lunes, 4 de mayo de 2020
Lunes de la III semana de Pascua
Hoy empezamos la novena a la Virgen de Fátima. Algunos me habéis mandado fotos de los altares que estais preparado en vuestras casas para que se note que es mayo y, desde aquí, los he bendecido.
Seguimos leyendo el discurso del Buen Pastor en el capítulo 10 de san Juan.
Pensemos en Jesús a los diez o doce años. Está creciendo en Nazaret. Ya puede ayudar en algunos trabajos de la casa y empieza a aprender el oficio de José en el taller. Como todos los niños, Jesús observa con curiosidad las cosas que le rodean pero no se queda en la superficie de las cosas porque en todo ve la mano de su Padre, Dios.
Un día cerca de Nazaret se reunen varios pastores con sus rebaños. Jesús y los otros niños salen a ver el espectáculo y a oir las historias de los pastores. Uno cuenta cómo contrató a un ayudante para pastorear su rebaño y cómo el primer día que aparecieron los lobos, el ayudante salió corriendo y lo dejó solo.
Jesús oye estas historias y va creciendo en sabiduría. Claro, al asalariado solamente le importa el salario, no las ovejas. No va a dar la vida por ellas. Luego, vuelve a casa, cuenta a María y a José lo que ha visto y oído. Ellos lo miran con cariño y también le cuentan cosas de su infancia, de Herodes, de Egipto…
Es un niño pero en lo más hondo de su corazón ya sabe que está llamado a ser el Buen Pastor de todos, incluso de María y de José. Sabe que el Buen Pastor es el que da la vida por las ovejas y que para eso ha venido Él al mundo, para que todos tengan vida abundante.
En este mes de mayo también nosotros, como niños, vamos a contarle a la Virgen y a san José las cosas que hacemos, lo que aprendemos, lo que nos pasa. Es una manera estupenda de hacer oración: ir corriendo a la Virgen para contarle, como hacen los niños con sus madres, todas las cosas del día. Ella y san José nos escucharán con una gran sonrisa y nos contarán cosas de Jesús que no se pueden aprender en los libros. Cosas que ellos solamete cuentan a los niños.
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Monday, May 4th, 2020
Monday of the third week of Easter
Today we begin the novena to Our Lady of Fatima. Some of you have sent me photos of the altars that you are preparing in your houses so that it is seen that we are in May and, from here, I have blessed them.
We continue reading the Good Shepherd's speech in chapter 10 of Saint John.
Let's think of Jesus when He is ten or twelve years old. He is growing in Nazareth. Now He can help with some housework and begins to learn Joseph's job in the workshop. Like all children, Jesus observes with curiosity the things that surround Him but His thoughts do not stay on the surface of things because in everything He sees the hand of his Father, God.
One day near Nazareth several shepherds gather with their flocks. Jesus and the other children go out to watch the show and listen to the stories of the shepherds. One tells how he hired an assistant to watch his flock and how the first day the wolves appeared, the salaried assistant ran out from there and left him alone.
Jesus hears these stories and grows in wisdom. Of course, the salaried assistant only cares about the salary, not the sheep. He will not risk his life for them. Then He comes home, tells Mary and Joseph what He has seen and heard. They look at Him with affection and also tell Him things about His childhood, about Herod, about Egypt ...
He is a child but in the depths of His heart He already knows that He is called to be the Good Shepherd of everyone, including Mary and Joseph. He knows that the Good Shepherd is the one who gives his life for the sheep and that is why He has come into the world, so that everyone has abundant life.
In this month of May we, as children, are also going to tell the Virgin and Saint Joseph the things we do, what we learn, what happens to us. It is a wonderful way to pray, running to the Virgin to tell Her, as children do with their mothers, all the things of the day. She and Saint Joseph will listen to us with a big smile and will tell us things about Jesus that cannot be learned in books. Things they only tell children.
¡Oído!, día 1. Abrazos fraternos.
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