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sábado, 20 de junio de 2020

Inmaculado Corazón de María

sábado, 20 de junio de 2020
Inmaculado Corazón de María

Después de celebrar la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús hacemos la conmemoración del Inmaculado Corazón de la Virgen María.
Hay una concordia natural —una especie de entendimiento secreto—entre el hijo y la madre. Quizá pensaba en eso aquella mujer que alabó a Jesús diciendo «dichoso el vientre que te llevó y los pechos que te criaron». Pero hay una concordia sobrenatural, perfecta, que es fruto del Espíritu Santo y que unió desde el principio y une en la eternidad los corazones de Jesús y de María. Por eso sus Nombres están siempre juntos en nuestros labios y en nuestros corazones. 
Consagrarnos al Inmaculado Corazón de María es también hacernos niños para crecer, como Jesús, junto o a Ella. 
Pedimos por su intercesión que el mismo Dios que preparó en Ella una digna morada al Espíritu Santo nos conceda ser templos dignos de su gloria. 


2020 June 20, Saturday
Immaculate Heart of Mary

After celebrating the Solemnity of the Sacred Heart of Jesus, we commemorate the Immaculate Heart of the Virgin Mary.
There is a natural concord — a kind of secret understanding — between mother and child. Perhaps that woman who praised Jesus saying "blessed is the mother who gave you birth and nursed you" was thinking about it. But there is a supernatural, perfect concord, which is the fruit of the Holy Spirit and which united from the beginning and unites in eternity the Hearts of Jesus and Mary. That is why Their Names are always together on our lips and in our hearts.
To consecrate ourselves to the Immaculate Heart of Mary is also to make ourselves like children and so, grow, like Jesus, close to Her. 
We ask through Her intercession that the same God who prepared in Her Heart a worthy abode to the Holy Spirit grant us to be temples worthy of his glory.

viernes, 19 de junio de 2020

Penúltimo día en estado de alarma

viernes, 19 de junio de 2020
Sagrado Corazón de Jesús

9:00
Cita con Newman:
El 29 de septiembre de 1831, habló de los ángeles. Pensar en ellos, decía, nos mueve a la humildad porque nos recuerda qué poco sabemos del mundo creado por Dios y con cuánta reverencia debemos acercarnos al trono de Dios. «Recreémonos con estos pensamientos acerca de los ángeles (…) y tengamos buen cuidado de no convertir su contemplación en un mero sentimiento, en una suerte de lujo de nuestra imaginación. Este mundo es un mundo de esfuerzo y trabajo; Dios nos revela un atisbo del Tercer Cielo para nuestro consuelo. Mas si nos recreamos en esos pensamientos como si fueran el fin de nuestra existencia presente, y no nos esforzamos a diario en purificarnos para conseguir en el futuro disfrutarlos en plenitud, entonces se convierten en una añagaza del enemigo». 
Ceremonial de los obispos:
Más momentos destacados en la vida del obispo, en este caso del arzobispo: la imposición del palio (7.V). El obispo encargado por la Santa Sede de imponer el palio preside la celebración hasta el momento de la imposición. Sentado en la sede y con la mitra recibe de manos del diácono el palio y lo impone al obispo que está de rodillas ante él. En la oración que acompaña a la imposición se menciona su significado: «este palio sea para ti símbolo de unidad y y signo de comunión con la Sede Apostólica».

