viernes, 22 de mayo de 2020
Santa Rita
7:00
Teresa. Que, como solamente pueden reunirse quince personas en el funeral, ha pensado que a lo mejor ella molesta. Pero no, no molesta.
8:00
Oración de la mañana: la alegría mundana y el gozo del Espíritu Santo.
Bernardo entra en la iglesia murmurando algo. Se acerca al altar de la Virgen del Carmen, enciende una velita y se va.
9:00
Joan me manda la traducción corregida.
Oficio de Lecturas y Laudes.
9:30
Hay que dar el primer toque de difuntos y preparar el funeral.
9:55
Saludo a Rita, la viuda de Miguel. Se me olvida que hoy es su santo.
El de la funeraria, un joven simpático y servicial, entra en la sacristía bromeando: «Echa aquí una firmica. Total ¡es un trámite! Y vais a cobrar igual». Y se despide: ¡«Venga! ¡Vamos a descargar!». Para enterrar a los muertos, cualquiera vale, cualquiera, menos el sepulturero.
Empieza el funeral por Miguel.
10:05
Teresa me ayuda a recogerlo todo y se despide hasta luego.
Newman. Sermón de Pentecostés de 1834.
Empieza así: «Dios Hijo se ha dignado revelarnos al Padre desde fuera, el Espíritu Santo mediante comunicaciones interiores». Luego invita a «adorar en silencio el Amor infinito que nos rodea por todos lados».
«La alegría solo es tumultuosa cuando es incompleta (…) ¿de qué sirve esa soltura y alegría meramente animal sino para hacer que el hombre le tome gusto a todo lo que pasa? (…) El ansioso piensa en sí mismo, teme el peligro, habla apresuradamente y nunca tiene tiempo para lo que interesa a los demás. El que vive en paz está agusto, cualquiera que sea su suerte. ¿cómo no va a venir a continuación un amor sin distinción a todos los los hombres si la inocencia y la paz son puro cariño?».
Abro el buzón. Me ha llegado la invitación para la boda de María y Aarón en Villena el 13 de junio. Ha llegado también el boletín de abril de la Madre María Félix. Veamos. De esos boletines me encanta la sección de «Favores alcanzados por la intercesión de X». Recito la oración para la devoción privada que viene al final y pido por una intención que yo me sé.
11:00
Vuelvo a la iglesia. Me saluda Encarnita que pasa con la compra en las manos y con la mascarilla colgando del cuello: «Don Javier, lo vamos a denunciar por no llevar la mascarilla. ¿Hay Misa a las doce y media? No sé si me dará tiempo a venir».
La Iglesia huele a incienso por el funeral.
Hora Tercia.
Entra una señora rubia con un traje azul, me dice «hola» se arrodilla, reza un poco y se va.
Arreglo la mecha del cirio pascual.
Me pongo la mascarilla para ir a la panadería. Al salir de la iglesia me cruzo con Joan. Nos saludamos. Antes de entrar en la panadería leo las instrucciones: solamente dos clientes a la vez. «Buenos días. Querría llevarme esa tarta de manazana». Esa tarta de manzana está encargada. «Me alegro porque, en realidad, lo que yo quería llevarme es esa bandeja de pastelitos que está al lado». Seis euros. Pongo los pastelitos en el altar de santa Rita.
Entra un señor que debe medir algo así como un metro y setenta y cuatro centímetros y viste una camiseta blanca de mangas cortas. También lleva unos pantalones, claro, pero no recuerdo el color ni nada. Echa un vistazo a la iglesia y se va.
11:45
Voy al confesonario sin sotana porque me la dejé ayer en la casa abadía. Viene un penitente.
Capítulo XXII del Ceremonial de los obispos. La exposición y bendición eucarística.
Observo lo siguiente. El Ceremonial usa mayúsculas en «Santísmo Sacramento», «Palabra de Dios», «Padre», «Liturgia de las Horas», «Horas», «Ritual Romano», pero minúsculas en «hostia», en «misa», «celebración eucarística» y en el pronombre personal «él» referido a Cristo.
