es una bonita cifra. Capicúa. San Justino, ruega por nosotros. (Continuará)

2. Santos Marcelino y Pedro, mártires.

Hoy hemos sido en Misa seis feligreses y tres moscas que han estado todo el tiempo —las moscas— dándome la tabarra. En la colecta, según me ha informado doña Nati, ha aparecido un billete de 10 dólares. Una amable feligresa ha abonado por bizum en el Banco de Sabadell 100 dólares.

Colecta: 15, 50 dólares. 

Banco de Sabadell: Donativo 100 dólares.

Balance de ingresos y gastos a 2 de junio: 16,61. Parece magia. ¡Capicúa! Santos Marcelino y Pedro, rogad por nosotros. 

3. San Carlos Luanga y compañeros mártires

Colecta, según doña Nati: 4 dólares con 30 centavos.

Balance de ingresos y gastos a 3 junio: 20, 91 dólares. 

4. Misa votiva de la Santa Cruz.

Somos doce. Las moscas siguen dando la tabarra. Teresa encuentra cuatro muertas. 

Colecta: 8,08 dólares. ¡Capicúa!

Balance de ingresos y gastos a 4 junio: 28, 99 dólares. 

5. San Bonifacio, obispo y mártir.

12:00 Bautizo. Donativo de 25 dólares. 

12:30 Colecta de la Misa: 2, 30 dólares.

Limpieza de la iglesia e instalación de los ventiladores: -20 dólares.

Una mi prima viene de visita y deja un donativo de 210 dólares.

Víspera del Corpus Christi

18:00 Colecta: 9, 34 dólares.

19:00 Bautizo. Donativo: 55 dólares.

Balance de ingresos y gastos a 5 junio: 310,63 dólares.

6. Corpus Christi.

Primera Comunión. Donativo: 300.

Colecta: 27,10

Balance de ingresos y gastos a 6 junio: 637,73 dólares.

7. Misa votiva por las almas del purgatorio.

Colecta: 5, 70 dólares.

Seguro de la iglesia y de los locales parroquiales: -635 dólares.

Balance de ingresos y gastos a 7 junio: 8,43 dólares.

8. Misa votiva de los Ángeles. 

Colecta: 12,35 dólares.

Balance de ingresos y gastos a 8 de junio: 20,78 dólares.

9. Misa votiva de san José. 

Colecta: 5,05 dólares.

Balance de ingresos y gastos a 9 de junio: 25,83 dólares. San José, ruega por nosotros. 

10. Misa votiva de la Eucaristía

Colecta: 24, 90 dólares.

Una señora que viene de Holanda ha pedido una partida de bautismo y ha dejado un donativo de 20 dólares.

Balance de ingresos y gastos a 10 de junio: 70,73 dólares.

11. Sagrado Corazón de Jesús

Colecta: 8,36 dólares

Balance de ingresos y gastos a 11 de junio: 79,09 dólares.

12. Inmaculado Corazón de María.

Colecta: 2 dólares.

Bautizo. Donativo: 20 dólares

Víspera del domingo

Colecta: 27 dólares.

Organista: -30

Balance de ingresos y gastos a 12 de junio: 98,09 dólares.

13. Domingo XI del Tiempo Ordinario.

Biblioteca: NODI y Boletín diocesano -219 dólares.

Doña Nati ha contado la colecta: 76,49 dólares.

Bautizo. Donativo: 50 dólares.

Limpieza iglesia: -20 dólares.

Balance de ingresos y gastos a 13 de junio: -14,42 dólares.

14. Misa por todos los difuntos

Colecta: 8,77 dólares.

Balance de ingresos y gastos a 14 de junio: -5,65 dólares.

15. Misa votiva de los ángeles

Colecta: 4 dólares

Donativo para el arreglo de las puertas 50 dólares. 

Balance de ingresos y gastos a 15 de junio: 44, 35 dólares.

16. Misa votiva de san José. 

Colecta: 13, 96

Balance de ingresos y gastos a 16 de junio: 58,31 dólares.