10:00
Salgo para Torremendo. He quedado con Antonio para ver el tejado que se cayó con las últimas lluvias. Wilder se une a la inspección. Hace unos días limpió una de las terrazas y hoy se ofrece voluntario para desescombrar y limpiar otra. Saludo a Javier que hoy no ha ido a trabajar. 
Wilder y yo volvemos a Torremendo. Hoy cumple cinco años su hija Camila. Celebro la misa de doce y media con el Canon Romano mencionando entre los vivos a Camila y a Laura que pide oraciones desde los EEUU y, entre los difuntos, a Mercedes y a Alberto
Después de misa Teresa se ofrece para lavar un alba casulla. Es de fibra sintética y en la etiqueta dice, en italiano, que por nada del mundo debe lavarse con agua y que se limpie en seco. Teresa dice que vaya bobada y que la va a lavar con agua fría sin centrifugado. Le digo que me parece estupendo. Joan me enseña una foto de Laura. Se la ve feliz. Llega Mari para limpiar la iglesia y le digo que hoy cumple cinco años Camila. Me pregunta que quíen es Camila y se lo explico. No da crédito a Wilder cuando él le explica que tiene dos hijas porque a ella le parece muy joven. No da crédito a Wilder cuando él le dice la edad que tiene. Como los dos son de Medellín se ponen a hablar de sus cosas. Grabo un video de felicitación para Camila procurando usar expresiones que a mi me parecen muy colombianas: «Buenos días, mija, Camilita. Vea: soy el Padre Javier. Le mando mi felicitación desde España. Estoy acá con su papá que las quiere y las extraña mucho, ¿oyó? Ya su papá me contó que es usted una princesita muy linda y muy buena. Que Dios me la bendiga y que la Virgencita me las proteja a todas, ¿oyó? ¡Mejor dicho! Adiós Camilita, feliz cumpleaños». Mando el video a Wilder. Se emociona un poco: «Mejor dicho, Padre. Me emocionó su felicitación. Yo sí soy muy sensible, vea». Dejo a Wilder arreglando un ventilador y me voy a mis cosas. Me llama el cura del Pilar del la Horadada para recordarme nuestra cita del próximo martes. Escribo al cura de Los Montesinos para confirmar que iré a celebrarle las misas del 30 de junio y del 1 y 2 de julio. Me escribe Antonio para recordarme que el bautizo de su hijo en Crevillente no es mañana, como había ido diciendo yo por ahí, sino el sábado 4 de julio. Le agradezco el recordatorio y corrijo mi agenda para mañana y para el 4 de julio. 

14:00 
Vuelvo a la iglesia para recoger a Wilder. Nos despedimos de Mari, nos vamos a comer y hacemos planes para la tarde. Estamos haciendo planes para la tarde cuando llama un penitente. Que si puedo estar en San Miguel a las siete. Que sí.
15:00
Wilder vuelve a la iglesia para seguir arreglando cosas y yo a lo mío. 

18:00
Me voy con Wilder a Torremendo. Hacemos un plan de desescombro, limpieza y reordenación de muebles en la casa parroquial y vuelvo a San Migel.

19:00
Llego a San Miguel justo a tiempo para abrirle la iglesia al penitente. Encuentro la casulla que ha lavado Teresa y que, según la etiqueta, no se podía lavar, lavada y perfumada y colgada en la sacristía. ¡Qué bien!

