viernes, 15 de mayo de 2020

¡San Isidro!

viernes, 15 de mayo de 2020
Viernes de la quinta semana de Pascua
San Isidro

«A vosotros os llamo amigos».

Esto tendría que asombrarnos. Tendría que asombrarnos que Aquel que ha dado su vida por nosotros haya querido también ofrecernos su amistad.

Sabemos que muchas veces se discute si los padres pueden ser amigos de sus hijos o los maestros de sus discípulos y, más en general, si en la sociedad humana el respeto a la autoridad excluye la confianza que da la amistad. 

Sin embargo Jesús, el Maestro, el Salvador, el Hijo de Dios, el Señor, llama a sus discípulos amigos y añade: «Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que yo os mando». 

Todos necesitamos crecer y madurar mucho para hacernos dignos de una amistad así. El tímido, el que tiene miedo de Jesús y no se atreve a hablarle con confianza debe crecer, superar la timidez y aceptar la amistad de Jesús. A veces los discípulos no se atrevían a hacer preguntas a Jesús. Pero también el extravertido, el que trata a todo el mundo con gran confianza y sin miedo, debe crecer mucho para comprender que la confianza con Jesús pasa por reconocer su autoridad y su dignidad. Que no nos hacemos amigos de Jesús abajando a Jesús porque Él ya se ha abajado hasta el extremo, sino humillándonos como Él, para que él nos levante. 

Lope de Vega, nuestro gran poeta, era sacerdote. Amaba a Jesús pero era muy consciente de que ni su talento como poeta ni su dignidad sacerdotal ni su fama ni los aplausos que recibía en el mundo lo hacían digno de la amistad del Señor. Y en uno de sus sonetos más famosos expresa con humildad su asombro y su agradecimiento ante la amistad de Jesús:

¿Qué tengo yo, que mi amistad procuras? 

¿Qué interés se te sigue, Jesús mío, 
que a mi puerta, cubierto de rocío, 
pasas las noches del invierno oscuras?


¡Oh, cuánto fueron mis entrañas duras, 
pues no te abrí! ¡Qué extraño desvarío, 
si de mi ingratitud el hielo frío 
secó las llagas de tus plantas puras!

¡Cuántas veces el ángel me decía: 
«Alma, asómate ahora a la ventana, 
verás con cuánto amor llamar porfía»!

¡Y cuántas, hermosura soberana, 
«Mañana le abriremos», respondía, 
para lo mismo responder mañana!

De modo que sí. Es posible la amistad con Dios, porque Él la ofrece a su hijos. Cabe la amistad con Jesús porque él la ofrece a sus discípulos. Pero para que esa amistad se haga realidad debemos todos madurar y crecer: solamente siendo buenos hijos de Dios y buenos discípulos de Cristo nos haremos dignos de su amistad. Y esto es obra del Espíritu Santo en los humildes.

Nadie tuvo con Cristo una intimidad mayor que su Madre. Si le perguntamos «¿quien eres?» nos dirá: «la esclava del Señor». No presumirá de ser amiga, o Madre de Dios, no se dará importancia. Desde esa humildad podrá ser digna Madre de Jesús y cuando su Hijo le diga en la bodas de Caná que no ha llegado su hora, Ella se atreverá a insistir como Madre. Y así nos enseña que no son los que presumen de ser amigos de Dios sino los que se humillan ante Él los que son levantados por Él a la dignidad de amigos. 


2020 May 15, Friday
Friday of the fifth week of Esater
St Isidro

"I call you friends."

This should amaze us. We should be amazed that the One who has given His life for us has also wanted to offer us His friendship.

We know that many times it is discussed if parents can be friends with their children or teachers can be friends with their disciples and, more generally, if in human society the respect for authority excludes the trust that friendship gives.

However, Jesus, the Teacher, the Saviour, the Son of God, the Lord, calls his disciples friends and adds, "You are My friends if you do what I command you."

We all need to grow and mature a lot to become worthy of such a friendship. The timid, the one who is afraid of Jesus and does not dare to speak to Him with confidence must grow, overcome shyness and accept the friendship of Jesus. Sometimes the disciples did not dare to ask Jesus questions. But also the extrovert, the one who treats everyone with great confidence and without fear, must grow a lot to understand that trust in Jesus involves recognising His authority and dignity. We do not become friends of Jesus by lowering Jesus because He has already lowered Himself to the extreme, but by humbling ourselves like Him, so that He lifts us up.

Lope de Vega, our great poet, was a priest. He loved Jesus but was well aware that neither his talent as a poet, nor his priestly dignity, nor his fame, nor the applause he received in the world made him worthy of the friendship of the Lord. One of his most famous sonnets, expresses his humble amazement and his gratitude at the friendship of Jesus:

What have I that my friendship you should seek?
What wealth from it, my Jesus, could you gain
so that at my front door, bedecked with dew,
you spend dark winter nights in snow and sleet?

How hard was I within my deepest core
to never let you in! How strangely mad
if of my callousness the frigid ice
dried up the bleeding wounds of your pure feet!

How many times the angel said to me,
"Soul, come now to the window and look out:
you'll see with how much love he knocks again!"

And oh, how many times, beauty divine,
"Tomorrow he may enter," I'd respond,
only tomorrow to respond the same! 
  (©Alix Ingber, 1995)

So yes. Friendship with God is possible, because He offers it to His children. Friendship with Jesus fits because He offers it to His disciples. But for that friendship to become a reality we must all mature and grow. Only by being good children of God and good disciples of Christ will we become worthy of His friendship. This is the work of the Holy Spirit in the humble man.
No one was more intimate with Christ than His Mother. If we ask Her, "Who are you?" She will tell us,  "The slave of the Lord". She did not boast of being a friend, or Mother of God, She didn’t give importance to Herself. With that humility She could  be a worthy Mother of Jesus and when Her Son told Her at the wedding in Cana that His hour had not come, She did dare to insist as Mother. In this way She teaches us that they are not those who claim with pride to be friends of God but those who humble themselves before Him who are lifted by Him to the dignity of friends.

Thanks, Mother, for your humility.

3 comentarios:

  1. ¿Lope sacerdote? Dios lo perdone porque... amó mucho.Hombre sin medio. Abrazos fraternos.

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  3. Cuando en mis manos Rey eterno os miro/
    y la cándida Víctima levanto /
    de mi atrevida indignidad me espanto /
    y la piedad de Vuestro pecho admiro.

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Es usted muy amable. No lo olvide.