Hoy, como es martes, he estado en la Biblioteca Sacerdotal. Nos han servido un aperitivo normal y una comida rara: fabada con trozos de chorizo -de primero- y ensalada de tomate y tortilla de patata de segundo.
Durante el aperitivo he dicho algo acerca de la Iglesia de la Luz de Tadao Ando, pero creo que nadie me ha oído. Durante la comida don J.M. y yo hemos compartido la mesa del comedor de intelectuales y hemos analizado El sombrero de tres picos, de Pedro Antonio de Alarcón -con la fabada-, y otros temas de actualidad -con la tortilla y la ensalada-. En el comedor de sabios se oían risas y don R.M. defendía al Real Madrid (creo que los demás son del Barsa).
Los sabios han acaparado la tertulia y yo me he quedado profundamente dormido. Me han despertado mis propios ronquidos justo en el momento en que alguien decía: ¿Imaginan ustedes lo que pasaría si llegase a demostrase que el Apocalipsis se escribió antes del año setenta?
Iba yo a echar mano de mi HTC, -para anotar esa pregunta que da para un libro- cuando he recordado que mi HTC ya no obra en mi poder.
Después de la tertulia me he acercado al revistero: ¡Oh! -he exclamado, aunque nadie me ha oído, al encontrar allí el número 131 de la Nueva Revista-.
La Nueva Revista tiene ya más de veinte años, pero sigue llamándose "Nueva Revista" por la misma razón por la que que sigue llamándose "Historia Contemporánea" a Waterloo o "matrimonio" a cualquier ayuntamiento. Una vez que se le ha dado un nombre a algo, es muy difícil quitárselo.
En la portada podía leerse -en números y letras rojos-: 22 ESCRITORES ESPAÑOLES DEL SIGLO 21.
Hojeándola la he ojeado y me ha bastado para saber que en la primera parte había poesías de quince poetas y, en la segunda, relatos de siete relatores -¿o relatadores? ¿o poetas?-. 15+7=22. ¡Oh!
Entre los relatos, uno de don Enrique García Máiquez que habla de lo que puede verse en un espejo. Entre los poemas uno de don Enrique Andrés Ruiz, con este verso -el 42-: -La verdad está en ti, junto al deseo.
Luego me he vuelto a casa y me he zampado el número 131 de la Nueva Revista sin que el sonido de mi HTC interrumpiera mi atenta lectura.
Leo que se lo pasa usted muy bien en sus reuniones, ¡oh!
ResponderEliminarAnalizando tu entrada,Don Javier,se me ocurre que no tener movil tiene sus ventajas.Por ejemplo te permite analizar el hecho de que Waterloo,ahora,es solo un puente.Por lo demás tu comida con los sabios,no es rara.Es rica,para mi gusto,claro.Y si no entran el el glob de don Teb,no es raro que no sepan nada de la iglesia de Tadao Ando.Y como son sabios,además de intelectuales,pués no comentan y así quedan bien.Otros temas tratados,de actualidad claro,comprometen poco.Y reirse cuando alguien defiende al Real Madrid,está tirado.En fin,que lo importante es que nadie intente comprender lo incomprensible para que ninguna tia tuya,d Javier,tenga que irrumpir,o interrumpir,en el comedor.Un abrazo de Janusa
ResponderEliminarSe nota que echa ud. de menos su HTC...¿diamond?
ResponderEliminarAnimo D. Javier.
Un abrazo.
Balbi.