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viernes, 22 de mayo de 2020

Parroquia en fase 1 (11)

viernes, 22 de mayo de 2020
Santa Rita

7:00
Teresa. Que, como solamente pueden reunirse quince personas en el funeral, ha pensado que a lo mejor ella molesta. Pero no, no molesta.

8:00
Oración de la mañana: la alegría mundana y el gozo del Espíritu Santo. 
Bernardo entra en la iglesia murmurando algo. Se acerca al altar de la Virgen del Carmen, enciende una velita y se va. 

9:00
Joan me manda la traducción corregida. 
Oficio de Lecturas y Laudes.

9:30
Hay que dar el primer toque de difuntos y preparar el funeral. 

9:55
Saludo a Rita, la viuda de Miguel. Se me olvida que hoy es su santo. 
El de la funeraria, un joven simpático y servicial, entra en la sacristía  bromeando: «Echa aquí una firmica. Total ¡es un trámite! Y vais a cobrar igual».  Y se despide: ¡«Venga! ¡Vamos a descargar!». Para enterrar a los muertos, cualquiera vale, cualquiera, menos el sepulturero. 
Empieza el funeral por Miguel. 
10:05
Teresa me ayuda a recogerlo todo y se despide hasta luego. 

Newman. Sermón de Pentecostés de 1834.
Empieza así: «Dios Hijo se ha dignado revelarnos al Padre desde fuera, el Espíritu Santo mediante comunicaciones interiores». Luego invita a «adorar en silencio el Amor infinito que nos rodea por todos lados». 
«La alegría solo es tumultuosa cuando es incompleta (…) ¿de qué sirve esa soltura y alegría meramente animal sino para hacer que el hombre le tome gusto a todo lo que pasa? (…) El ansioso piensa en sí mismo, teme el peligro, habla apresuradamente y nunca tiene tiempo para lo que interesa a los demás. El que vive en paz está agusto, cualquiera que sea su suerte. ¿cómo no va a venir a continuación un amor sin distinción a todos los los hombres si la inocencia y la paz son puro cariño?». 

Abro el buzón. Me ha llegado la invitación para la boda de María y Aarón en Villena el 13 de junio. Ha llegado también el boletín de abril de la Madre María Félix. Veamos. De esos boletines me encanta la sección de «Favores alcanzados por la intercesión de X». Recito la oración para la devoción privada que viene al final y pido por una intención que yo me sé. 

11:00
Vuelvo a la iglesia. Me saluda Encarnita que pasa con la compra en las manos y con la mascarilla colgando del cuello: «Don Javier, lo vamos a denunciar por no llevar la mascarilla. ¿Hay Misa a las doce y media? No sé si me dará tiempo a venir». 
La Iglesia huele a incienso por el funeral. 
Hora Tercia. 
Entra una señora rubia con un traje azul, me dice «hola» se arrodilla, reza un poco y se va. 
Arreglo la mecha del cirio pascual. 
Me pongo la mascarilla para ir a la panadería. Al salir de la iglesia me cruzo con Joan. Nos saludamos. Antes de entrar en la panadería leo las instrucciones: solamente dos clientes a la vez. «Buenos días. Querría llevarme esa tarta de manazana». Esa tarta de manzana está encargada. «Me alegro porque, en realidad, lo que yo quería llevarme es esa bandeja de pastelitos que está al lado». Seis euros. Pongo los pastelitos en el altar de santa Rita. 
Entra un señor que debe medir algo así como un metro y setenta y cuatro centímetros y viste una camiseta blanca de mangas cortas. También lleva unos pantalones, claro, pero no recuerdo el color ni nada. Echa un vistazo a la iglesia y se va. 

11:45
Voy al confesonario sin sotana porque me la dejé ayer en la casa abadía. Viene un penitente.

