jueves, 30 de abril de 2020

Cuadragésima segunda homilía en una iglesia vacía

jueves, 30 de abril de 2020
Jueves de la III semana de Pascua

«Nadie puede venir a mí si no lo atrae el Padre que me ha enviado».

Todos recordamos esa imagen impresionante del 27 de marzo pasado.  La Plaza de San Pedro vacía con el Papa adorando en silencio a Jesús sacramentado. 
La presencia real de Cristo en la Eucaristía no termina cuando acaba la Misa. El sacerdote despide a los fieles diciendo «podéis ir en paz» pero en el sagrario queda reservada la Eucaristía para llevarla a los enfermos y para la adoración silenciosa.

Al entrar en la iglesia el turista va, con los ojos muy abiertos, buscando curiosidades para ver. El cristiano, incluso si está haciendo turismo, busca en la iglesia a Cristo para adorarlo y lo hace atraído por el Padre hacia ese misterio de fe. 

«Te adoro con devoción, Dios escondido, oculto verdaeramente bajo estas apariencias». 

Santa María, enséñanos a tratar bien a Jesús sacramentado. 


2020 April 30th, Thursday
Thursday of the third week of Easter

"No one can come to me unless the Father who sent me draws them."

We all remember that stunning image from last March 27th. An empty St. Peter's Square with the Pope silently adoring Jesus in the sacrament.

The real presence of Christ in the Eucharist does not end when the Mass ends. The priest dismisses the faithful saying "go in peace" but in the tabernacle the Eucharist is reserved to take it to the sick and for silent adoration.

Upon entering the church the tourist goes, with his eyes wide open, looking for curiosities to see. The Christian, even if he is sightseeing, searches the church for Christ to adore Him and he does it drawn by the Father to that mystery of faith.

“I devoutly adore you, hidden deity, truly present beneath this appearance."

Holy Mary, teach us to treat Jesus in the sacrament well.

2 comentarios:

  1. Señor, perdona a los turistas que no vienen a verte porque no saben lo que hacen, en cualquier momento... ¡sal a su encuentro!. «Te adoro con devoción, Dios escondido, oculto verdaeramente bajo estas apariencias» Amén. Abrazos fraternos.

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  2. Adoro Te devote... Cada verso de ese himno inspiradísimo da para media hora de oración. Un abrazote.

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Es usted muy amable. No lo olvide.