jueves, 6 de febrero de 2025

Diario. Jueves, 6 de febrero de 2025

San Miguel

jueves, 6 de febrero de 2025


AMABLE DÍA DE ASUETO


Día de asueto: aquel en el que me permito dejar la actualidad para mañana. 



Hoy en Misa, durante la comunión, Andrés ha cantado el Himno del Año Jubilar. Muy bien. 



¿Qué es la inteligencia? El hombre, ser fronterizo entre las bestias y los dioses. La diferencia entre hacer cosas con sentido y poseer el sentido de las cosas. La razón por la que la IA jamás podrá hacer un presente. El presente de Dios. De todo esto y de mucho más habla el profesor Higinio Marín aquí


Elogio de los conservadores. De lo que el hombre es capaz cuando presta amorosa atención a las cosas que quiere rescatar de la ruina. La restauración de las Glosas Emilianenses


Una deliciosa canción paraguaya. Recuerdos de Ypacaraí. 



Al volver de Alicante he encontrado en mi buzón La cara oculta de la luna, un poemario de Ascensión Camarena. Es una cuidada edición, con lindas guardas y una cariñosísima dedicatoria de la autora. 

Me acomodo y empiezo a leer. Algunos poemas ya los conocía. Por ejemplo el que empieza así: «¿Por qué os levantáis de la cama cada día?».

Sigo leyendo hasta el que acaba así: 

«Esperan presentes

al futuro, y gritan:

¡Nada es eterno!

¡Nada es eterno!

Solo Tú eres eterno». 

Aquí interrumpo la lectura para ir a la iglesia y tomo de estos versos el tema de mi oración. 

Luego vuelvo a acomodarme en la casa abadía para leer tranquilamente el resto del libro, hasta el final. 

Son poesías claras, hondas, tiernas. Tocan el alma y le recuerdan que el corazón de Dios

«arde secretamente

por nosotros».

miércoles, 5 de febrero de 2025

Diario. Miércoles, 5 de febrero de 2025

 San Miguel de Salinas

miércoles, 5 de febrero de 2025


6:55

Abro la iglesia.

Un coche de la Policía Local bloquea la salida del garaje. Voy a la panadería. Allí están los agentes desayunando con dos guardias civiles.  

7:02

Salgo para el hospital. Sobre el horizonte se adivina, apenas, la luz crepuscular. Divago recordando los horizontes amarillos, naranjas, violáceos y carmesíes que se ven a estas horas  por aquí en primavera. Y me viene a la memoria un verso que he leído no sé dónde: «¿Quien apagará toda la púrpura del mar?».

Pongo la radio para oír a Herrrera. 

7:23

Llego —el primero— a la capilla del hospital. 

Mientras preparo el altar va congregándose la congregación. 

El doctor MS me informa de que Francisco murió ayer. Ofreceremos la misa por él. 

Llegan María José, María, Miguel…

¡Hay uno nuevo! Es un empleado del hospital al conozco de vista y que debe de trabajar en mantenimiento porque va con su chaleco reflectante y todo. 

Cuando estoy a punto de salir al altar para empezar la misa llega el doctor GL con su sonrisa uruguaya. Él proclama la primera lectura y recita el salmo. 

Misa de santa Ágata. Canon Romano. 

Terminada la misa (8:01) y la acción de gracias (8:10) recojo todo y voy con María José, María y Miguel a la UCI para visitar a Miguel. Luego charlo un poco con ellos y vuelvo a la capilla.

Oficio de lectura y laudes. 

9:45

Salgo para San Miguel pasando por la azotea del hospital. 

11:00

Segunda misa de santa Ágata. En el memento de vivos mento a Fátima y a Arantxa. En el de difuntos a papá —ayer se cumplieron treinta años de su muerte— y a mamá que descansa con él en paz. 

Después de la acción de gracias (11:30) me quito los ornamentos y charlo un poco con Joan. 

12:00

Ángelus en la casa abadía. 

Luego, en el despacho parroquial, me siento ante mi Mc, vuelvo a leer las instrucciones que nos han mandado del obispado y me pongo a instalar el nuevo programa de contabilidad. Después de hacer todos los sortilegios que indican las instrucciones llego a un callejón sin salida y decido llamar al obispado y rogar que me pongan con el departamento de informática. Me atiende una señora amabilísima y muy competente cuyo nombre es Lola, o Lidia, o Laura pero a la que —a partir de hoy— invocaré con el nombre de Gandalf. Ella me enseña el sortilegio que hay que hacer para salir del callejón sin salida. 