Capítulo XXII del Ceremonial de los obispos. La exposición y bendición eucarística. 
Observo lo siguiente. El Ceremonial usa mayúsculas en «Santísmo Sacramento», «Palabra de Dios», «Padre», «Liturgia de las Horas», «Horas»,   «Ritual Romano», pero minúsculas en «hostia», en «misa», «celebración eucarística» y en el pronombre personal «él» referido a Cristo. 

12:15
Voy a revestirme para la Misa. 

13:00
Después de Misa visitamos el altar de santa Rita y hacemos entrega solemne de unos pastelitos de santa Rita a Rita Sala. 
Joan me ayuda a recogerlo todo y a cerrar la iglesia. Me recuerda que hay que rezar por Laura.
Llamo a Rita, la viuda de Miguel, para felicitarla por su santo.
Pongo la homilía en el blog. 
Envío la catequesis 36 de Cotelo. 
Encuentro un mensaje que me han mandado mientras estaba en la panadería. Que si puedo ir a confesar. Lástima. Contesto a seis mensajes.
Felicito a Mari Mar que hoy cumple años y me voy a buscar las viandas que ha preparado doña Nati. A la vuelta felicito a la tercera Rita de hoy. 

14:30
Capítulo 9 de La muerte de Ivan Ilich
Ivan delira por efecto del opio. Cuando se despierta despide a Gerasim y se echa a llorar. «Lloraba a causa de su impotencia, de su terrible soledad, de la crueldad de la gente, de la crueldad de Dios, de la ausencia de Dios».
Luego le habla la voz del alma.
«-¿Qué es lo que quieres?
-Quiero no sufrir. Vivir -se contestó.
-¿Vivir? ¿Cómo vivir? -preguntó la voz del alma.
-Sí, vivir como vivía antes: bien y agradablemente.
-¿Como vivías antes? ¿Bien y agradablemente? -preguntó la voz. y él empezó a repasar en su magín los mejores momentos de su vida agradable. Pero, cosa rara, ninguno de esos mejores momentos de su vida agradable le pa- recían ahora lo que le habían parecido entonces; ninguno de ellos, salvo los primeros recuerdos de su infancia. Allí, en su infancia, había habido algo realmente agradable, algo con lo que sería posible vivir si pudiese volver. Pero el niño que había conocido ese agrado ya no existía; era como un recuerdo de otra persona».
«Era como si bajase una cuesta a paso regular mientras pensaba que la subía. Y así fue, en realidad. Iba subiendo en la opinión de los demás, mientras que la vida se me escapaba bajo los pies... Y ahora todo ha terminado y ¡a morir!»
«Quizá haya vivido como no debía -se le ocurrió de pronto-. ¿Pero cómo es posible, cuando lo hacía todo como era menester?»se contestó a sí mismo, y al momento apartó de sí, como algo totalmente imposible, esta única explicación de todos los enigmas de la vida y la muerte».
«Pero por mucho que preguntaba no daba con la respuesta. Y cuando surgió en su mente, como a menudo acontecía, la noción de que todo eso le pasaba por no haber vivido como debiera, recordaba la rectitud de su vida y rechazaba esa peregrina idea».
Capítulo 10
Sigue preguntándose el porqué del sufrimiento y de la muerte en la más absoluta soledad. Y recordando que siempre ha cumplido con su deber no encuentra explicación para ese enigma. 
Capítulo 11
Por fin acepta la verdad. Su vida ha sido un fraude. 
Su esposa le propone que comulgue: «Jean, cariño, hazlo por mí (¿por mí?). No puede perjudicarte y con frecuencia sirve de ayuda. ¡Si no es nada! Hasta la gente que está bien de salud lo hace a menudo…».
«Cuando llegó el sacerdote y le confesó, Ivan Ilich se calmó y le pareció sentir que se le aligeraban las dudas y con ello sus dolores, y durante un momento tuvo una punta de esperanza. Volvió a pensar en el apéndice y en la posibilidad de corregirlo. Y comulgó con lágrimas en los ojos».
Pero el alivio dura solo un instante y, en cuanto reaparece su mujer, vuelve la convicción de que todo ha sido un fraude. 
Capítulo 12
Durante tres días agoniza aullando de dolor. Y al tercer día, dos horas antes de morir, le ocurre algo que yo no contaré aquí. 
FIN

15:04
Vamos a ver qué dice el parte de la tele. 

