miércoles, 5 de junio de 2024

Diario. Miércoles, 5 de junio de 2024

 San Miguel de Salinas

miércoles, 5 de junio de 2024


7:00

Abro el garaje justo en el momento en que llega la Policía Local. Retiran su coche y salgo para el hospital.

8:00

Misa de la memoria de san Bonifacio de Maguncia, obispo y mártir.  Nació, como san Corbiniano, en torno al año 680. Consagrado obispo por  el papa san Gregorio II, fue enviado como misionero a Germania. 

11:00

Segunda misa y segundo encuentro con san Bonifacio. 

18:00

Salgo para Torrevieja. En la parroquia de Nuestra Señora del Carmen celebro la tercera misa del día. 

La parroquia está en un alto y desde el altar, al fondo de la calle que desciende hasta la Playa de los locos, se ve el mar. 



Rigoletto


El rey se divierte. Se divierten el duque de Mantua y sus cortesanos. Por supuesto, nos divertimos también nosotros —los del público— coreando La donna è mobile. 

Pero quien más se divierte es el bufón de la corte, Rigoletto, que no solamente le hace el juego a su amo sino que se burla del anciano conde Monterone cuya hija ha sido seducida por el tirano. 

Fuera de los límites de la caridad, el humor se convierte en mal humor y la risa en risa satánica. No es de extrañar que un humor así, en vez de fomentar la cordialidad, desate una espiral de odio y de violencia. 

Al conde Monterone no pueden hacerle gracia los chistes de Rigoletto. Maldice al bufón y lo llama «serpiente» porque, como la de la serpiente, la lengua de Rigoletto destila veneno. El propio Rigoletto reconoce que se parece a Sparafucile porque usa su lengua como el sicario usa su puñal. 

Al pobre Rigoletto se le van a helar la risa y la sangre cuando los cortesanos descubran que tiene una hija hermosísima a la que adora. Para él, el  límite del humor está, precisamente allí, en la persona a la que ama. Por desgracia para él y para su hija, ya nadie puede evitar que la comedia se convierta en tragedia. 

A nosotros —los del público— también se nos pueden helar un día la sangre y la risa y el alma. Nos lo advierten Verdi y, muy seriamente,  Jesús: Ay de los que ahora reís. Y no lo hace para aguarnos la fiesta sino para señalarnos el peligro del humor sin amor y sin gracia y de la risa satánica que lo celebra. 



Los organizadores de la reunión de la VII promoción de Retamar nos han pedido que escribamos algo. 

Escribo esto:


San Miguel de Salinas

miércoles, 5 de junio de 2024


Queridos amigos: 


Tito Moncada me pide algo así como una relación de buenos recuerdos y de aspectos mejorables del colegio. Allá voy, empezando por lo de «lo mejorable». 

Durante aquellos años yo era manifiestamente mejorable. Creo, de verdad, que vuestra amistad y el colegio me ayudaron a crecer aunque, como es sabido, no se pueden pedir peras al olmo y lo que natura no da, Salamanca no lo presta. 

Toca lo de los buenos recuerdos y, como se amontonan, si quisiera hacer la relación de todos me llamaríais «prolijo». ¿Cómo resumirlos?

Para empezar, recuerdo haber sido mimado por nuestros profesores que me trataron siempre con paciencia y comprensión. 

Recuerdo el ambiente de limpieza y de orden que había en el colegio y la disciplina que se nos exigía sin rigideces, de un modo bienhumorado, amable y familiar. 

Recuerdo con especial gratitud la dispensa generosa —aunque nunca publicada sino, más bien tácita— que, en vista de mi aversión a los deportes, me libró de las clases de educación física durante los últimos años. 

Como sabéis, en 1988 fui ordenado sacerdote por el obispo de Orihuela-Alicante. No hubo en eso mérito alguno de mi parte y es, desde entonces, otro motivo de agradecimiento al colegio y a los sacerdotes que conocí allí y que siguen siendo para mí un ejemplo. 

En fin, queridos amigos, siento no poder acompañaros en esta celebración. Me encomiendo a la oración de los que rezaís y a la simpatía de todos y me despido con un abrazo para los que se dejen. 


Javier Vicens

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