domingo, 3 de mayo de 2020
El sermón de Newman sobre la reverencia debida a la Virgen no me ha impresionado. No.
El capítulo XVI del Ceremonial de obispos trata de la bendición de una cruz que se ha erigido en un lugar público, separado de la iglesia, o en el presbiterio.
A las doce misa. Somos siete al principio: Joan, Teresa, Jeanette y yo —habituales— más Encarnita, X y X. Para el Credo se une Andrés, el organista, que viene de Almoradí.
14:30 Abro el primer paquete de AHMAD TEA que me regaló Matthew. Contiene veinte bolsitas de English Breakfast Tea.
Anoche vi Goodfellas de Scorsese. Hoy toca The Crown, episodio 9 de la tercera temporada. Es cuando se decide que lo del príncipe Carlos con Camila, mejor no.
«Hoy día la comunidad inglesa ya se ha despedido de poder tener una adecuación entre lengua hablada y escritura, ya ha pechado con la pega de tener que manejar una especie de bilingüismo: una lengua hablada y otra escrita. Dualidad que les impone unos tributos gravísimos; por ejemplo, uno que todavía hay ¿pedagogos? que quieren exigir también de los niños españoles, sin motivo ninguno: no enseñar a leer hasta los seis años, cuando ya se conoce mucho vocabulario. Está claro que para niños ingleses o norteamericanos no cabe hacer de otro modo: primero tienen que enterarse de cómo se llaman muchísimas cosas, a fin de que, a la vista de las figuras que las representan, den los sonidos de los nombres de estas cosas a las combinaciones de letras que acompañan a aquellas figuras, combinaciones que, bastantes veces, guardan un parecido sólo remotísimo con lo que hay que pronunciar. Un niño español puede tranquilamente practicar la viceversa: aprender a leer, por ejemplo, a los cuatro años, de forma que la lectura pueda servirle de instrumento -utilísimo- para la incorporación de vocabulario; el ponerse en contacto con los nombres de las cosas mediante la lectura despierta su interés para conocer de qué se trata, con lo que espontáneamente y sin sentirse obligado va ampliando su vocabulario».
¿Dónde está La luz del sol? ¡Aja! debajo de Fracasología. Veamos el capítulo XI. Pero, un momento. Luz de lluvia. ¿Qués es esto? ¡Ah sí!
Introspección del ocaso es el título del capítulo XI dedicado a la hora úndécima que es la de la puesta de sol.
Se trata de dar un paseo por Arcadia; la pintada por Poussin, la contada por Sannazaro o ¿por qué no? la imaginada por el imaginativo lector.
Las voces del eco (p. 115)
Se va ovillando en el alma
el hilo sutil del sueño.
Y en tu corazón se quedan
dormidos los pensamientos.
(José Bergamín)
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