16:00
Meditación. Los frutos del Espíritu Santo. (Gal 5, 22-23)

16:30
Hay que limpiar la imagen de las Tres Avemarías. Llega Teresa y me ayuda a llevarla a la puerta de la iglesia donde haremos el decenario al Espíritu Santo.

17:00
Decenario al Espíritu Santo. Segundo día: la caridad

17:30
Despacho parroquial. 
Lo primero el correo. Llega el NODI del obispado. Hay que poner en Fbk la Carta del obispo a los laicos. El día de Pentecostés se celebra la jornada de Acción Católica y del Apostolado Seglar. El Vicario General nos comunica que en los municipios de menos de 10.000 habitantes podemos llenar hasta un 50% del aforo. Hay que poner la noticia en Fbk y mandarla por wasap a las dos parroquias. Pero, un momento, el BOE dice que eso solo vale para municipios que tengan una densidad inferior a 100 habitantes por Km2. San Miguel tiene 102. Mi gozo en pozo. Hay que quitar la carta de Facebook. Factura de San Jorge: 39 dólares y 26 centavos. Ya está pagada. Borro dieciséis correos no deseados. 
Lo segundo archivar cartas de bancos. ¡Me encanta! 
Y, ya que estamos, limpieza del archivo. A la basura los papeles del banco  con más de cinco años de antigüedad. 
Y hay que limpiar la mesa.

18:30
Misterios dolorosos.

18:50
Visita al contenedor de papel. De paso, tiro la basura. Llamo a la puerta de Simon. No abre. Sé que está vivo porque Teresa me ha dicho que lo ha visto hoy mismo. Lo llamo por teléfono. Contesta. Que maña por la mañana vendrá a seguir pintando las puertas. Me felicito. 

19:20
Fracasología. De María Elvira Roca Barea. 
Vale más un respingo / y un taconeo / que todas las piruetas / del minueto. El flamenco mirando por encima del hombro a la música italiana de moda. Las majas y los manolos no se dejan amilanar por la moda francesa. A Jovellanos esto le molesta: «Otras naciones traen á danzar sobre las tablas los dioses y las ninfas; nosotros, los manolos y verduleras». Y comenta María Elvira: «Tengo para mí que uno de los objetivos de los afrancesados era matar al país de aburrimiento. No se sabe por qué, pero no tienen sentido del humor, com o si la superior conciencia de su misión redentora les vetara el desahogo». 
En el siglo XIX «el baile andaluz y las bailarinas españolas triunfan en Londres» mientras aquí los árbitros de la elegancia desprecian todo lo español por parecerles poco europeo y moderno. 
El apartado «Larra y la crítica a este país» (pp 209-216) no tiene desperdicio. 

19.58
Que aún me duelas. Álvaro Petir Zarzalejos.
El poema XX (pp 37-38) tiene mucha gracia. Describe el infierno en el que los cultos atormentan a quienes confunden a la Veil con la Weil o no han leído Regiones lejanas decide —sabiamente— alejarse de los cultos.
(…) y quise entonces ser, no un hombre 
culto, sino como el huerto que grana,
un hombre cultivado; atesorar 
lo que Burke llamó tan bellamente
«la no comprada gracia de la vida». 
Muy bien. Y el XXV, que empieza así
TE avisé: no te fíes de un hombre sin espada.
acaba aún mejor. 
Pues, se acabó Que aún me duelas. 