12:15
Voy a revestirme para la Misa.
13:00
Después de Misa visitamos el altar de santa Rita y hacemos entrega solemne de unos pastelitos de santa Rita a Rita Sala.
Joan me ayuda a recogerlo todo y a cerrar la iglesia. Me recuerda que hay que rezar por Laura.
Llamo a Rita, la viuda de Miguel, para felicitarla por su santo.
Pongo la homilía en el blog.
Envío la catequesis 36 de Cotelo.
Encuentro un mensaje que me han mandado mientras estaba en la panadería. Que si puedo ir a confesar. Lástima. Contesto a seis mensajes.
Felicito a Mari Mar que hoy cumple años y me voy a buscar las viandas que ha preparado doña Nati. A la vuelta felicito a la tercera Rita de hoy.
14:30
Capítulo 9 de La muerte de Ivan Ilich
Ivan delira por efecto del opio. Cuando se despierta despide a Gerasim y se echa a llorar. «Lloraba a causa de su impotencia, de su terrible soledad, de la crueldad de la gente, de la crueldad de Dios, de la ausencia de Dios».
Luego le habla la voz del alma.
«-¿Qué es lo que quieres?
-Quiero no sufrir. Vivir -se contestó.
-¿Vivir? ¿Cómo vivir? -preguntó la voz del alma.
-Sí, vivir como vivía antes: bien y agradablemente.
-¿Como vivías antes? ¿Bien y agradablemente? -preguntó la voz. y él empezó a repasar en su magín los mejores momentos de su vida agradable. Pero, cosa rara, ninguno de esos mejores momentos de su vida agradable le pa- recían ahora lo que le habían parecido entonces; ninguno de ellos, salvo los primeros recuerdos de su infancia. Allí, en su infancia, había habido algo realmente agradable, algo con lo que sería posible vivir si pudiese volver. Pero el niño que había conocido ese agrado ya no existía; era como un recuerdo de otra persona».
«Era como si bajase una cuesta a paso regular mientras pensaba que la subía. Y así fue, en realidad. Iba subiendo en la opinión de los demás, mientras que la vida se me escapaba bajo los pies... Y ahora todo ha terminado y ¡a morir!»
«Quizá haya vivido como no debía -se le ocurrió de pronto-. ¿Pero cómo es posible, cuando lo hacía todo como era menester?»se contestó a sí mismo, y al momento apartó de sí, como algo totalmente imposible, esta única explicación de todos los enigmas de la vida y la muerte».
«Pero por mucho que preguntaba no daba con la respuesta. Y cuando surgió en su mente, como a menudo acontecía, la noción de que todo eso le pasaba por no haber vivido como debiera, recordaba la rectitud de su vida y rechazaba esa peregrina idea».
Capítulo 10
Sigue preguntándose el porqué del sufrimiento y de la muerte en la más absoluta soledad. Y recordando que siempre ha cumplido con su deber no encuentra explicación para ese enigma.
Capítulo 11
Por fin acepta la verdad. Su vida ha sido un fraude.
Su esposa le propone que comulgue: «Jean, cariño, hazlo por mí (¿por mí?). No puede perjudicarte y con frecuencia sirve de ayuda. ¡Si no es nada! Hasta la gente que está bien de salud lo hace a menudo…».
«Cuando llegó el sacerdote y le confesó, Ivan Ilich se calmó y le pareció sentir que se le aligeraban las dudas y con ello sus dolores, y durante un momento tuvo una punta de esperanza. Volvió a pensar en el apéndice y en la posibilidad de corregirlo. Y comulgó con lágrimas en los ojos».
Pero el alivio dura solo un instante y, en cuanto reaparece su mujer, vuelve la convicción de que todo ha sido un fraude.
Capítulo 12
Durante tres días agoniza aullando de dolor. Y al tercer día, dos horas antes de morir, le ocurre algo que yo no contaré aquí.