19:30
Fracasología.
Roca Barea habla de las hambrunas provocadas en Irlanda y en la India por el sistema colonial británico. 
En el capítulo 8 se dedica a estudiar cómo la historiografía del siglo XIX contribuye a consolidar la Leyenda Negra sobre Españita. La intolerancia religiosa, por ejemplo, que ha sido un fenómeno universal acaba percibiéndose como un rasgo exclusivo de los católicos españoles. «Los historiadores franceses no hablan de su Inquisición. No queda bien». En los países de mayoría protestante no hay Inqusición pero hay «leyes civiles perfectamente vigentes durante siglos, y no están ocultas, para condenar la disidencia religiosa. En muchas ocasiones más agresivas e inhumanas que las que existían en territorio católico». 
Dedica un apartado a los judíos, minorías perseguidas en toda Europa. Según la Wikipedia, en versión francesa, fueron los ilustrados —franceses claro— quienes denunciaron esa persecución. Roca Barea lo pone en duda con sabrosas citas de Voltaire y siguiendo la pista al antisemitismo frances antes y durante la Revolución Francesa, en el periodo del Terror, con Napoleón y has la Segunda Guerra Mundial. Luego pasa a revisar el tema del antisemitismo en el sacro Imperio Germánico antes y después de la Reforma protestante. Y no olvida que durante siglos, el antisemitismo europeo consideraba a todos los españoles como infectados de judaísmo. A pesar de todo ello la historiografía del siglo XIX en adelante pinta las cosas de manera que «parece como si España demostrara su naturaleza bárbara y cerril en no haver sido capaz de integrar las minorías mora y judía, como si todos los demás sí lo hubieran hecho». 
Un poco de Dignidad.
A la paletada de cal de Roca Barea, añade Gomá la de arena. «Mientras fuera de nuestras fronteras hay europeos que impulsan la nueva empresa capitalista (…) el español, que hizo la Reconquista en el Medievo subido a un caballo, tiene la tentación de no bajarse de él y seguir sobre la cabalgadura durante la Edad Moderna». Pero, a renglón seguido, advierte que llamando la atención sobre ese anacronismo español no pretende «ignorar los méritos sobresalientes acumulados por nuestro país en ese mismo periodo ni su capacidad de anticipación en tantos aspectos decisivos». Con todo el triunfo de la burguesía en Europa —y con ella el de ese modo de vivir cuyo ocaso describe Zweig en “El mundo de ayer”— no tiene en España la misma magnitud. «Sufrimos las consecuencias de carecer de una clase media educada, pragmática, pactista, templada en sus juicios y actitudes y promotora de una tupida trama de costumbres cívicas». ¡Ay! Se llega así, después de una guerra, «al anacronismo de una dictadura en el corazón de Europa de la segunda mitad del siglo XX». 
«Tarde pero bien» es el título del último capítulo de Dignidad. Durante la Transición «acabó prevaleciendo un insólito espíritu de concordia». Si, formalmente, fue «una transición de la ley a la ley (…) atendiendo a su contenido (…) fundó un nuevo demos político edificado, por primera vez, sobre la amistad cívica entre los ciudadanos». En fin, tarde —porque ya en todas partes «empezaban a hacer ensayos contraculturales de posmodernidad»— pero bien, en España «culmina definitivamente nuestro larguísimo, interrumpido y sinuoso proceso de modernización». FIN. 

Sagrado Corazón de Jesús

jueves, 18 de junio de 2020
Víspera Sagrado Corazón de Jesús

Contemplamos hoy a Jesús resucitado y glorioso, mostrando su Corazón adorable. 
El profeta, Isaías anunciando los bienes que traería el Mesías, había dicho: «Beberéis aguas con gozo de la fuentes del Salvador». Siglos más tarde el evangelista san Juan recordaba cómo Jesús «puesto en pie, dijo en alta voz: El que tiene sed, venga a mí y beba el que cree en mí. Pues, como dice la Escritura, de su seno manarán ríos de agua viva». Y el mismo evangelista explicaba que eso lo dijo Jesús refiriéndose al «Espíritu que habían de recibir lo que creyeran en El». 
En el Sagrado Corazón de Jesús están esas fuentes de Salvación que, como escribió Pío XII purifican el alma, la llenan de consuelos sobrenaturales y la mueven a alcanzar todas las virtudes. 
Ese Corazón, que comenzó a latir en el seno de la Virgen María cuando el Verbo de de Dios se hizo carne, mostró su compasión y su misericordia hacia los pecadores y los enfermos y, «habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo» de tal modo que cada uno puede decir: «Me amó y se entregó por mí». 
De ese Corazón transpasado nació la Iglesia y de Él fluye la gracia de los sacramentos que nos dan la vida sobrenatural porque aún palpita, resucitado y glorioso, en el Cielo. 
Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confiamos. Madre de Dios en cuyo seno se formó el corazón de Jesús que adoramos: ruega por nosotros. 

viernes, 19 de junio de 2020
Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús

La historia de Israel habla de la fidelidad de Dios que se mantiene incluso cuando el hombre es infiel. Por su misericordia «no nos trata como merecen nuestros pecados» pero su justicia no puede cerrar los ojos a nuestra injusticia y exige una reparación. ¿Cómo se pueden conciliar en Dios la justicia —que exige reparación del mal causado— y la misericordia que mueve al perdón?
Nuestra redención es obra de la justicia y de la misericordia de Dios. Lo explicó santo Tomás de Aquino y lo recordó Pío XII en la encíclica Haurietis aquas dedicada al Sagrado Corazón de Jesús. 
Es obra, en primer lugar de la justicia de Dios: «con su pasión Cristo satisfizo por la culpa del género humano, y, por consiguiente, por la justicia de Cristo el hombre fue libertado».
Es obra en segundo lugar de la misericordia: cuando el hombre no podía «satisfacer por el pecado, que manchaba a toda la naturaleza humana, Dios le dio un Redentor en la persona de su Hijo».
Por eso dice san Juan que el amor no consiste «en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y nos envió a su Hijo como víctima de propiciación para nuestros pecados».
Esta solemnidad nos mueve a adorar al Sagrado Corazón de Jesús, a dar gracias por su amor y a reparar con amor nuestras propias faltas y las de todos los hombres. 
El mismo Jesús nos pide que aprendamos de la mansedumbre y de la humidad de su corazón que lo llevó a cargar con nuestros pecados sufriéndolo todo por amor y que permanezcamos en su amor. 
Santa María, queremos aprender de ti la verdadera devoción al Sagrado Corazón de Jesús sometiéndonos también nosotros a su yugo suave y a su imperio de paz, de justicia y de caridad.


Thursday, June 18t, 2020
Sacred Heart of Jesus on the eve

Today we contemplate the risen and glorious Jesus, showing His adorable Heart.
The prophet Isaiah, announcing the goods that the Messiah would bring, had said, "You will drink waters with joy from the fountains of the Saviour." Centuries later, the Evangelist Saint John remembered how Jesus "stood and said in a loud voice, 'Let anyone who is thirsty come to me and drink. Whoever believes in me, as Scripture has said, rivers of living water will flow from within them'." The same Evangelist explained that Jesus said it referring to the "the Spirit, whom those who believed in Him were later to receive."
In the Sacred Heart of Jesus are those sources of Salvation that, as Pius XII wrote, purify the soul, fill it with supernatural consolations and move it to achieve all the virtues.
That Heart, which began to beat in the womb of the Virgin Mary when the Word of God became flesh, showed His compassion and mercy towards sinners and the sick and, “having loved His own who were in the world, He loved them to the end" in such a way that each one can say, "He loved me and gave Himself for me."
From that pierced Heart the Church was born and from Him flows the grace of the sacraments that give us supernatural life because it still beats, risen and glorious, in Heaven.
Sacred Heart of Jesus, we trust in You. Mother of God in Whose womb the Heart of Jesus that we adore was formed: pray for us.

2020 June 19th, Friday
Solemnity of the Sacred Heart of Jesus

Israel's history speaks of God's faithfulness that is maintained even when man is unfaithful. By His mercy "he does not treat us as our sins deserve" but His justice cannot close His eyes to our injustice and demands reparation. How can God's Justice, that demands reparation for the evil caused, be reconciled with God's  mercy that moves to forgiveness?
Our redemption is the work of God's justice and mercy. Saint Thomas Aquinas explained it and Pius XII recalled it in the encyclical Haurietis aquas dedicated to the Sacred Heart of Jesus.
It is the work, first of all, of the justice of God: "by His Passion Christ made satisfaction for the sins of the human race, and so man was set free by Christ's justice."
It is the second work of mercy: when man could not "satisfy by sin, which stained all human nature, God gave him a Redeemer in the person of his Son."
This is why Saint John says that love does not consist "in that we have loved God, but in that He loved us and sent us His Son as a victim of propitiation for our sins."
This solemnity moves us to adore the Sacred Heart of Jesus, to give thanks for His love and to repair with love our own faults and those of all man.
Jesus Himself asks us to learn from the meekness and humility of His heart that led Him to bear our sins, suffering all for love and to remain in his love.
Holy Mary, we want to learn from You the true devotion to the Sacred Heart of Jesus by submitting ourselves to his gentle yoke and to His empire of peace, justice and charity.

miércoles, 17 de junio de 2020

La piedad sincera

miércoles, 17 de junio de 2020
Miércoles de la décima primera semana del Tiempo Ordinario