Divago un poco recordando algo que he leído en una conferencia de C.S. Lewis sobre Hamlet. Intenta Lewis explicar la perplejidad y el fracaso de críticos literarios tan conspicuos como Goethe o Eliot cuando se enfrentan con Hamlet, el procrastinador. Y lo resuelve todo con una imagen que es lo que a mi me gusta. Viene a decir que si dos caballeros elogian la conversación de una dama pero uno subraya la ingenuidad de la señora y otro encomia su sofisticación, lo más probable es que ambos hayan quedado fascinados por la belleza de su interlocutora o por la musicalidad de su voz. 

No importa. 

Hago el sortilegio que me ha enseñado Gandalf y—¡zas!—se abre en mi Mc el nuevo programa de contabilidad parroquial. 

Las cuentas del pasado ejercicio hay que rendirlas ya con el nuevo programa. Tengo una hora y media antes de ir a comer  casa de doña Nati para familiarizarme con el nuevo programa de contabilidad parroquial y para pasar la contabilidad de mi linda hoja de cálculo al programa del obispado. 

14:00

Voy a comer a casa de doña Nati. Ya he mandado al obispado las cuentas de San Miguel y he empezado a poner en el nuevo programa las de Torremendo. 

Doña Nati y Samira están de un humor excelente. Doña Nati comenta, aliviada, que cuando caiga el meteorito que se anuncia para dentro de siete años ella espera verlo todo con Paco desde el cielo. 

14:45

Visita al Santísmo. 

Odio ser prolijo. Además, don EGM dice que un diario debe ser conciso y llevar pepitas de oro —como un haiku—. 

Resumo.

Se me va la tarde entre oraciones, wasaps, llamadas telefónicas y trabajos contables. 

20:48

Me llama el arcipreste. 

—Buenas noches, Paco. ¿Cómo estás?

Oigo por el teléfono una risa arciprestal. 

—Muy bien, Javier. Supongo —por lo tranquilo que te noto— que has olvidado que hoy te tocaba predicar en las Noches Parroquiales de Los Montesinos. 

Sí, lo había olvidado a pesar de que fui yo mismo quien hizo el plan de predicación para las Noches Parroquiales de Los Montesinos. Pero el arcipreste es hombre de recursos y, además, muy compresivo. 

—Sí, la verdad, lo había olvidado. 

— No te preocupes, Javier. Voy a exponer el Santísimo y rezaremos en silencio. 

Le pido disculpas —aunque no me ha acusado de nada— y pienso para mí que salen ganando con el silencio.

Me preparo una cena ligera y escribo esto.

martes, 4 de febrero de 2025

Diario. Martes, 4 de febrero de 2025

San Miguel de Salinas

martes, 4 de febrero de 2025


Misa votiva de los Ángeles porque es martes.



Más ángeles


Zakaría me ha ayudado a guardar las cajas con los adornos navideños que aún estaban apiladas en la sacristía. 

Wilder ha arreglado la cerradura de mi Lamborghini que estaba averiada. 



Por la mañana leo este versículo en el siempre me detengo:

Uno de los servidores que estaba allí dio una bofetada a Jesús, diciendo: -¿Así es como respondes al sumo sacerdote? (Jn, 18, 22)

Por la tarde encuentro estos versos de William Wordsworth que no se refieren a Cristo pero que se me antojan un hermoso comentario a esta escena: 

And blind Authority beating with his staff

The child that might have led him.

lunes, 3 de febrero de 2025

Diario. Lunes, 3 de febrero de 2025

 San Migue de Salinas

lunes, 3 de febrero de 2025


Hoy empieza el nuevo horario en el hospital. La misa se adelanta veinte minutos. 

6:55

Abro la iglesia. 

7:00

Salgo para el hospital. 

7:20

Preparo el altar para la misa de san Blas y me da tiempo a atender a un penitente y a revestirme.

7:40

Empieza, puntualmente, la misa. 

