martes, 17 de septiembre de 2024

Diario. Martes, 17 de septiembre de 2024

 San Miguel de Salinas

martes, 17 de septiembre de 2024


Perplejidad en la sacristía

Teresa me ha preguntado que si vamos a celebrar la memoria de san Roberto Belarmino o la de santa Hildegarda de Bingen. Difícil elección entre dos doctores de la iglesia. Santa Hildegarda todavía no está en el propio de los santos de nuestro misal. Hemos honrado la memoria de san Roberto Belarmino por la mañana en San Miguel, la de santa Hildegarda por la tarde, en La Mata. 


Meditaciones sobre geopolítica

Por lo visto, alguien le preguntó a Xi Jinping, el Abraracurcix de la China, sobre la transición ecológica. Su respuesta fue: «Cuando lo viejo funciona, aunque sea regulín, y de lo nuevo no sabemos nada, no hay que deshacerse de lo viejo». Él lo dijo en chino, claro. Quería decir, según los expertos en proverbios chinos, que allí van a seguir quemando carbón y exportando coches eléctricos para Suecia. 

Es como si hubiera estado leyendo uno de esos buenos libros de pastoral de antaño. 

Se ve que no es tan fácil engañar a un chino. 


Minicatequeis para novios

Caso práctico: Es la víspera de vuestra boda. Habéis ido a la iglesia para ocuparos de los últimos detalles. Estando allí, os enteráis de que el Gobierno ha decretado el estado de excepción. Todos los españolitos deben recluirse en sus domicilios durante, al menos, un mes. El cura del lugar huye para confinarse en casa de su anciana madre que no puede quedar desatendida durante tanto tiempo. Imposible encontrar a otro sacerdote. Se os plantea un dilema: volver cada uno a la casa de sus padres o iros juntos a la casa que ya habéis preparado para que sea vuestro domicilo conyugal. En ese momento,  JM dice: «Querida MC, yo sería el hombre más feliz del mundo si accediera usted a tomarme  por esposo y me concediera el privilegio de tomarla como esposa. De hecho no aspiro a nada más en la vida». Y MC responde: «Vale». Acto seguido, sin perder un momento, voláis a Más y Más, hacéis una compra suficiente como para sobrevivir un mes y os encerráis en vuestro domicilio conyugal. La pregunta es: ¿estáis casados? 


Libros que llevan a libros

He  llegado  a la tercera parte de «Una escala humana». En el capítulo intitulado «Memoria de un deslubramiento», el autor hace precisamente eso: rememora el pasmo que le produjo la lectura de «Textos», de Gómez  Dávila y que lo decidió a zamparse «Escolios a un texto implícito». Y cuenta que, luego, él mismo escribió «Fragmentos» y «Contramundo», y que lo hizo «al amparo de la sombra tutelar de don Nicolás». Libros que llevan a libros. 


Citas de hoy

«Desde que he empezado a concurrir a Olimpia, nunca he encontrado a nadie superior a mí en nada». 

(Hipias a Sócrates en «Hipias menor»)


«Tal vez en algún país extranjero, más allá de las estrellas, sea posible al mismo tiempo poseer y disfrutar». 

(Chesterton en «Mudanza»)


La higuera y la Cruz

(Retiro en el hospital)

Subiéndose a la higuera, Zaqueo queda expuesto a las miradas de todos, como un crucificado. No parece temer el qué dirán los jericoanos y las jericoanas cuando vean a todo un jefe de publicanos trepando a un árbol como un niño. Es bajito y quiere ver a Jesús: lo de demás no importa. Se pone el mundo por montera y ande yo caliente etc. 

Por su  parte, Jesús tiene querencia por las higeras. Más adelante  se acercará a una y solamente hallará hojas, pero ni un higo. Y maldecirá la higuera aunque no es tiempo de higos. Esta vez, en cambio, encuentra fruto en la higuera. Se alegra Jesús por la higuera y por Zaqueo. Y se alegran la higuera y Zaqueo que serán amigos para siempre porque ese día fue de salvación para los dos. 