A ver qué hay por aquí. ¡Mira, mira! Twardowski. A este siempre vuelvo con ganas. A partir de mañana. 

jueves, 21 de mayo de 2020

Parroquia en fase 1 (10)

jueves, 21 de mayo de 2020
San Cristóbal Magallanes y compañeros mártires

8:07
Del tanatorio. Que ha muerto Miguel Fernández Mañogil. Que si puedo dar el toque de difuntos. Sí. 

9:30
Me escribe un amigo que está a punto de dejar de serlo.

10:30
Del tanatorio. Que si el funeral puede ser mañana en la parroquia a las diez. Sí. 
Intento poner en Facebook la esquela de Miguel. Facebook dice que ha habido un problema y que están tratando de solucionarlo. 

10:55
Contesto al amigo del modo más conciliador y cariñoso. 

11:00
Me contesta el amigo. Que da por finalizada nuestra relación. Hay que rezar la Hora Tercia. 

11:30
Teresa. Que si he hablado con los de la tele para enterarme de por qué no se transmitió la Misa ayer. Que ahora hablo. Hablo con Roberto, de Vega Fibra. La Misa se transmitió por la tele pero no por Facebook porque estaban de mantenimiento. 

12:30
Misa. Después charlo largamente con Joan. Santa Rita le ha concedido la gracia que pedía. Ahora hay que encomendar a su hija Laura. Por fin Facebook me deja publicar la esquela de Miguel. 

14:00
Me llaman de Torremendo. Los padres de los niños de catequesis quieren saber si las primeras comuniones pueden ser en agosto. Sí. ¿El sábado 29? Sí. 

14:45
Pongo la homilía en el blog. 

15:00
Capítulo 4 de La muerte de Ivan Illich. 
Donde se cuenta que Iván se siente mal, va al médico, empieza a tomar las medicinas que le mandan y se le antoja que nadie se toma en serio su enfermedad. 
Capítulo 5
Donde se cuenta que Iván empieza a pensar en la muerte. 
Capítulo 6
Dicen los sabios que la negación es la primera fase por la que solemos pasar cuando algo nos perturba mucho. Iván se va deteriorando pero no quiere aceptar la muerte. «El silogismo aprendido en la Lógica de Kiezewetter: Cayo es un ser humano, los seres humanos son mortales, por consiguiente Cayo es mortal, le había parecido legítimo únicamente con relación a Cayo, pero de ninguna manera con relación a sí mismo». La muerte es algo que acongtece a los demás. «Cayo era efectivamente mortal y era justo que muriese, pero en mi caso -se decía-, en el caso de Vanya, de Ivan Ilich, con todas mis ideas y emociones, la cosa es bien distinta. y no es po- sible que tenga que morirme. Eso sería demasiado horrible».
Hay que distraerse, no hay que pensar en la muerte. Está de moda el pensamiento positivo: si piensas en positivo todo irá bien. «Trató de ahuyentar aquel pensamiento falso, inicuo, morboso, y poner en su lugar otros pensamientos saludables y correctos. Pero aquel pensamiento —y más que pensamiento la realidad misma— volvía una vez tras otra y se encaraba con él».
Bueno, pues hay que distraerse concentrándose en el trabajo, jugando a las cartas o poniéndose a ordenar la casa compulsivamente. Iván lo intenta todo pero nada. 
Capítulo 7
Iván Ilich ha aceptado que se está muriendo. Le parece que a su alrededor todos fingían no darse cuenta. Eso lo irrita. Entonces aparece Gerasim, un joven campesino que ha entrado el servicio de la casa como criado y que lo trata con cariño y, cuando Ivan le pide perdón por las molestias que le está causando, Gerasim se atreve a decirle: «Todos tenemos que morir. ¿Por qué no habría de hacer algo por usted? -expresando así que no consideraba oneroso su esfuerzo porque lo hacía por un moribundo y esperaba que alguien hiciera lo propio por él cuando llegase su hora».
Ahora, por primera vez en su vida, Iván Illich se sabe dependiente y necesitado. «Quería que lo acariciaran, que lo besaran, que lloraran por él, como se acaricia y consuela a los niños. Sabía que era un alto funcionario, que su barba encanecía y que, por consiguiente, ese deseo era imposible; pero, no obstante, ansiaba todo eso. y en sus relaciones con Gerasim había algo semejante a ello, por lo que esas relaciones le servían de alivio».
Capítulo 8
La enfermedad se conviete en rutina. La cuatro paredes, las visitas de los médicos, el dolor, las noches interminables y, sobre todo, la imposibilidad de hablar con alguien de lo único que le importa a Ivan: su muerte. Los médicos vienen, fingen hacer algo importante y se marchan diciendo que todo va bien. Él se muere pero todos a su alrededor, los criados, la familia, todos, siguen viviendo como si nada. De hecho, esta noche, su mujer y sus hijos se van al teatro con un amigo. Entran en su habitación —vestidos de etiqueta— para despedirse. «Había llegado a la ciudad Sarah Bernhardt y la familia tenía un palco que él había insistido en que tomasen. Ivan Ilich se había olvidado de eso y la indumentaria de ella le ofendió, pero disimuló su irritación cuando cayó en la cuenta de que él mismo había insistido en que tomasen el palco y asistiesen a la función porque seria un placer educativo y estético para los niños». Él se está muriendo pero hay que hablar de Sarah Bernhardt.
15:45 
Habrá que rezar el rosario. Tocan los misterios luminosos pero hoy es la Ascensión. Misterios gloriosos. 