17. Votiva de la Eucaristía.

Colecta: 2,80

Balance de ingresos y gastos a 17 de junio: 61,11 dólares.

18. Votiva de la Santa Cruz

Colecta: 2,05

Balance de ingresos y gastos a 18 de junio: 63,16 dólares.

19. Santa María en Sábado

Colecta: 8,32

Misa vespertina del domingo XII

Colecta: 15,39

Balance de ingresos y gastos a 19 de junio: 86,87 dólares.

20. Domingo XII

Celebra las comuniones el padre José María. Colecta: 65,73.

Y la divina Providencia nos socorre con un donativo de 150 euros.

Balance de ingresos y gastos a 20 de junio: 302,60 dólares. ¡Somos ricos!

21. San Luis Gonzaga.

Colecta: 5,07

Donativo: 10

Balance de ingresos y gastos a 21 de junio: 317,67 dólares.

22. Santos Juan Fisher y Tomás Moro, mártires.

Colecta: 7, 50

Balance de ingresos y gastos a 22 de junio: 325,17 dólares.

23. Votiva de San José

Colecta: 4, 50

Balance de ingresos y gastos a 23 de junio: 329,67 dólares

24. Solemnidad de San Juan Bautista

Colecta: 5 euros.

La providencia nos socorre con un donativo de una mi prima: 200 euros.

¡Ya podemos pagar el Fondo Común Diocesano!

Fondo Común Diocesano: -500

Balance de ingresos y gastos a 24 de junio: 34,67 dólares.

25. Votiva de la Santa Cruz

Colecta 3,11

Donativo: 20

Balance de ingresos y gastos a 25 de junio: 57,78 dólares.

26. San Josemaría

Dos bautizos. Donativo: 130

Colecta: 47,17

Misa vespertina del domingo XIII

Colecta: 31,71

Limpieza de la iglesia -20

Balance de ingresos y gastos a 26 de junio: 246,66 dólares.

San Josemaría: ruega por nosotros. 

27. Domingo XIII

Colecta: 43, 60

Bautizo, donativo: 50

Balance de ingresos y gastos a 27 de junio: 273,26 dólares.

28. San Ireneo.

Colecta: 2,85

Factura eléctrica locales parroquiales: -39,85

Balance de ingresos y gastos a 28 de junio: 233,41 dólares.

29. Santos apóstoles Pedro y Pablo.

Colecta: 43, 86

Donativo: 20

Balance de ingresos y gastos a 29 de junio: 297,27 dólares.

30. Misa de Exequias. 

Factura eléctrica iglesia -114,21

Balance de ingresos y gastos a 29 de junio: 183,03 dólares.

FIN




sábado, 3 de abril de 2021

Sábado Santo (II)

 Wilder vuelve de Torrevieja a las 17:30, justo a tiempo para recogerme y partir, conmigo, hacia Torremendo. 

De 18:00 a 19:10, Vigilia Pascual gozosísima y riente en Torremendo. Al terminar la Vigilia un adulto joven y jovial me aborda: «Padre, ¿me regalaría una bendición?» Y yo: «Que Dios te bendiga a ti, a tu familia y todas tus cosas. ¿De dónde eres?». Y él: «De Colombia por la gracia de Dios, Padre». Y yo: «¿De Colombia? ¡Viva Colombia! ¿Puedo presentarte a un amigo colombiano?». Y él: «Cómo no, Padre». Le pido que me siga y, camino de la sacristía, me informo: se llama Néstor. Ya en la sacristía encontramos a Wilder charlando con Nacho. Hago las presentaciones y se hacen amigos y se alegran mucho de conocerse. Pero Wilder y yo tenemos que salir pitando para San Miguel. 

De 19:30 a 20:36, Vigilia Pascual en San Miguel televisada por VegaFibra. Muy bien. Con incienso y todo. 

A las 21:30 voy a felicitar las pascuas a doña Nati y Paco. Charlamos por los codos. Paco pone la grabación de la Misa que él ha seguido por la tele y nos reímos mucho al comprobar que ni el cura sabe muy bien qué y cuándo tiene que hacer. 