Banquetazo. Las copas van de mano en mano. Se bebe y se canta y se escuchan de labios del Divino Maestro parábolas nuevas jamás antes oídas  en el mundo que, con la imagen de una mujer que barre su casa hasta que encuentra su monedita o con la imagen del pastor que encuentra a la oveja perdida, hablan  del Cielo y de la alegría que hay allí cuando un pecador se arrepiente. 

Algunos jericoanos y algunas jericoanas espían desde sus ventanas con un poco de envidia y corren a dar su versión de la cosa en Fbk: «A entrado ha comer ya vever en casa de un pecador». «Haber en que hacava hesto». «Biene un forastero y nos lo canvia todo». «¡Qué mal gusto tienen los nazarenos!».

Al día siguiente, Zaqueo vuelve a subirse a la higuera y —desde allí— empieza a arrojar talentos de oro y de plata, razón por la cual, hasta el día de hoy, los jericoanos y las jericoanas están muy orgullosos de su higuera.

21:12

Suena el teléfono. Es Antonio. Que su madre se ha puesto muy malita y está en la UCI. Voy volando. Hay algunas nubes pero se ve, imponente, la luna casi llena sobre la salina. Y recuerdo que esta mañana vi a Antonio padre con Lupe en El Paseo y me extrañó no ver a Amabilidad. 

Entro a la UCI con sus hijos que están muy apenados y me dicen: «Uno querría retenerlos siempre  aquí a su lado». Amabilidad está sedada. Le doy la absolución y la unción. 

22:12

Vuelvo a casa y respondo a un mensaje de Javier Almidas. La misión ha durado, exactamente, una hora. Termino de escribir la página de mi diario de hoy. 

7 comentarios:

  1. Como le va! Me gustó mucho su meditación pero creo no es una higuera sino que es un Sicomoro. Me animo a corregir porque creo que los árboles son muy significativos en la Biblia y casi nunca repiten. El árbol del bien y del mal, la rama de olivo de Noé, la Zarza ardiente, la Retama de Elias, el ricino de Jonás, el cedro del Líbano. Me debo olvidar unos cuantos. Ni hablar de los árboles en el Evangelio. Hoy también es día de san Alberto de Jerusalem. Un abrazo desde Argentina.

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  2. Otro, fuerte, desde Españita. Gracias por su atención. Pregunto: ¿acaso no es el sicomoro una higuera? :-) (JV)

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  3. Sí, pero es una higuera un poco bastante más alta 😎😊. Sospechaba que usted sabía que eran prácticamente lo mismo, y usted hacía la reducción comparativa para poder decir algo más. Me lo acaba de confirmar. Muchas gracias. Pero esto le quería decir: creo que en el evangelio por eso se hace la distinción, por la altura, pero váyase a saber. En todo caso, siempre leí sobre los árboles y me gustan mucho y de chico me gustaba treparme y lo que entendía era también que Zaqueo se había animado a subir a semejante árbol y no a una higuera común que son mas bien bajitas. Encima los dos son medio pegajosos -no tanto como la corteza de un pino, lambertiana o cedro-: si por accidente se rompe alguna hoja, largan un jugo blanco, látex creo se le dice que hace que se peguen las manos. Creo que son matices que sirven. Que se yo. Le mando un saludo y discúlpeme mi atrevimiento leguleyo. Un abrazo!

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  4. Al contrario, agradezco su atención. Tan amable.

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  5. zaqueo es.un.personaje al que quiero y admiro mucho. Carece del antipático respeto humano y se entusiasmo al ver.a Jesús ÿ escucharle.Le.cambia.la vida y ya.todo le parece poco para.entregarlo y ser Félix.

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    1. A mí también me cae muy bien san Zaqueo. :-) (Javier)

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Es usted muy amable. No lo olvide.