16:15
Hay que fregar la casa. Tengo media hora antes de irme a Torremendo. Manos a la obra.

16:45
Me voy a Torremendo. Me está esperando Antonio. Intentamos entrar en los locales pero la cerradura dice que no y que no. Lo que podemos ver desde fuera es triste. Cien metros cuadrados de cielo raso se han desplomado y todo son escombros. Subimos al piso de arriba y descubrimos la causa. El desagüe de una terraza se ha embozado, la terraza se ha empantanado y el agua se ha filtrado silenciosa y lentamente hasta completar su obra destructiva. 

17:45
Vuelvo a San Miguel. Medito con una charla que me han mandado. 

18:15
Tengo tres cuartos de hora antes de la novena a santa Rita. Justo lo que necesito para limpiar a fondo el despacho. Tenemos una plaga de mosquitos. Por suerte hay citronela en casa. Manos a la obra.

19.00
Último día de la novena a santa Rita y primer día del decenario al Espíritiu Santo porque hoy es la Ascensión. 

19.45
Hay que revisar el correo. Borro cincuenta correos no deseados. Contesto a dos corresponsales. ¡Mira! el presupuesto para los nuevos bancos de Torremendo. Muy interesante, pero tendrán que esperar. 
20:30 
Me llama mi prima MGC. 

20:55
Vísperas.

21:15
Que aún me duelas de Álvaro Petit. 
XV
(…)
A veces, los labios se ocupan sólo
de sí mismos. Y entonces es el mundo
más inhóspito, menos palpitate. 
(p. 31)

miércoles, 20 de mayo de 2020

Parroquia en fase 1 (9)

miércoles, 20 de mayo de 2020
San Bernardino de Siena

6:30
Traviesos y juguetones, los vencejos saludan al sol con algarabía de tuits en la plaza. He dicho.

7:00
Como no hay transmisión de la Misa de Santa Marta, después de desayunar me voy directamente a la Iglesia y rezo con la homilía de Benedicto XVI en la fiesta de Pentecostés de 2012. 