A las 23:00 vuelvo a casa desafiando el toque de queda que las autoridades han decretado con su autoridad. 

Todo muy bien. ¡Bendito sea Dios!

Sábado Santo (I)

 A las 9:30 voy con Wilder a abrir la iglesia. En la puerta están ya esperando J. y  J.M., su esposo, que ha hecho una promesa. De joven cantaba en el coro y no quiere morirse sin cantar otra vez a la Virgen de los Dolores. Pero quiere cantar para la Virgen cuando no haya gente en la iglesia. 

Wilder descubre el camarín de la Virgen de Dolores que está vestida con un velo negro y nuevo, confeccionado por doña Nati. J. se emociona un poco, J.M. se emociona un poco y yo también me emociono un poco. Y me emociono un poco más cuando J.M. empieza a cantar: «La roca fría del Calvario…». 

Sigue teniendo bien templada la voz a pesar de que los años y la emoción le hayan restado algo de la potencia que —al parecer— tenía en sus años mozos. Wilder me dirá luego: «Qué bien ha cantado, Padre, me emocioné». Muy bien. 

Hay que preparar la Vigilia Pascual: descubrir las imágenes, rellenar de cera líquida las velas, mover bancos, poner flores…

Estamos en eso cuando vuelve J. porque se le ha olvidado… darme un generosísimo donativo. «Que Dios se lo pague», digo. Y ella: «Buen pagador es». Y se va. 

A las 11:00 llega Teresa. Preparamos el lucernario, el cirio pascual, el  incensario y el pregón. Muy bien. Preparamos la Liturgia de la Palabra con solo tres lecturas del Antiguo Testamento, la Epístola y el Evangeliario. Muy bien. Preparamos la Liturgia de la Bendición y aspersión del agua y pedimos a la floristería dos guirnaldas para adornar la pila bautismal y el candelero del cirio pascual. Muy bien. Preparamos la Liturgia Eucarística poniendo los manteles, los candeleros, y las flores en el altar, en el ambón y a los pies de San Miguel. Muy bien. 

Llegan Eva y Miguel para ayudar a poner el Cristo Yacente en su altar. 

Un último repaso para asegurarnos de que cada uno sabe qué y cuándo tiene que leer; cuándo y qué luces hay que encender; cómo y cuándo hay que incensar… Muy bien. 

Cerramos la iglesia y nos vamos a comer. 

Después de comer Wilder sale a buscar un locutorio en Torrevieja para mandar un dinero a Colombia. Yo escribo esto y me voy a la Iglesia. (16:09)

viernes, 2 de abril de 2021

Viernes Santo (II)

 viernes, 2 de abril de 2021

A las 16:00 voy a la iglesia y encuentro en El Paseo un nutrido —sí, nutrido— grupo de alegres muchachos enmascarados. Reconozco a dos hermanos de la catequesis: Diego y David. David me saluda: «Hola Papa».   Diego le corrige:  «No es el Papa, es el párroco, don Javier». David insiste: «Sí es el Papa». Y Diego, mucho mejor informado porque es mayor y va más adeantado en la catequesis, lo instruye: «El Papa se llama Francisco y vive en Valencia». Muy bien. 

Al llegar a la iglesia C.B. Me pide agua bendita. Se la doy. Es filipina. Me cuenta que su hermano -que vive en Filipinas con su esposa, sus cuatro hijos y su madre de más de ochenta años- tiene una neumonía provocada por el coronavirus. Me cuenta que en Filipinas hay miles de nuevos infectados cada día. Se emociona. Yo también. Me muestra una caja y su contenido: unas velitas que enciende cada día para rezar en su casa; el rosario que le regaló su madrina cuando hizo la primera comunión y un libro de oraciones que le regaló la misma madrina cuando se confirmó. Me pregunta que si lo puedo bendecir todo y la bendigo a ella con todas sus cosas e intenciones. Antes de despedirnos me pide oraciones, me entrega un sobre con un generoso donativo y me da las gracias. Y yo le digo: God bless you. Y ella se queda rezando ante el monumento con su librito de oraciones y sus velitas y su agua bendita y su corazón que vuela del Cielo a Filipinas. 

