San Miguel de Salinas
jueves, 10 de abril de 2025
Leí el Retrato de Juan Pablo II de André Frossard en Venezuela, hace más de treinta años. He vuelto a leerlo ahora, cuando acabamos de celebrar el vigésimo aniversario de su marcha al cielo. Ha vuelto a emocionarme el recuerdo de ese papa santo y he vuelto a gozar del humor y de la poesía del escritor francés a quien Juan Pablo II hizo este reproche: «Es usted demasiado papista. Se lo he repetido ya más de veinte veces».
…
También por placer he seguido con la lectura del romancero viejo.
Río Verde, río Verde
más negro vas qu ela tinta.
Asina de bien comienza el Romance de Sayavedra. El rey de la morería ha capturado a este caballero cristiano cuyas hazañas conocen todos. «Si tú me hubieras hecho preso a mí» —pregunta el rey— «¿qué harías conmigo?». Sayavedra contesta con gentileza y sinceridad evangélicas:
Yo te lo diré, señor,
nada no te mentiría:
si cristiano te tornases
grande honra te haría
y si así no lo hicieses
muy bien te castigaría:
la cabeza de los hombros
luego te la cortaría.
El rey moro no va a la zaga del cristiano en nobleza y honra a su cautivo ofreciéndole su amistad en estos términos:
Calles, calles, Sayavedra
cese tu melancolía;
tórnate moro, si quieres
y verás que te daría:
darte he villas y castillos
y joyas de gran valía.
Sayavedra, naturalmente, prefiere morir antes que renegar de su fe.
En el absurdo caso de que yo fuera papa, canonizaría a Sayavedra como caballero y mártir. Cuando el defensor del diablo adujera en contra de la canonización que Sayavedra no murió de rodillas, mirando al cielo y cantando himnos sino repartiendo mandobles a los moros, mandaría yo que, en el martirologio, quedase inscrito Sayavedra como caballero y mártir y como patrono de Europa.
…
Me gustan estos jueves eucarísticos, sacerdotales, abrileños y tranquilos.
La exposición del Santísimo y la misa con Andrés al órgano, el trayecto hasta Alicante, el encuentro en La Lloseta con un luminoso grupo de sacerdotes no juramentados…
…
A las siete de la tarde había quedado en la iglesia con el presidente de la Junta de Cofradías.
A las siete menos diez he bajado al Paseo para esperar al presidente de la Junta de Cofradías paseando y leyendo las últimas páginas de de el Retrato de Juan Pablo II.
Allí estaba, paseando y leyendo cuando.. ¿Qué ven mis ojos?
Hay una bicicleta roja en la puerta de la iglesia. Entro en la iglesia para interesarme por el fenómeno. La iglesia está bastante oscura pero en uno de los bancos de la izquierda resplandece una especie de sol.
Disimuladamente avanzo hacia la sacristía por las capillas laterales y, al llegar al altar de la Inmaculada, se me desvela el misterio del sol: es un niño rubio que está allí de rodillas, solo, silencioso, adorando o algo así.
Abro la sacristía, enciendo las luces de los altares laterales y vuelvo a salir. El niño sol sale también y nos saludamos lacónicamente. Colijo por su acento que es extranjero. Él se va con su bicicleta.
Justo entonces llega el presidente de la Junta de Cofradías.
…
Son las 21:40 cuando termino de escribir esta página de mi diario. Desde la calle me llega el rumor de la tamborada que anuncia la Semana Santa.
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