San Miguel de Salinas
domingo, 13 de octubre de 2024
8:00
Oficio de lectura y laudes.
8:30
Salgo de La Torre para Torremendo escuchando una piadosa meditación.
9:20
Saludo al archidiácono y me pongo a ordenar los armarios de la sacristía. Saco unas veinte perchas desempleadas y costrosas para tirarlas a la basura. Saco dos albas y tres roquetes para lavarlos.
10:00
Misa.
10:35
Catequesis.
10:45
Dejo a los niños con Yolima. El archidiácono me invita a tomar un café con leche en la casa abadía. Han vuelto de los EEUU Clelia y su hijo Joel. Charlamos. Me regalan una reproducción de seis billetes de dólar hecha en la Casa de la Moneda de Washington. Me encantan los regalos.
11:10
Salgo para San Miguel.
11:25
Saludo a Joan y a Laura y dejo la colecta de Torremendo en el sitio de las colectas de Torremendo.
Voy a la casa abadía, anoto algunos movimientos en las cuentas parroquiales y le echo un vistazo al WhatsApp. Don JAG me comunica que caba de morir un paciente en el hospital. Dos penitentes piden confesión.
Vuelvo a la iglesia y me siento en el confesonario. Teresa está con los niños de la catequesis.
Vienen los dos penitentes que han pedido por WhatsApp confesión.
Sexta.
12:30
Misa.
Al terminar salgo a la puerta para despedir a la congregación. Valentina, Luciana y Camila están vendiendo Evangelios y colgaduras para los balcones con la imagen de San Miguel.
Encarna me dice que el lampadario del Cristo Yacente está atascado. Voy y compruebo que alguien ha metido en el monedero un billete de diez euros. Lo saco, lo pongo en el altar del Cristo Yacente y cierro el lampadario. Unas piadosas belgas me piden que bendiga un crucifijo y a ellas. Doy las bendiciones, nos despedimos y, cuando me doy la vuelta, el billete ha desaparecido.
Luciana y Valentina devuelven a la sacristía las cosas que no se han vendido y el importe de las ventas con un sobre del domun que contiene el donativo de un inglés.
Doña Nati me recuerda que me espera para ir a comer a casa de Heidi y Armin.
Voy a la casa abadía, anoto algunos movimientos en las cuentas parroquiales, me cambio de camisa y me voy a con doña Nati a casa de Heidi y Armin.
Han invitado también a Elfi, Klaus, Heidi 2 y Tom.
16:15
Nati y yo nos despedimos y volvemos a San Miguel.
Me siento ante el sagrario.
Misterios gloriosos.
Me aseo un poco y voy al garaje para esperar a Analía.
17:45
Analía y los trillizos vienen a buscarme al garaje con su coche. Ana Isabel y Wilder con las niñas llegan en otro coche. Salimos para San Javier.
20:30
Salimos del cine: dos horas de Tim Burton. Al parecer, a los niños no les ha parecido insoportable.
Analía me deja en el paseo. Me despido de ella y de os trillizos.
Rezo completas y cierro la iglesia.
Me preparo una cena ligera y me la zampo con Fidencio de doña Nati.
Luego me pongo a pensar en la película —tan intensa y loca como todo lo de Tim Burton— que hemos visto esta tarde.
Julián —uno de los trillizos argentinos, trece años— ha comentado al salir: «No es mi cine favorito pero tiene cosas buenas. No sabría decir qué cosas. La música es misteriosa». Se me antoja un excelente comentario de la película.
Y entonces, divagando, recuerdo vagamente algo que he leído hace poco en «Lectura y Locura». No recuerdo las palabras pero la idea aparece ante mí con la claridad de una imagen o de una melodía: la creación es un autorretrato en miniatura de Dios y, si uno la observa con un microscopio, encuentra en ella a una criatura capaz de hacer, a su vez, su autorretrato en miniatura al que solemos llamar «arte».
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