8:30
Oficio de lecturas y Laudes. San Juan advierte en su primera carta contra los anticristos que han aparecido y que niegan a Cristo. Y el salmista se pone melancólico recordando los portentos que Dios hizo por su pueblo: «Y me digo: ¡Qué pena la mía! ¡Se ha cambiado la diestra del Altísimo!». (Sal 76)
Escribo la homilía de hoy y mando la traducción a Joan para que la corrija, por favor. 
9:30
En la fiesta de la Ascensión de 1834 Newman dice que nos conviene que Jesús se vaya pero que no sabemos por qué dado que, para interceder por nosotros, no necesitaba alejarse de nosotros. Más bien habrá que pensar que la marcha de Cristo conviene para nuestro crecimiento. Y lo mismo debemos pensar cuando se van los amigos o esos cristianos que, en nuestra opinión, podrían haber hecho aún mucho bien a la Iglesia quedándose entre nosotros. Dios se los lleva de un sitio a otro quizá porque tiene otra misión para ellos pero, en cualquier caso, su marcha conviene al avance de la Iglesia y a nuestro crecimiento personal. 
Como Newman aún no es católico dice que no sabemos si los santos interceden por nosotros en el Cielo, aunque no lo descarta. Y no solo no lo descarta sino que reconoce que en el Apocalipsis, los mártires aparecen preguntando a Dios hasta cuándo retrasará el día de la justicia. 

10:00
El capítulo XI del Ceremonial de los obispos trata de la antigua tradición de las procesiones.
Las más importantes entre las ordinarias son la de las candelas, la del Domingo de Ramos, la de la Vigilia Pascual y la del Corpus.
Las procesiones preceden a la Misa excepto aquellas en las que se saca el Santísimo Sacramento. 
Leo en El Mundo Un presidente sin palabra y en el ABC un artículo de Israel Viana sobre las críticas de Vicente Rojo a la bandera tricolor
Reviso mi correo y borro treinta correos no deseados. 

11:00
Chateo con Joan algunas dudas sobre sus correcciones. Mil wasaps con bromas sobre las encuestas de Tezanos. 

11:30
Vuelvo a la iglesia para preparar la Misa y atender el confesonario. 

Tercia.
Iam surgit hora tertia,
qua Christus ascendit crucem. 
Como no viene nadie a confesarse, leo De los nombres de  Cristo. 
Se llama también Faces o «cara» de Dios. «Y para decirlo en una palabra, decimos que Cristo hombre es faces y cara de Dios, porque, como cada uno se conoce en la cara, así Dios se nos representa en Él y se nos demuestra quién es clarísima y perfectísimamente».
«Pongamos ahora con la fe los ojos en aquel rostro divino y en aquellas figuras de Él, figuradas con el dedo del Espíritu Santo; y miremos el semblante hermoso y la postura grave y suave, y aquellos ojos y boca, ésta nadando siempre en dulzura, y aquéllos muy más claros y resplandecientes que el sol; y miremos toda la compostura del cuerpo, su estado, su movimiento, sus miembros concebidos en la misma pureza, y dotados de inestimable belleza. Mas ¿para qué voy menoscabando este bien con mis pobres palabras, pues tengo las del mismo Espíritu que le formó en el vientre de la sacratísima Virgen, que nos le pintan en el libro de los Cantares por la boca de la enamorada pastora?».

12:15
Voy a revestirme para la Misa de doce y media. 

13:15
Pongo la homilía en el blog y le doy un repaso a Twitter. Decido elegir este como mejor tuit de la mañana

14:00
Durante la comida oigo la tercera charla (empieza en el minuto 24 y va de la conversión de Carmen Laforet) de este video recomendabilísmo

17:00

17:30
Misterios gloriosos.

17:50 
Despacho parroquial.

18:30
Hay que ir al tanatorio para el entierro de Antonio que murió anoche. Debería llevar una bolsa al contenedor de vidrio y pasar por el supermercado. Allá vamos. 

