Majadahonda
lunes, 6 de octubre de 2025
Como es lunes, abro la iglesia a las siete y salgo para el hospital. Primera misa de san Bruno a las ocho menos veinte en el hospital. Segunda misa de san Bruno a las once en san Miguel.
Tengo que felicitar a Bruno pero, antes, tengo que felicitar a Isa por su cumple de ayer pero, antes, tengo que atender a un penitente y luego tengo que ir a la casa abadía para cambiarme de camisa y preparar mis maletas y, luego tengo que salir para Alicante.
A las dos y veintidós ya estoy sentado en el vagón del AVE que va a llevarme a Madrid. Mando un mensaje a Teresa para que esté tranquila y se me olvida que tengo que felicitar a Isa y Bruno.
A las cinco y media ya estoy en Madrid; en un taxi, por más señas. Mando un mensaje a Teresa para que sepa que he llegado y me pongo a charlar animadamente con la conductora que es la mar de simpática. Cuando llegamos a mi destino le doy una propina y las gracias. Luego cada uno le desea al otro que pase un buen y nos despedimos inclinando nuestras cabezas como los japoneses. Muy bien.
Arantxa me está esperando en su casa. Nos saludamos y charlamos. No va a ir al funeral de JLAV pero me dice que Almudena y Pepe sí que irán. Llamo a Almudena y quedamos a las seis y cuarto en su garaje para ir juntos a la plaza del Duque de Pastrana que es donde estuvo Napoleón cuando estuvo en Chamartín.
Pepe aparca en u sitio buenísimo justo enfrente del colegio de los jesuitas. En ese mismo momento, MGC y CE llegan y aparcan detrás e nosotros. Entonces llega un señor a quien no conocemos de nada y quiere aparcar su coche —de unos cien metros de longitud— detrás del coche de MGC y de CE, pero no cabe. Apiadándose de él, Pepe mueve su coche unos cincuenta centímetros para adelante. CE mueve su coche como un metro para adelante. Ahora el desconocido puede aparcar su coche y da las gracias, pero no mucho.
De camino hacia la iglesia del colegio de Nuestra Señora del Recuerdo, charlamos animadamente con MGC y con CE. Él acaba de llegar de Indonesia. El viaje ha durado veintitrés horas. Ella acaba de llegar de Miami. Cuenta una aventura. Resulta que facturó su equipaje en Miami y la condujeron a la sala VIP. Poco después vinieron a decirle que el avión había salido sin ella pero que no se preocupase porque habían desembarcado su equipaje. Creo que María no se enfadó ni nada pero que Carmelo, cuando se enteró, se enfadó un poco.
Son las siete y cuarto cuando saludo en la sacristía a JRA, sacerdote de la Prelatura del Opus Dei y primo de mi primo JLAV por parte de A. Yo soy primo de JLAV por parte de V. No me reconoce porque estoy muy gordo. Yo a él sí que lo reconozco y lo saludo llamándolo por su nombre (a partir de ese momento ya no volveré a acertar con el nombre de nadie).
Son las ocho menos cuarto cuando el coro del colegio incoa el canto de entrada: Cerca de ti, Señor. Don JR y yo no entramos porque dos nietos de JL y de Teresa van a leer sendas cartas. Cuando terminan, el coro vuelve a atacar el Cerca de ti, y entramos don JR y yo. Ha empezado la misa. La iglesia está llena y hay muchos niños, muchos jóvenes muchos adultos y algunos viejos que ahora no se llaman viejos. Las velas del altar están apagadas pero no hay cerillas a la vista. La homilía dura dos minutos. Empieza así: «En la casa de mi Padre hay muchas moradas. Queridísima Teresa, queridos Íñigo, Borja, Lucas, Teresa…». Y acaba así: «Así sea». Dos nietos de de T y JL hacen las preces de la oración universal de los fieles. Usamos la plegaria eucarística tercera y don JLA menciona a san Bruno. Después de la comunión, una nieta de JL y de Tere lee una carta y se emociona un poco, y llora un poco, pero se recupera y sigue adelante, hasta el final. Entonces JLA dice unas palabras. Son las ocho y veinticinco cuando doy la bendición final y don JRA dice «Podéis ir en paz» y el coro empieza a cantar a la Virgen.
Terminada la misa empiezan los encuentros, saludos —muac, muac— y equívocos; y el confundir a unos con otros y a unas con otras y el no dar una y el cambiar los nombres s todos. La despedida a la española dura exactamente una hora.
A las nueve y media salgo para Majadahonda con Ana y Félix que me han invitado a cenar y a dormir en su casa. Por el camino felicito a Isa y le digo que estoy con sus padres. Para cenar porrusalda y merluza con vino de Descorchify. Todo muy rico. De postre yogur con miel. Hablamos de las cuevas de Altamira y de las venus estaetopigias y de Comillas. Yo les recito el poema De la diversa Andalucía, de Borges, que voy colocando a todo el que se deja.
Son las doce y media cuando nos vamos a la cama. (Cada uno a la suya, claro).
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