FIN
15:04
Vamos a ver qué dice el parte de la tele.
16:00
Meditación. Los frutos del Espíritu Santo. (Gal 5, 22-23)
16:30
Hay que limpiar la imagen de las Tres Avemarías. Llega Teresa y me ayuda a llevarla a la puerta de la iglesia donde haremos el decenario al Espíritu Santo.
17:00
Decenario al Espíritu Santo. Segundo día: la caridad.
17:30
Despacho parroquial.
Lo primero el correo. Llega el NODI del obispado. Hay que poner en Fbk la Carta del obispo a los laicos. El día de Pentecostés se celebra la jornada de Acción Católica y del Apostolado Seglar. El Vicario General nos comunica que en los municipios de menos de 10.000 habitantes podemos llenar hasta un 50% del aforo. Hay que poner la noticia en Fbk y mandarla por wasap a las dos parroquias. Pero, un momento, el BOE dice que eso solo vale para municipios que tengan una densidad inferior a 100 habitantes por Km2. San Miguel tiene 102. Mi gozo en pozo. Hay que quitar la carta de Facebook. Factura de San Jorge: 39 dólares y 26 centavos. Ya está pagada. Borro dieciséis correos no deseados.
Lo segundo archivar cartas de bancos. ¡Me encanta!
Y, ya que estamos, limpieza del archivo. A la basura los papeles del banco con más de cinco años de antigüedad.
Y hay que limpiar la mesa.
18:30
Misterios dolorosos.
18:50
Visita al contenedor de papel. De paso, tiro la basura. Llamo a la puerta de Simon. No abre. Sé que está vivo porque Teresa me ha dicho que lo ha visto hoy mismo. Lo llamo por teléfono. Contesta. Que maña por la mañana vendrá a seguir pintando las puertas. Me felicito.
19:20
Fracasología. De María Elvira Roca Barea.
Vale más un respingo / y un taconeo / que todas las piruetas / del minueto. El flamenco mirando por encima del hombro a la música italiana de moda. Las majas y los manolos no se dejan amilanar por la moda francesa. A Jovellanos esto le molesta: «Otras naciones traen á danzar sobre las tablas los dioses y las ninfas; nosotros, los manolos y verduleras». Y comenta María Elvira: «Tengo para mí que uno de los objetivos de los afrancesados era matar al país de aburrimiento. No se sabe por qué, pero no tienen sentido del humor, com o si la superior conciencia de su misión redentora les vetara el desahogo».
En el siglo XIX «el baile andaluz y las bailarinas españolas triunfan en Londres» mientras aquí los árbitros de la elegancia desprecian todo lo español por parecerles poco europeo y moderno.
El apartado «Larra y la crítica a este país» (pp 209-216) no tiene desperdicio.
19.58
Que aún me duelas. Álvaro Petir Zarzalejos.
El poema XX (pp 37-38) tiene mucha gracia. Describe el infierno en el que los cultos atormentan a quienes confunden a la Veil con la Weil o no han leído Regiones lejanas decide —sabiamente— alejarse de los cultos.
(…) y quise entonces ser, no un hombre
culto, sino como el huerto que grana,
un hombre cultivado; atesorar
lo que Burke llamó tan bellamente
«la no comprada gracia de la vida».
Muy bien. Y el XXV, que empieza así
TE avisé: no te fíes de un hombre sin espada.
acaba aún mejor.
Pues, se acabó Que aún me duelas.
A ver qué hay por aquí. ¡Mira, mira! Twardowski. A este siempre vuelvo con ganas. A partir de mañana.
Hace requetebién en escribir Misa con mayúscula, y el Cielo que es Patria, Él que no lo hay más mayúsculo,la misma Hostia, su presencia en la Eucaristía, santo Rosario y edificante Vía Crucis, etc.. debería ser de precepto por sano, como el momentico para mirar fijamente al sagrario.Abrazos fraternos.
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