8:00

Termina puntualmente la misa y el doctor L entra a saludarme a la sacristía con su sonrisa de Uruguay. Está muy contento porque el nuevo horario le permite asistir a la misa. 

Recojo todo y voy a la UCI con María José, con Miguel Jr y con María para visitar a Miguel Sr que sigue en coma. Le doy la absolución, rezamos un poco y nos despedimos. 

Subo a la habitación de Anabela pero me informan de que murió antier. Descanse en paz. 

Vuelvo a la capilla. Oficio de lectura y laudes. 

Me siento para mirar fijamente al sagrario. 

9:35

Salgo para San Miguel. 

10:00

Voy al banco para ingresar las colectas del fin de semana. Me llama el doctor S. Que si puedo volver al hospital porque hay un paciente agonizando. Que tengo que celebrar a las once en San Miguel y, luego, un funeral en el tanatorio a las doce. Que iré volando en cuanto termine. 

11:00

Segunda misa de san Blas. Bendecimos los caramelos de san Blas: mano de santo para la garganta. 

12:00

Funeral de Ismael en el Tanatorio. 

13:00

Vuelvo al hospital. 

Francisco tiene ochenta y cinco años. Su amable esposa tiene noventa y dos. Tienen dos hijos gemelos. Francisco está agonizando. Lo acompañan su hijo Luis y su nuera Ana María. Son muy simpáticos. Doy la absolución y la unción a Francisco. Luego charlo largamente con su nuera y con su hijo. Ya somos amigos. 

14:30

Llego a comer a casa de doña Nati. Está con Gracia y con José María. Me llaman Fátima y Jose. Que si podemos vernos en Los Montesinos a las cinco y cuarto. Que sí. 

15:15

Nos despedimos. Visita al Santísimo. 

Voy a la casa abadía y me siento en un sofá, con una manta en las piernas, para trastear en las RR SS

Me tumbo en el sofá. Me tapo con la manta. 

Cuando me despierto, mi iPhone está en el suelo. 

16:15

Misterios gozosos. 

Lectura del evangelio. 

16:50

Salgo para Los Montesinos. 

17:10

Llego a la plaza de Los Montesinos cinco minutos antes de la hora en que había quedado con Fátima y Jose pero ellos ya está allí. Vamos a un bar cercano y me invitan a un café. Charlamos. Se casan en octubre. 

17:45

Nos despedimos. Como la iglesia está cerrada, me voy al coche para hacer un rato de oración. Me llama Ana Isabel. Que me invitan a cenar. 

18:30

Tercera misa de san Blas en Los Montesinos. Bendecimos los caramelos de san Blas. 

19:00

Vísperas. 

19:40

Llego puntualmente a la casa de Ana Isabel y Wilder. Están con las niñas y con Óliver, la perra, que ya no me tiene miedo y viene a recibirme en la puerta. Les llevo nueve caramelos de san Blas y los coloco en fila en el aparador de la entrada. Camila los mira codiciosamente. 

Cenamos y charlamos largamente. Pregunto a Camila que si conoce a Moha. Me dice que sí, que todos conocen a Moha. Le pregunto que si el mejor de su clase es un chico o una chica. Se queda pensativa. Luego dice: «Un chico: Mateo». Ironizo: «¿Mateo se lo sabe todo?». Se queda pensativa y, luego se pone locuaz: «No es por eso. Nadie se lo sabe todo. Pero él es muy rápido. Bueno, no es que sea muy rápido, no es eso: es que siempre tiene los deberes hechos y hace lo que tiene que hacer». Tomo nota. 

Luego Wilder me habla de un amigo con el que pasaron el domingo. 

Luego Ana Isabel y Wilder me hablan de las cenas Alfa a las que están asistiendo los sábados en Los Montesinos. Están disfrutando y aprendiendo y creciendo juntos en esas cenas. 

21:00

Nos despedimos y voy a la iglesia. 

Completas. 

Cierro la iglesia y voy a la casa abadía. 

Divago un poco mientras me quito la ropa de abrigo y me pongo mi bata de sedas chinas. Se me ocurre que sería lindo poner una cartel en la puerta de la iglesia que dijera, con estas o semejantes palabras: «PARROQUIA DE SAN MIGUEL. TERAPIAS DE CONVERSIÓN PARA CURAS Y LAICOS. GRATIS».

Me da la risa y escribo esto.