martes, 15 de octubre de 2024

Diario. Martes, 15 de octubre de 2024

 San Miguel de Salinas

martes, 15 de octubre de 2024


La esencia del país de las hadas  no es otra que la de  ser un país  cuyas leyes ignoramos.

(Chesterton, Un cuento de hadas)


7:25

Abro la iglesia.

Oficio de lectura y laudes. 

Me siento para mirar fijamente el sagrario. 

8:20

Vuelvo a la casa abadía, me preparo un desayuno ligero, recojo todo. 

9:00

Empiezo la reconstrucción de las catequesis perdidas sobre la Iglesia en Españita. 

10:00

Trasteo un poco en X. 

Lectura del Evangelio de san Juan. 

Limpio la mesa del despacho y voy a la iglesia. 

10:25

Saludo a Joan y le doy una breve catequesis sobre el significado de los dos manteles del altar y del mantel del comulgatorio. 

Mensaje de Luis: vendrá a verme esta mañana. 

10:35

Me siento en el confesonario. 

Tercia. 

11:00

Felicito a Teresa.

Misa de Santa Teresa de Jesús. 

11:30

Le doy a Teresa la minicatequesis sobre los manteles del altar. 

Viene Luis, como estaba previsto. Charlamos. 

12:00

Voy a la casa abadía. 

Ángelus. 

Empiezo a rehacer el inventario de bienes muebles de la parroquia que se perdió con mi Mc viejo. 

Hago el Índice: 

I BIENES MUEBLES QUE SE CONSERVAN EN LA IGLESIA PARROQUIAL

  1. Campanario.
  2. Templo: Imágenes.Bancos.Sagrario. Órgano.Otros muebles.
  3. Sacristía:Vasos sagrados.Ornamentos. Libros litúrgicos. 

II BIENES MUEBLES QUE SE CONSERVAN EN LA CASA PARROQUIAL

  1. Despacho.
  2. Sala de estar.
  3. Cocina y terraza.
  4. Dormitorio 1
  5. Dormitorio 2
  6. Vestidor. 

III BIENES MUEBLES QUE SE CONSERVAN EN LOS LOCALES PARROQUIALES

  1. Despacho de Cáritas.
  2. Aula pequeña.
  3. Aula grande. 

IV INVENTARIO DE LIBROS PARROQUIALES

Luego voy a la iglesia y hago el inventario de los bienes del campanario (fundamentalmente dos campanas, un reloj y una veleta) y de los que hallo en el templo, entre ellos veintisiete imágenes y catorce estaciones del Via Crucis. Añado un comentario a los objetos que tienen más de cien años y a los que poseen algún valor artístico. Dejo constancia de los que se encuentran en depósito. Cuando lo sé, anoto la fecha y el precio de compra o la fecha de la donación y el nombre de los donantes. Por ejemplo, las tres alfombras de Crevillente que están en el presbiterio fueron donadas por Mundoalfombra entre los años 2021 y 2024. ¡Gracias!

Dejo el inventario de la sacristía para otro rato.

13:10

Vuelvo a la casa abadía y visito a santa Teresa en «La casa de los santos». 

Lectura de «La felicidad donde no se espera». 

Recojo todo. Quito el polvo del despacho y del cuarto de estar, trasteo en X y me voy a casa de doña Nati. 

14:41

Me despido de doña Nati

Visita al Santísimo. 

Voy a la casa abadía y me lavo las manos hasta los codos y la cara hasta las orejas  porque hemos comido costillas de cabritillo. ¿Con los dedos? Sí.

15:00

Noticias en Antena 3. 

Archivo el recibo que me ha dado Luis y anoto en la parroquia los cuatrocientos euros que le he dado a Luis

15:40

Misterios dolorosos.

16:05

Reviso el correo. Me escriben de una empresa francesa de genealogistas que buscan herederos: ADD Associés. Uno de sus detectives necesita husmear entre los libros parroquiales. Contesto para concertar una cita. 

Oigo en YouTube un comentario exegético a las lecturas del próximo domingo. 

Ataco el documento «Meditaciones sobre el Evangelio de San Juan». 

Leo en «Lectura y locura» —una maravilla— el capítulo titulado «Un cuento de hadas». En la página 140 me detengo para meditar sobre esta frase: «Nos hemos olvidado de cuanto hemos olvidado». Creo que, donde dice «cuanto» debería decir «cuánto». No sé, pero estoy casi seguro de que se trata de una errata. 

17:15

Voy a la iglesia. Me rocío los tobillos, y las orejas con repelente de insectos y me siento ante el sagrario. «Una verdadera humildad con luz que da aquí el Señor… para que conozcamos que ningún bien tenemos de nosotros». (Santa Teresa de Jesús, Libro de la Vida 15,14) «El  fraile franciscano solo tiene conciencia de su poco valor, no es consciente de  su alegría». (Chesterton, La paradoja de la humildad)

17:50

Voy a llevarle la comunión a Ana

Atascazo en Torrevieja. Misterios gozosos con BXVI.

A Ana ya le han quitado la escayola. La encuentro con su hija Elena que ha venido de Londres. 

18:45

Vuelvo a San Miguel. Atascazo en Torrevieja. Misterios gloriosos con BXVI.

19:20

Vísperas. 

Apago las luces y cierro la iglesia. 

19:45

Preparo una cena ligera —espárragos con mayonesa— la bendigo y me la zampo oyendo «La brújula». Hablan Javier Gomá y José María  de Areilza con Rafa Latorre. 

20:15

Recojo todo, aseo un poco la cocina y aprovecho que empiezan los anuncios para desengancharme de «La brújula», sentarme ante mi  nuevo Mc y recapitular el día. 

Daría cualquier cosa por charlar con Chesterton acerca de santa Teresa de Jesús y de esa humildad suya que nacía de su trato con Dios. A santa Teresa la imagino en el Cielo amiguísima de fray Junípero, el discípulo de san Francisco que —según las «Florecillas» una vez se columpió para humillarse. Chesterton dice que, aunque el lector moderno tienda a sospechar que fray Junípero se columpió para pasar un buen rato, la verdad hay que buscarla en esa imagen del columpio que confirma la frase evangélica: «El que se humilla será enaltecido». Y ya, en plena divagación, me acuerdo de esto otro de san Juan de la Cruz: «Para llegar a donde no sabes…».

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