Jesús habla de tres cosas santas —el ayuno, la oración y la limosna— que Él mismo practicó y enseñó a practicar a sus discípulos. Lo que puede pervertir esas prácticas no es realizarlas de forma pública sino realizarlas para el público.
Cuando venimos a Misa todos guardamos el ayuno eucarístico. Es algo común a todos y público. No tenemos por qué avergonzarnos de ello y es natural que hablemos de ello. Cuando venimos a Misa participamos en la oración pública de la Iglesia y no nos escondemos. Cuando venimos a Misa damos nuestra limosna y tampoco disimulamos o escondemos la limosna. 
Después de Misa cada uno hace su limosna, su ayuno y su oración en privado. Incluso entonces otros pueden notarlo y no pasa nada porque no es algo de lo que haya que avergonzarse. 
«No se enciende una luz para esconderla debajo del celemín sino para ponerla en el candelero y que ilumine toda la casa. Brille así vuestra luz ante los hombres para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en el Cielo». 
La tentación contra la que nos advierte Jesús es la de convertir el servicio a Dios y al prójimo en un espectáculo para nuestra propia vanagloria. 
Cuando alguien entra en la iglesia y, a solas, hace su oración silenciosa ante el sagrario está cumpliendo perfectamente con  el consejo de Jesús de orar en lo escondido, aunque otros lo vean. Precisamente la iglesia es esa habitación que está especialmente preparada para nuestra oración silenciosa y secreta que solo Dios conoce. Por eso es tan importante que todos en la iglesia guardemos silencio recordando que esta es una casa de oración. 
Santa María, nunca te avergonzaste de Cristo. Lo seguiste discretamente, sin darte importancia en sus momentos de gloria y con una piedad admirable en el momento de su humillación en la Cruz. ¡Gracias, Madre, por tu ejemplo de verdadera piedad!


2020 June 17th, Wednesday
Wednesday of the eleventh week in Ordinary Time

Jesus speaks of three holy things — fasting, prayer, and almsgiving — that He practiced and taught His disciples to practice. What can pervert these practices is not to perform them publicly but to perform them for the public.
When we come to Mass we all observe the Eucharistic fast. It is common to all and public. We do not have to be ashamed of it and it is natural that we talk about it. When we come to Mass we participate in the public prayer of the Church and we do not hide. When we come to Mass we give our alms and we do not hide them.
After Mass each one offers his alms, his fast and his prayer in private. Even then others may notice it and nothing happens because it is not something to be ashamed of.
“Nobody lights a lamp and puts it under a bowl. Instead they put it on its stand, and it gives light to everyone in the house. Let your light shine before others, that they may see your good deeds and glorify your Father in heaven.”
The temptation against which Jesus warns us is to turn service to God and neighbour into a spectacle for our own vainglory.
When someone enters the church and, in loneliness, does his silent prayer before the tabernacle, he is perfectly fulfilling Jesus' advice to pray in secret, even if others see him. The church is precisely that place specially prepared for our silent and secret prayer that only God knows. This is why it is so important that everyone in the church keep silent remembering that this is a house of prayer.
Holy Mary, you were never ashamed of Christ. You followed Him discreetly in His moments of glory and with admirable piety at the moment of His humiliation on the Cross. Thank you, Mother, for your example of true piety!

martes, 16 de junio de 2020

Amad a vuestros enemigos

martes, 16 de junio de 2020
Martes de la décima primera semana del Tiempo Ordinario

Dios, que ahora hace salir el sol sobre malos y buenos y manda la lluvia sobre justos e injustos, al final de los tiempos enviará a sus ángeles para separar a los buenos de los malos como el pastor separa a las ovejas de las cabras, como se separa el trigo de la cizaña. 
A nosotros nos corresponde ahora imitar ese amor de Dios que ha enviado a su Hijo al mundo para que el mundo se salve por Él. En esto consiste el ser hijos de Dios perfectos en Cristo: en amar —o sea, en hacer el bien— a todos, también a los enemigos, y en rezar por todos, también por los que nos persiguen. 
El Hijo de Dios pasó haciendo el bien y murió perdonando a todos. Lo mismo han hecho los santos y a eso somos llamados: «sed, pues, perfectos como vuestro Padre Celestial es perfecto». 
Con todos y por todos rezamos «Abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos y, después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre». 


