domingo, 10 de mayo de 2020
Domingo de la V semana de Pascua
Esta mañana en Santa Marta, el Papa comentaba el discurso de despedida de Jesús que hemos leído en el evangelio: «Me voy al Padre, lo que pidáis en mi Nombre yo lo haré».
El Padre —decía el Papa Francisco— es el que cuida de los lirios del campo y los viste como ningún rey del mundo se ha vestido jamás. Es el que alimenta a los pájaros del cielo que no siembran ni siegan ni cosechan en sus graneros. Y es el que dice que nosotros, los hombres, somos ante sus ojos más valiosos que las hierbas del campo y que los pájaros del cielo. El Padre es el Dios providente y amoroso en quien podemos abandonaros con una confianza total.
Jesús dice a sus discípulos «creéis en Dios, creed también en Mí. En la casa de mi Padre hay muchas moradas». Los invita a confiar en Aquel que es omnipotente y al coraje, a la audacia de ponerse en su presencia para orar.
Hace falta —decía el Papa— coraje para orar como Abraham que se puso en la presencia de Dios para negociar la salvación de Sodoma. Para quedarse en casa quejándose de lo mal que va el mundo y de lo mal que lo hacen todo los políticos no hace falta coraje. Para ponerse delante de Dios y luchar con Él hace falta audacia y compromiso personal. Lo mismo hizo Moisés. No se desentendió del Pueblo de Dios, se puso ante Dios para interceder por él.
Luego el Papa comentaba el pasaje de los Hechos de los Apóstoles que nos habla de un problema surgido en la primera Iglesia. El número de los discípulos había crecido, los Apóstoles no daban abasto y había algunas quejas. Los de lengua griega pensaban que sus viudas no eran atendidas en el servicio diario. Los Apóstoles, entonces, proponen una solución; que elijan a siete varones de fuena fama y llenos de espíritu y sabiduría para que se ocupen de esa diaconía, de ese servicio, de modo que los mismos Apóstoles puedan dedicarse a su misión: la oración y el servicio de la palabra. Eligieron a siete diáconos y los Apóstoles les impusieron las manos.
Concluía el Papa diciendo que esa es la primera tarea del obispo: orar y anunciar la palabra. El Espíritu Santo nos enseña que es Dios quien hace las cosas y el mismo Espíritu Santo infunde en la Iglesia la audacia de la oración.
¿Qué hizo la Virgen María en Caná de Galilea cuando observó que faltaba el vino? No se quejó, no murmuró de la organización, acudió a su Hijo y no se dsanimó cuando Jesús le dijo que aún no había llegado su hora sino que, por decirlo así, lo obligó a hacer el milagro.
¿Qué pidió la Virgen de Fátima a Lucía, a Francisco y a Jacinta? Lo mismo que nos pide a nosotros. Les pidió que tuvieran el coraje de sufrir con paciencia y de rezar con fe.
Virgen de Fátima, Madre nuestra, auxilio de los cristianos, ruega por nosotros.
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2020 May 10th, Sunday
Sunday of the fifth week of Easter
This morning in Santa Marta, Pope Francis commented on the farewell speech of Jesus that we have read in the Gospel: "I am going to the Father, what you ask in my Name I will do."
The Father, said Pope Francis, is the One who cares for the lilies of the field and dresses them like no king of the world has ever dressed. He is the One who feeds the birds of the sky that do not sow or reap or harvest in their barns. And he is the One who says that we men are more valuable in His eyes than the herbs of the field and the birds of the sky. The Father is the provident and loving God in Whom we can abandon ourselves with total trust.
Jesus says to his disciples, "You believe in God, believe also in Me. In my Father's house there are many dwellings". He invites them to trust in Him who is omnipotent and to be courageous with the audacity to stand in His presence to pray.
The Pope said, it takes courage to pray like Abraham who places himself in the presence of God to negotiate the salvation of Sodom. To stay at home complaining about how bad the world is going and how badly all politicians do, it does not take courage. To stand before God and fight with Him, it takes boldness and personal commitment. Moses did the same. He did not disregard the People of God, he placed himself before God to intercede for them.
Then the Pope commented on the passage in the Acts of the Apostles that tells us about a problem that arose in the first Church. The number of the disciples had grown, the Apostles were not enough and there were some complaints. Those of Greek language thought that their widows were not taken care of in the daily service. The Apostles, then, propose a solution; that they elect seven men of great fame and full of spirit and wisdom to take care of that diakonia, of that service, so that the Apostles can dedicate themselves to their mission: prayer and the service of the word. They chose seven deacons and the Apostles laid their hands on them.
The Pope concluded by saying that this is the first task of the bishop, to pray and announce the word. The Holy Spirit teaches us that it is God who does things and the Holy Spirit himself instils in the Church the audacity of prayer.
What did the Virgin Mary do at Cana in Galilee when she observed that the wine was missing? She did not complain, She did not murmur about the organization, She went to Her Son and She was not discouraged when Jesus told Her that His time had not yet come but, so to speak, forced Him to perform the miracle.
What did the Virgin of Fatima ask Lucía, Francisco and Jacinta? The same thing She asks of us. She asked them to have the courage to suffer with patience and to pray with faith.
Virgin of Fatima, our Mother, Help of Christians, pray for us.
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