martes, 2 de junio de 2020

Santos Marcelino y Pedro

martes, 2 de junio de 2020
Martes de la novena semana del tiempo ordinario
Santos Marcelino y Pedro, mártires

Al celebrar la memoria de los santos Marcelino y Pedro, que sufrieron el martirio durante la persecución de Diocleciano, en el siglo III, recordamos que el cristiano debe estar dispuesto a morir  antes que negar a Cristo. 
Como el poder de las tinieblas sigue obrando en el mundo, actuar con justicia y rectitud no siempre sale gratis. Ser cristiano significa estar dispuesto, como Cristo, a pagar el precio del dolor, de la incomprensión y hasta de la muerte «por causa de la justicia».
Hemos leído en la segunda carta de san Pedro: «estad en guardia para que no os arrastre el error de esos hombres sin principios, y perdáis pie». 
Mientras vivamos en este mundo necesitaremos prudencia vigilante y fortaleza de ánimo para vencer las tentaciones y realizar el bien que Dios espera de nosotros.
Y, como no podemos fiarnos de nuestras propias fuerzas, lo más prudente es repetir cada día: «no nos dejes caer en la tentación». 
«¡Dichosa tú, santa María Virgen, porque, sin morir, has merecido la palma del martirio, junto a la cruz del Señor!»


2020 June 2nd, Tuesday
Tuesday of the ninth week in ordinary time
Saints Marcellin and Peter, martyrs

In celebrating the memory of the saints Marcellin and Peter, who suffered martyrdom during the persecution of Diocletian, in the third century, we remember that a Christian must be willing to die before denying Christ.
As the power of darkness continues to operate in the world, acting with justice and righteousness is not always free. Being a Christian means being willing, like Christ, to pay the price of pain, misunderstanding, and even death "because of righteousness."
We have read in the second letter of Saint Peter, "Therefore, dear friends, since you have been forewarned, be on your guard so that you may not be carried away by the error of the lawless and fall from your secure position."
As we live in this world, we will need vigilant prudence and moral strength to overcome temptations and do the good that God expects of us.
Since we can't trust our own strength, the wisest thing to do is to repeat every day, " lead us not into temptation,."
"Blessed are you, Holy Virgin Mary, because, without dying, you have deserved the palm of martyrdom, next to the Lord's Cross!"

2 comentarios:

Es usted muy amable. No lo olvide.