Salgo con Wilder para Torremendo. 

De 17.00 a 18:00, Oficio de la Pasión en Torremendo. Muy bien. 

De 19:00 a 20:00 Oficio de la Pasión en San Miguel. 

Y luego, silenciosa y respetuosamente, mientras doy la primera catequesis a María y a su hermano Fernando —que quieren bautizarse— y a su madre —que quiere que se bauticen— y mientras oigo algunas confesiones, los de la Hermandad del Cristo Yacente preparan su imagen primorosamente y los de la Cofradía de la Dolorosa retiran la suya. De modo que, cuando termino con lo mío, son las 21:00 y la iglesia está así: 




Y a las 21:30 me despido de Ana Mari y de Gloria, que aún están rezando, y cierro la iglesia por el toque de queda que las autoridades han decretado con su autoridad y vuelvo a casa para escribir todo esto. Muy bien. 

Viernes Santo (I)

 viernes, 2 de abril de 2021

Abro la iglesia a las 9:30. Repaso las rúbricas para el Oficio de Pasión. Wilder llega a las 10:00. Preparamos el presbiterio que queda así: 


Wilder se va a encargar de descubrir la Cruz, de llevar al altar el corporal y el misal y de ayudarme a repartir la comunión. Ensayamos una, dos, tres veces. Muy bien. 

Llegan Marisol y Angelita —y luego Encarnita— para arreglar el manto de la Virgen. Muy bien. Llega Jeanette —y luego, poco a poco, otros seres humanos— para orar ante el monumento. 

Empiezan a llegar los miembros de la Junta de Cofradías que van a organizar el recital de música de Semana Santa. Llegan los estadantartes. Llegan las amables concejalas del Ayuntamiento.

Llegan los romanos. Pasa un niño con su tía y le oigo decir: «Ten cuidad, tía, que ahí hay dos romanos». Se ve que tiene claro quienes son los malos. 

A las 12:30 empieza el recital. Tradicionalmente la banda de mayores sale el Viernes Santo en otros pueblos y son los niños apoyados por algunos profesores los que acompañan la procesión en San Miguel. Este año no hay procesión pero hay recital. Jose Manuel —el presidente de la Junta de Cofradías— dice unas palabras muy bien dichas. 

Me siento cabe el alcalde y su amble esposa pero, antes, voy a casa a buscar un sombrero para protegerme la calva. 

En El Paseo, frente a la iglesia, hay un centenar de almas —alma más, alma menos— y un ambiente de Semana Santa genuino. 


                                        Foto Carmen Rosario


                                        Foto Miguel Escolano













jueves, 1 de abril de 2021

Jueves Santo (II)

 jueves, 1 de abril de 2021


A las 16:00 vuelvo con Wilder a la iglesia. Comprobamos que ya han traído las flores del altar. Muy bien.


Wilder va a oficiar  como turiferario por primera vez así que ensayamos una vez. Otra. Otra vez. 

«Je, je» —pienso para mí— «se diría que lo ha estado haciendo toda la vida». Muy bien.

A las 17:30 salimos para Torremendo. Nacho lo ha preparado todo. Muy bien 

De 18:00 a 19:00, misa de la Cena del Señor en Torremendo. Muy bien. 

A las 19:05 Wilder y yo salimos de Torremendo para San Miguel. El aforo  permitido en la iglesia —setenta y cinco almas— está completo. 

De 19:30 a 20:00, misa de la Cena del Señor en San Miguel. Empieza Teresa con una monición para advertir que la colecta se destinará a Cáritas. Muy bien. 