2020 June 16th, Tuesday
Tuesday of the eleventh week in Ordinary Time

God, Who now causes His sun to rise on the evil and the good, and sends rain on the righteous and the unrighteous., at the end of time will send his angels to separate the wicked from the righteous as the shepherd separates the sheep from the goats, as wheat is separated from tares.
It is now up to us to imitate that love of God who has sent His Son into the world so that the world may be saved by Him. This is what it means to be perfect children of God in Christ: to love,  that is, to do good to everyone, also the enemies, and in praying for everyone, also for those who persecute us.
The Son of God went around doing good and died forgiving everyone. The saints have done the same and to that we are called: "Be perfect, then, as your Heavenly Father is perfect."
With all and for all we pray 
"Turn then, most gracious advocate,
Thine eyes of mercy toward us;
And after this our exile,
Show unto us the blessed fruit of thy womb, Jesus."

lunes, 15 de junio de 2020

Santa María Micaela

lunes, 15 de junio de 2020
Santa María Micaela del Santísimo Sacramento

Hoy hacemos la memoria de santa María Micaela del Santísimo Sacramento, que fue vizcondesa de Jorbalán. Nacida durante la Guerra de la Independencia contra las tropas napoleónicas, renunció al matrimonio y se dedicó a las obras de caridad. Fundó la Congregación de las Adoratrices que, hasta el día de hoy, centran su vida en la adoración de la Eucaristía y en el rescate de mujeres oprimidas por la prostitución. Murió en Valencia, donde había acudido para socorrer a las víctimas de la epidemia de 1865 y donde ella misma contrajo la enfermedad.
Durante la Guerra Civil española veintisiete adoratrices fueron torturadas y asesinadas en Madrid por los milicianos. 
Hoy son más de mil y están presentes en veinticinco países. 
En 2015 recibieron el Premio Rey de España de Derechos Humanos como reconocimiento a su larga lucha contra la trata de mujeres. Pero a ellas no les importan los premios sino, como quería su fundadora, la gloria de Dios y la salvación de las jóvenes. Más de mil religiosas valientes, alegres y enamoradas de Cristo.
Pedimos por intercesión de Santa María que el ejemplo de María Micaela y de sus hijas nos mueva a la adoración de Dios y al servicio del prójimo. 


2020 June 15, Monday
Saint Mary Michele of the Blessed Sacrament

Today we celebrate the memory of Santa María Micaela del Santísimo Sacramento, who was viscountess of Jorbalán. Born during the War of Independence against the Napoleonic troops, she renounced marriage and dedicated herself to charity work. She founded the Congregation of Adorers who, to this day, focus their lives on the adoration of the Eucharist and on the rescue of women oppressed by prostitution. She died in Valencia, where she had gone to help the victims of the 1865 epidemic and where she herself contracted the disease.
During the Spanish Civil War, twenty seven members of the congregation were tortured and killed in Madrid by the militiamen.
Today they are more than a thousand and are present in twenty-five countries.
In 2015 they received ‘The King of Spain Award for Human Rights’ in recognition of their long struggle against trafficking in women. Anyway they do not care about the prizes but, as their founder wanted, the glory of God and the salvation of young women. More than a thousand brave and happy nuns in love with Christ.
We ask, through the intercession of Our lady, that the example of Maria Micaela and her daughters move us to the adoration of God and the service of neighbour.

domingo, 14 de junio de 2020

Corpus Christi

domingo, 14 de junio de 2020
Corpus Christi

Damos culto de adoración a Cristo porque Él es el Señor. Damos culto de adoración a la Eucaristía porque en ese sacramento está realmente presente Nuestro Señor Jesucristo con su Cuerpo, Alma y Divinidad.

A Aquel a quien alaban los ángeles en el Cielo lo adoramos nosotros en cada sagrario y nuestra liturgia de la tierra es un anticipo de la gran liturgia celeste.

Al entrar en la iglesia, antes que cualquier imagen, buscamos el sagrario y adoramos con una genuflexión o con una inclinación profunda. Es un gesto exterior pero no es algo sin importancia. 

En el evangelio vemos a María sentada a los pies de Jesús, escuchando su Palabra y contemplando al Maestro. Después de la segunda pesca milagrosa, la mirada de san Juan reconoce a Jesús: ¡Es el Señor! Ya en su nacimiento los magos se postran ante Él para adorarlo y Tomás rinde su incredulidad exclamando: ¡Señor mío y Dios mío!

