jueves, 30 de abril de 2020
San Pío V
A las 12:35 me uno al retiro sacerdotal por Skype.
A las cuatro menos cuarto me llama Mari Mar. Su marido ha dado positivo en la prueba del COVID-19. Ella ha dado negativo. Charlamos largamente.
A las siete envío por WhattsApp la homilía de hoy y otro capítulo de las catequizis de Juana Manuel Cotelo que están teniendo un gran éxito. Trece minutos después, recibo un mensaje de Mariano: «Padre ¡qué breve la homilía de hoy! Y me ha mandado la catequizis 19 cuando ya íbamos por la 20. ¿Se encuentra bien?». Envío la catequizis 21. Avisan desde el obispado: alguien ha perpetrado un robo informático en la cuenta de una parroquia.
Capítulo octavo y hora octava de La luz del sol.
Pasamos de la luz furiosa a la luz generosa. «El día se serena, no en vano es la hora de la siesta».
La tarde empieza a ser, em las cosas, divina. (JRJ citado por Galmés)
En Fracasología encuentro este sitio www.ibarrareal.com desde donde, al parecer, uno puede instalar letrería o tipografía española en su procesador de textos. Habrá que probarlo.
Y otro fraile para la historia de la ciencia: fray Agustín Frafán fue el primero en proporcionar un remedio para prevenir el escorbuto. (p. 151)
El mundo de ayer
«…saberse despedir de todo aquello que en otros tiempos había sido nuestro orgullo y nuestro amor». (p.447)
Dejo a Stefan Zweig celebrando su quincuagésimo aniversario, en un día de noviembre de 1931 (p. 451)
Las voces del eco (p. 51)
¿Qué me importa a mí que tengas
o que no tengas razón
si lo que tú no has tenido
ni tienes es corazón?
(José Bergamín)
Nueve y media: felicito a don José Manuel Rico por su quincuagésimo quinto cumpleaños.
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