Después de la Misa y de la reserva del Santísimo, Wilder me ayuda a  mover la pesada roca que sostiene la gran Cruz del presbiterio  —y la misma Cruz— en el centro del presbiterio. Luego me ayuda a poner la imagen de la Dolorosa en un pedestal junto a la Cruz. Doña Nati se ofrece a hacernos un caldo de pescado para el ayuno y la abstinencia de mañana, Viernes Santo. Se lo agradecemos mucho con palabras de agradecimiento. 

El altar queda desnudo, como mandan las rúbricas. 

A las 21:30 nos despedimos para que a Wilder le de tiempo a volver a casa antes del toque de queda que han decretado con su autoridad las autoridades. 

Antes de salir apagamos las velas del monumento pero dejamos encendida una lamparilla roja que titila como diciendo: «aquí estaré toda la noche». 

Muy bien. 

Jueves Santo (I)

 jueves, 1 de abril de 2021

Wilder llega a las 9.30. Hay que preparar la Misa dela Cena del Señor con el cáliz de mi ordenación, limpiar los bancos con Moblysol, engrasar la puerta del garaje, y llevar la Comunión a Ana y a Conchita.

Los ornamentos quedan  así:

Los libros así:





    A las 10.30 llegan Marisol y Angelita para poner el manto negro a la Dolorosa. Wasap a Ana: que si es buen momento para llevarle la Comunión. Que sí. Pues que voy.  La Virgen queda en la sacristía.


A las 11.45 llegan las primeras flores para el monumento. Mientras Wilder las coloca desde arriba, Marisol, Angelita, X y yo le damos indicaciones confusas y contradictorias desde abajo: «ese más a la derecha; no, ese no, el otro; el otro, el otro hacia afuera; gira un poco ese; no hacia ti; no hacia nosotras».

A las 12:30 sostengo la puerta para que entre una señora que parece extranjera por su acento cuando me dice: «Vengo a ver al Señor. Él dirá: ‘¡Oh, no! ¡Ella otra vez!’». A lo que replico: «Seguramente se alegrará mucho con esta visita». Y ambos nos reímos pero no a carcajadas ni nada de eso. Junto al Sagrario la lamparilla titila como haciéndonos un guiño. 

Llegan  las últimas flores del monumento que queda asina:

Llamo a Conchita. Que si es buen momento para llevarle la Comunión. Que sí. Allá que voy. 

A las 13:30 vuelvo. Wilder ha dejado los bancos brillantísimos. 

La credencia queda así: 

Todavía no han llegado las flores del altar. Nos vamos a preparar la comida del Jueves Santo. 

miércoles, 31 de marzo de 2021

Monseñor Johan Bonny

     Nunca había oído hablar de él. Al parecer es obispo. De Amberes, por más señas. Y, al parecer, ha declarado que se avergüenza de la Iglesia Católica porque, a la pregunta de si los sacerdotes podemos bendecir las uniones homosexuales, la Iglesia Católica entera con el Papa a la cabeza, ha dicho que no, que no podemos hacerlo.

Yo, cura de pueblo, ya sabía que no podíamos porque no podemos bendecir lo que Dios no bendice (Catecismo 2357). Dios nos bendice a todos pero no bendice todo lo que hacemos. A san Pedro, por ejemplo, Dios lo bendijo muchas veces y lo nombró obispo de Roma pero cuando se puso a hacer el tonto le dijo: «Apártate de mí satanás». Y sin ir más lejos a mí, que no soy san Pedro ni obispo de Amberes, me ha echado una bronca hoy mismo por medio del cura que ha oído mi confesión. En honor al cura que ha oído mi confesión debo decir que, tras la bronca, me ha dado la absolución aunque podría haberme ahorrado la bronca porque yo había ido a confesar mis muchos pecados con sincero arrepentimiento y propósito de la enmienda —Dios me ayude a mantenerlo como me ha ayudado a formularlo— muy firme. 