Durante la Misa los gestos de adoración se repiten. Todos se arrodillan durante la consagración y, cuando el sacerdote presenta el Cuerpo de Cristo a los comulgantes, estos, antes de recibirlo, lo adoran. No hay que tener prisa en ese momento incluso si el rito de la Comunión se alarga por la gran afluencia de fieles. Antes de comulgar cada uno debería mirar con amor la Hostia que el sacerdote le presenta, adorarla con una genuflexión o, al menos, con una inclinación de cabeza y decir su “Amén” con fe sincera. 

Los vecinos de Nazaret que convivieron con Jesús no estuvieron más cerca de Él que nosotros. En cada sagrario Jesús se hace vecino nuestro, nos visita y espera nuestra visita. Ya he contado que una vez me crucé con Gloria en la entrada de la iglesia y, cuando le pregunté si venía a visitar al Señor, me contestó: «Claro. ¿Cómo voy a pasar por la puerta de un amigo sin saludarlo?».

Este año no podemos celebrar la procesión del Corpus pero eso mismo puede servir para que cada uno se pregunte cómo trata a Jesús Sacramentado los otros trescientos sesenta y cuatro días del año. 

Yo qusiera, Señor, recibiros con aquella pureza, humildad y devoción con que os recibió vuestra Santsima Madre. 


2020 June 14th, Sunday
Corpus Christi

We worship Christ because He is the Lord. We worship the Eucharist because our Lord Jesus Christ with His Body, Soul and Divinity is really present in that sacrament.

We adore in every tabernacle the One Whom the angels praise  in Heaven  and our liturgy on earth is a foretaste of the great heavenly liturgy.

Upon entering the church, more than an image, we seek the tabernacle and worship with a genuflection or a deep bow. It is an outward gesture but it is not something without importance.

In the gospel we see Mary sitting at the feet of Jesus, listening to His Word and contemplating the Master. After the second miraculous catch, St. John's gaze recognizes Jesus: He is the Lord! At His birth the Magi prostrate themselves before Him to worship Him and Thomas surrenders his unbelief exclaiming, “My Lord and my God!”

During Mass the gestures of adoration are repeated. They all kneel during the consecration and, when the priest presents the Body of Christ to the communicants, they, before receiving It, adore It. There is no need to be in a hurry at that time even if the Communion rite is lengthened by the large influx of faithful. Before receiving Communion, each one should look with love at the Host that the priest presents, worship It with a genuflection or, at least, with a nod and say the "Amen" with sincere faith.

The neighbors of Nazareth who lived with Jesus were no closer to Him than we are. In each tabernacle Jesus becomes our neighbor, visits us and awaits our visit. I have already said that I once met Gloria at the entrance of the church and when I asked her if she was coming to visit the Lord, she answered: "Sure. How am I going to pass in front of a friend's door without saying hello?"

This year we cannot celebrate the Corpus Christi procession, but that can serve us to wonder how we treat Jesus Sacramental the other three hundred and sixty-four days of the year.

I would like, Lord, to receive You with that purity, humility and devotion with which your Holy Mother received You.

sábado, 13 de junio de 2020

San Antonio de Padua

viernes, 12 de junio de 2020
San Antonio de Padua

Fue bautizado en Lisboa con el nombre de Fernando. Tomó el nombre de Antonio cuando, a los veintiseis años, ingresó en la Orden de los Hermanos Menores recién fundada por San Francisco de Asís. Ese mismo año de 1221 asistió en Asís al Capítulo General de la Orden y conoció al santo fundador. 
Murió en Padua sin haber cumplido los treinta y seis años pero, en su corta vida, ganó fama de santo y de sabio. Asombraba su conocimiento de las Sagradas Escrituras y el mismo san Francisco le encargó la formación teológica de sus hermanos. Conmovía los corazones con su predicación y trabajaba con empeño por aliviar las penas de los pobres. 
Tanta era su fama de santidad que fue canonizado al año siguiente de su muerte. 
De él se cuenta que, en una ocasión, se le concedió la gracia de recibir en sus brazos al Niño Jesús. Su imagen más conocida lo representa así, sosteniendo y contemplando con amor al Divino Niño. 
Pedimos por intercesión de la Virgen María la gracia de recibir también nosotros la visita de Jesús Sacramentado con humildad, pureza y devoción. 


