La Torre
viernes, 20 de junio de 2025
6:15
Salgo para el hospital por la carretera de la costa cruzando las salinas de Santa Pola.
7:00
Llego al hospital con tiempo para prepararlo todo y rezar el oficio de lectura y laudes.
7:40
Primera misa votiva de la Santa Cruz.
Terminada la misa, lo recojo todo y me siento para mirar fijamente al sagrario.
8:45
Salgo para San Miguel pasando por la azotea del hospital.
9:15
Abro la iglesia de San Miguel y reviso las velas.
En la casa abadía pongo una lavadora.
10:00
De vuelta a la iglesia me encuentro con Joan que está llegando. Me revisto y voy al confesonario.
Tercia.
Leo otra escena de La gracia de Cristo.
Un penitente. Muy bien.
Empiezo la lectura —recomendada por EGM— de Los chicos de la calle Pál.
11:00
Segunda misa votiva de la Santa Cruz.
Después de la misa charlo con Joan, rezamos en ángelus, nos despedimos, vuelvo a la casa abadía y tiendo la ropa.
12:45
Salgo para La Torre oyendo un debate espantoso entre Miguel Tellado y María José Montero. En cuanto puedo, aparco el coche, quito el debate espantoso y pongo mi selección de poemas.
…
Como con Arantxa, Jesús y Ana.
Luego, venciendo la pereza, salgo para Alicante. Tengo que ir a la tienda de Apple y al Corte Inglés. Sufro mucho porque imagino las colas en Apple y me veo buscando pantalones en El Corte Inglés y persiguiendo a algún dependiente…
Atormentado por estos pensamientos angustiosos, aparco mi Lamborghini y camino hacia la tienda de Apple. En la puerta hay un código de barras o algo así para pedir turno. Voy a escanearlo cuando se me acerca una amable moza que se interesa por el motivo que me ha llevado hasta la tienda, se lo revelo, se ofrece a atenderme y me atiende. Veinte minutos después salgo de allí habiendo solucionado satisfactoriamente el problema que me llevó hasta allí. Me felicito.
Camino hacia El Corte Inglés, llego, entro, subo a la segunda planta, busco la sección de pantalones cojo los primeros que encuentro y abordo al primer dependiente con el que me topo: «¿Estos pantalones serán de mi talla?». El dependiente me mira, mira los pantalones y me dice que no, que mi talla debe de ser la 46. Acto seguido busca unos pantalones como los que he elegido, pero de la talla 46, y me los da para que me los pruebe. Me sientan bien. Se los devuelvo y le pido dos pares iguales. No tienen más que esos que me he probado. Los pago. La cosa no ha durad más de veinte minutos. Me felicito y, ahora sí, paseo por El Corte Inglés disfrutando del aire acondicionado y de la multitud impresionante de objetos que no necesito.
Recojo mi Lamborghini y vuelvo a La Torre.
No ha sido tan dramático.
…
20:00
Tercera misa votiva de la Santa Cruz.
Luego salgo a pasear con Arantxa y Jesús por el palmeral. Charlamos.
Vamos a cenar en el patio de la Casa Roja con Ana.
Me despido de todos anunciando que dejaré esta página del diario para mañana y agradeciendo su hospitalidad.
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Es usted muy amable. No lo olvide.