19:45
Capítulo 3 de La muerte de Iván Ilich
Aquí se cuenta cómo después de diecisiete años de matrimonio y cuando ya era un fiscal veterano, Iván se sintió tratado injustamente por la vida. Tenía un sueldo de tres mil quinientos rublos que a todos les parecía generoso pero a él se le antojaba escaso. Hizo gestiones y consiguió otro puesto «que lo colocaba a dos grados del escalafón por encima de sus antiguos colegas, con un sueldo de cinco mil rublos, más tres mil quinientos de remuneración por traslado. Ivan Ilich olvidó todo el enojo que sentía contra sus antiguos enemigos y contra el ministerio y quedó plenamente satisfecho». El narrador nos dice que «Eso ocurrió en 1880, año que fue el más duro en la vida de Ivan Ilich». 
Iván dejó a su familia con su cuñado y fue a preparar el nuevo domicilio. Sentía que le habían quitado quince años de encima y se dedicó con entusiasmo a decorar la casa «comme il faut» imaginando la impresión que causaría a su mujer y a su hija. El resultado fue el ordinario «en las viviendas de personas que quieren hacerse pasar por ricas no siéndolo de veras y,  por consiguiente, acaban pareciéndose a otras de su misma condición: había damascos, caoba, plantas, alfombras y bronces brillantes y mates... en suma, todo aquello que poseen las gentes de cierta clase a fin de asemejarse a otras de la misma clase. Y la casa de Ivan Ilich era tan semejante a las otras que no hubiera sido objeto de la menor atención; pero a él, sin embargo, se le antojaba original». 
Por fin la familia se reunió y, como suele pasar, al principio todo fue entusiasmo por la novedad. Luego vino la rutina y, como suele pasar, empezaron a notar que la casa necesitaría una habitación más para ser perfecta y que al sueldo habría que añadirle otros quinientos rublos para que fuera adecuado a sus gastos y volvieron las tensiones. Después de una fiesta su mujer lo llamó «imbécil y mentecato» y él, en un arranque de cólera, mencionó el divorcio. «Pero el baile había estado muy divertido. Había asistido gente de postín e Ivan Ilich había bailado con la princesa Trufonova, hermana de la fundadora de la conocida sociedad Comparte mi aflicción». La cosa no pasó de ahí. Siguieron con sus rutinas, alejaron a los amigos de medio pelo, frecuentaron el trato de la gente distinguida y el fiscal Petrischev, rico por su casa, empezo a cortejar a Liza, la hija de Iván. 
Fin del capítulo. 

20:30
El reloj del campanario me recuerda que hay que rezar vísperas. Magnificat anima mea Dominum. 

Llamo al arcipreste para ver cómo se halla. Se halla bien. Llamo a Lorena que va a ser recibida en el orden de los catecúmenos el domingo que viene si Dios quiere. La hallo de un humor excelente y deseando ser recibida en el orden de los catecúmenos. Llamo a don Paco Román, cura de Los Montesinos. No contesta. Llamo a doña Nati. Se corta la comunicación. Llamo a Paco, su amable esposo. No contesta. Llamo al teléfono fijo de ambos. Contesta doña Nati. Que se ha quedado sin pilas en su móvil. Y me cuenta un montón de cosas y le doy las gracias por el pollo asado que me ha preparado hoy para comer. 

Y son las nueve y cuarto. En la plaza hay dos gorriones no sé si jugando o peleándose y en el cielo los vencejos aún vuelan alto. No sé si he contado que  una pareja ha anidado justo encima de la puerta de la casa abadía. 

Un poco de poesía con el ejemplar de Que aún me duelas —accesit del Premio Adonais 2017— que Petit me ha dedicado. Veamos. 
Empieza con una Oración inicial en homenaje a Machado. Yo la recito y la copio como si fuera una oración dirigida a Dios:
SOY un pedigüeño. A ti vuelvo, a tus versos,
anhelando, herido y deshecho, sólo
para rogarte. ¡Mira a este poeta
desdichado! Dame uno de tus versos
o uno de tus significados. Ven,
maestro, y asísteme en la hora más negra
de este parco poema inacabado. 
La recito y la copio y me alegro con estos versos que no concluyen nada pero dejan un eco en el Cielo y en el alma.