2020 June 12th, Friday
Saint Anthony of Padua

He was baptized in Lisbon with the name of Fernando. He took the name of Antonio when, at the age of twenty-six, he entered the Order of the Friars Minor recently founded by Saint Francis of Assisi. That same year, 1221, he attended the General Chapter of the Order in Assisi and met the holy founder.
He died in Padua without being thirty-six years old, but, in his short life, he gained fame of a santity and a wisdom. His knowledge of the Holy Scriptures was amazing and Saint Francis himself commissioned him to the theological formation of his brothers. He used to move hearts with his preaching and worked tirelessly to ease the suffering of the poor.
So great was his reputation for holiness that he was canonized the year after his death.
It is said that, on one occasion, he was granted the grace of receiving the Child Jesus in his arms. His best-known image represents him like this, holding and contemplating with love the Divine Child.
We ask through the intercession of the Virgin Mary for the grace to also  receive the visit ofJesus in the Eucharist with humility, purity and devotion.

viernes, 12 de junio de 2020

No cometerás adulterio

viernes, 12 de junio de 2020
Viernes de la décima semana del tiempo ordinario

El Sermón de la montaña que estamos leyendo sigue con la catequesis de Jesús sobre los mandamientos de la Ley de Dios. 

«No cometerás adulterio». 

Los que escuchan a Jesús quizá estén dispuestos a apedrear hasta la muerte a una mujer sorprendida en adulterio y quizá esperan que Él confirme esa costumbre terrible. Pero su catequesis va por otro camino. Lo que hace Jesús es apuntar al corazón de sus oyentes para poner de manifiesto dos formas de adulterio oculto: el que se consuma en el corazón y el divorcio. 

La fidelidad que los esposos se deben no tiene que ver solamente con los actos sino también con los pensamientos, los deseos y las miradas. Es fidelidad de corazón. Por eso «El que mira a una mujer casada deseándola, ya ha sido adúltero con ella en su interior».

La otra forma de adulterio oculto es el divorcio. Que sea legal repudiar a la propia esposa y casarse con otra no cambia la naturaleza de esa segunda unión «El que se divorcie de su mujer, excepto en caso de impureza, la induce al adulterio, y el que se case con la divorciada comete adulterio».

Pero la catequesis de Jesús incluye otra enseñanza. Si por la salud del cuerpo estamos dispuestos a sacrificar un órgano o un miembro enfermo, con más razón por la salud del henos de disponernos a cortar de raíz con todo aquello que sea ocasión de pecado. 

Santa María, intercede por nosotros para que las enseñanzas de Jesús den frutos de salvación en tus hijos. 


...

2020 June 12th, Friday
Friday of the tenth week in ordinary time

The Sermon on the Mount that we are reading continues with Jesus' catechesis on the commandments of God's Law.

"You shall not commit adultery."

Perhaps those who listen to Jesus are willing to stone a woman caught in adultery to death and perhaps they expect Him to confirm that terrible custom. But His catechesis goes another way. What Jesus does is point to the hearts of his listeners to reveal two forms of hidden adultery: that one which is commited in the heart and divorce.

The fidelity spouses owe each other does not only have to do with acts but also with thoughts, desires and looks. It is fidelity of the heart. So "he who looks at a married woman desiring her, has already been an adulterer with her inside him."

The other form of hidden adultery is divorce. The fact that it is legal to repudiate one's own wife and marry another does not change the nature of that second union. "He who divorces his wife induces her to adultery, and he who marries the divorced woman commits adultery."

But Jesus' catechesis includes another teaching. If, for the health of the body, we are willing to sacrifice an organ or a diseased member, all the more so for the health of the soul we sohould be ready to radically cut off all that is an occasion of sin.


Holy Mary, intercede for us so that Jesus' divine doctrine bears fruit for salvation in your children.