Pero estaba pensando en Monseñor Bonny, obispo de Amberes. Algunos le recomendarán que, si se avergüenza de la Iglesia, renuncie a su obispado. Otros —peor intencionados— le recomendarán que provoque un cisma. Yo llevo un buen rato rezando por él y le aconsejaría que hiciera examen de conciencia y que viniera a hacer una buena confesión con el cura de San Miguel de Salinas (Alicante pegando ya con Murcia). Y le prometería que no habría bronca ni siquiera en el caso de que no mostrase arrepentimiento aunque, si lo mostrase, después de la absolución habría Misa presidida por él y comilona pagada por mí con coles de Bruselas y todo.

Yo no me avergüenzo de la Iglesia ni del obispo de Amberes ni de san Pedro. La bronca que hoy me ha echado el cura con el que me he confesado -ahora que lo pienso— ha reforzado la vergüenza que siento de mí mismo y mi propósito de la enmienda. ¡Bendito sea el obispo de Amberes!

martes, 22 de septiembre de 2020

Fiesta sorpresa en Toledo



lunes, 21 de septiembre de 2020


De todos es sabido que ayer estuve en Toledo celebrando el funeral de dos amigos. 

Una semana antes, comiendo con don Paco —el rector de la vecina parroquia de Los Montesinos— le pedí que se encargase de celebrar la primeras comuniones del domingo en San Miguel de Salinas. Cuando me dijo, con sincero pesar, que no podría sustituirme yo no podía imaginar que ese contratiempo formaba parte de los planes del Buen Dios que había decidido organizarme una fiesta sorpresa.

Inmediatamente empecé a hacer gestiones en busca de un saerdote benévolo, católico y dispuesto a sustituirme el domingo. En el arciprestazgo de Torrevieja, nada; entre los amigos de la vecina diócesis de Murcia, nada; entre los venerables sacerdotes jubilados de por aquí, nada. 

Chateando con la tía Janusa de Valladolid le confié mis cuitas y prometió encomendar el asunto y hablar con doña Balbi de Sonseca (Toledo) por si ella conocía a algún sacerdote de allí que pudiera celebrar la Misa aquí. Como es natural doña Balbi, que conoce a todos los sacerdotes de allí, no conocía a ninguno que pudiera celebrar la Misa del domingo aquí —a cuatrocientos kilómetros de allí— y volverse allí como si nada. 

Así que nada. Y yo con mis cuitas y Dios, pacientemente, preparándome su fiesta sorpresa. 

Lo del sacerdote benévolo, católico y dispuesto a sustituirme se solucionó cuando, por consejo de don Paco, mandé un dramático wasap al rector del seminario de Orihuela. Muy conmovido por mis penas, el rector me contestó al día siguiente: que muy bien, que vendría a sustituirme don Marcos, el director espiritual. ¡Qué bien!

Hablé con la tía Janusa que se puso muy contenta y con Balbi que se puso aún más contenta. Balbi y yo quedamos en vernos para ver Toledo —y para vernos, claro— y me dijo que iba a buscar un guía. Yo le dije que ella y el guía estaban invitados a comer. Así quedamos. 

El sábado —antier celebré la Misa de 12:30, tiré a la basura, por error, con la basura mis pastillas de Famotidina —una caja entera que acababa de comprarme Wilder— hice las maletas y salí para Toledo con Wilder. 

El domingo estábamos citados a la 11:00 en la Plaza del Conde con Balbi y con el guía que resultó ser una guía. Wilder y yo dimos un largo paseo. Vimos la ermita del Cristo del la Luz, entramos en la catedral, callejeamos y nos detuvimos ante una hermosa casa del siglo XVI muy cercana a la Plaza del Conde. Nos llamó la atención el jazminero y las otras plantas maravillosas que cubrían la fachada. Nos llamó la atención también una caja de registros de luz que alguien había instalado ante una de las puertas de la casa de tal modo que, para entrar por ella, uno tenía que ponerse de costado. 

A las once menos cinco nos sentamos en la Plaza del Conde y llamé a Balbi: «¿Dónde estás Balbi?» Y Balbi —que estaba a nuestro lado aunque oculta— contestó: «Estoy aquí, a vuestro lado». Y —¡zas!— apareció, como suele, como por arte de magia, como aparecen las hadas de los cuentos en la realidad.

Poco después apareció nuestra guía. Nos presentamos: «Wilder es colombiano», dije. «¿De qué parte de Colombia» preguntó Pilar, nuestra guía. «De Medellín», contestó Wilder. «Mi madre es de Medellín», replicó la guía. Y Wilder muy contento, claro. 

Entonces empezó la fiesta sorpresa de verdad. Y es que nunca he conocido a un guía turístico tan competente, ameno, apasionado, elocuente y amable como Pilar. 

Allí mismo, frente al palacio de Fuensalida, rememoró la muerte de la emperatriz Isabel de Portugal, el luto sin consuelo del emperador Carlos, la procesión fúnebre que salió, un 1 de mayo, por aquellas puertas para llevar el cadáver hasta Granada y la célebre frase que el duque de Gandía pronunció después de reconocer los restos mortales: «nunca más servir a señor que se me pueda morir». 

La fiesta continuó en la iglesia de Santo Tomé. Balbi pagó las entradas sin hacer caso de mis protestas y Pilar siguió sorprendiéndonos con sabrosas historias sobre la reedificación del templo que costeó el señor de Orgaz y, sobre todo, con una brillantísima presentación del celebérrimo («celebérrimo» quiere decir «super famoso») cuadro conocido como «El entierro del Conde de Orgaz». 

Aún quedaban más sorpresas y más fiesta en la sinagoga del Tránsito donde la erudición de nuestra guía, lejos de abrumar, templaba la emoción con la que hablaba de Israel. 

Luego Balbi se fue a buscar una farmacia para comprar una caja de Famotidina y nosotros nos acercamos al monasterio de San Juan de los Reyes que ya estaba cerrado. Doña Balbi volvió con la Famotidina y, pese a mis protestas, me la dio de gratis. Entonces nuestra guía anunció que íbamos a comer en su casa y nos condujo a su casa. Sí, exacto, la casa maravillosa que Wilder y yo habíamos estado admirando tres horas antes. 

Pilar nos explicó que a esa caja de registros instalada frente a una de las puertas la llaman familiarmente «el burladero» y nos invitó a entrar por otra puerta en la que tiene su oficina. Nos abrió la puerta una de sus hijas que no se llama Teresa aunque llevaba un delantal en el que ponía «Teresa». Nos ofreció gel hidroalcohólico según la etiqueta de la nueva normalidad y se puso a charlar con Wilder como si lo conociera de toda la vida. Entonces apareció la más pequeña y a continuación Santiago, el marido de Pilar que nos invitó a bajar al antiquísimo aljibe que están transformando en bodega. Mientras explorábamos el aljibe Wilder recordó la historia del apóstol Santiago y de la Virgen del Pilar que yo le había contado durante el viaje. Santiago nos reveló el secreto de los jazmines que cubren la fachada de la casa y que atraen la atención de todos los turistas.

Ya en el comedor, donde nos esperaba una maravilosa crema de calabaza, conocimos a otros tres hijos de Pilar y Santiago y no dejó de llamarnos la atención que uno de ellos llevase el nombre de Agustín y otro el de Esteban, como el santo obispo y el santo diácono que enterraron al señor de Orgaz. 

Balbi, Wilder y yo, cautivados por la hospitalidad familiar de aquella casa, estábamos más que a gusto. Tanto que Wilder me confesó luego que hubo un momento en que tuvo la sensación de haber estado allí antes. 

En fin, cuando terminó la fiesta nos despedimos como se despiden los viejos amigos y empecé a atar cabos y a descubrir hasta qué punto había sido providencial el obstáculo que impidió a don Paco venir a sustituirme.

Hoy, al regresar a San Miguel, he sabido que mientras nosotros disfrutábamos de Toledo y hacíamos nuevas y estupendas amistades, don Marcos fascinaba a los feligreses con su simpatía durante la más emocionante tanda de primeras comuniones que se han celebrado en la parroquia este año del coronavirus. 

Bendito sea Dios.