domingo, 10 de mayo de 2020
7:00 Misa del Papa en santa Marta.
Apuntes sobre la linda homilía del Papa.
Discurso de despedida de Jesús: va al Padre, lo que pidáis en mi Nombe lo haré.
Al Padre, al que cuida de las aves del cielo y dice que valemos más que los pajaritos.
Confiar en Aquel que es omnipotente.
Hace falta coraje para orar como Abraham que se pone en la presencia de Dios para negociar la salvación de Sodoma o de sus justos.
Luchar con Dios.
Moisés también se pone delante de Dios para interceder por el pueblo.
Quejas en la primera Iglesia: las viudas de los griegos no están atendidas como las nuestras.
Los apóstoles buscan una solución: varones que se ocupen de ese servicio o diaconía para que los mismos apóstoles puedan dedicarse a orar y a predicar. Tarea principal del obispo: orar y anunciar la Palabra.
El Espíritu Santo nos enseña que es Dios quien hace las cosas. La Iglesia avanza en la medida de la oración. La audacia de la Iglesia es la oración.
¡Gacias Papa Francisco!
7:45 Empieza a llover en san Miguel de Salinas. 7:58 Empieza a tronar en San Miguel. En seguida empieza a diluviar y las avecillas, que revoloteaban aún bajo la primera lluvia, se refugian en sus nidos y enmudecen. 8:18 Las calles desiertas de San Miguel se han convertido en torrenteras. 8:45 Amaina. Los polluelos vuelven a alborotar exigiendo su ración.
Wasap a un párroco de Almería interesándome por una partida que solicité hace un mes y que no ha llegado. Me responde que la notaría de la curia cerró por la peste y que no abre hasta el martes y que en cuanto abran y pueda legalizarla la mandará. Le respondo que mil gracias. Informo a los interesados de que la cosa va. Los interesados se felicitan de que la cosa vaya.
Wasap de la facilitadora de bodas para irlandeses. Que la boda programada para octubre se retrasa hasta mayo del 2021. Que si hay problema. Apunto la cancelación y la nueva fecha y contesto que no, que no hay problema.
Mando la traducción de la homilía a Joan y a Mim para que la corrijan.
9:00 Me aplico a la lectura de De los nombres de Cristo de fray Luis de León.
Marcelo, Juliano y Sabino empiezan hablando de los nombres en general. Retomo la lectura con el primer nombre de Cristo: Pimpollo. «Es llamado Cristo Pimpollo, y explícase cómo le conviene este nombre, y el modo de su maravillosa concepción».
«En la lengua original es Cemach, y el texto latino de la Sagrada Escritura unas veces lo traslada diciendo Germen, y otras diciendo Oriens».
Jeremías anuncia así su nacimiento: «Y haré que nazca a David Pimpollo de justicia, y haré justicia y razón sobre la tierra». Pero ¿no será el nacimiento de Zorobabel el que se anuncia aquí como dicen algunos? No, dice Marcelo, pues, dejando a un lado el hecho de que Zorobabel no desciende de David, con ese príncipe el pueblo vivió «mucho trabajo, mucha pobreza, mucha contradicción, y ninguna señalada felicidad, ni en lo temporal ni en los bienes del alma».
Juliano declara que, oyendo a Marcelo, tiene ganas de Cristo, pero lo dice así de bien: «Ha rato ya que el nombre y esperanza de este fruto ha despertado en nuestro gusto golosina de él». A lo que Marcelo responde: «Merecedor es de cualquiera golosina y deseo porque es dulcísimo fruto, y no menos provechoso que dulce, si ya no le menoscaba la pobreza de mi lengua e ingenio».
Marcelo se pregunta entonces qué bienes hay y a qué bien se endereza toda la creación. «A la naturaleza pertenecen los bienes con que se nace, a la gracia pertenecen aquellos que después de nacidos nos añade Dios. El bien de la unión personal es haber juntado Dios en Jesucristo su persona con nuestra naturaleza». Así « en los bienes de la naturaleza todas las criaturas se avecinan a Dios; (…) las que tienen entendimiento en los bienes de gracia; y en la unión personal sola la humanidad de nuestro redentor Jesucristo». Y concluye: «necesariamente se sigue que Dios, a fin de hacer esta unión bienaventurada y maravillosa, crió todo cuanto se parece y se esconde, que es decir que el fin para que fue fabricada toda la variedad y belleza del mundo fue por sacar a luz este compuesto de Dios y hombre, o, por mejor decir, este juntamente Dios y hombre que es Jesucristo».
Y como el árbol se hace para el fruto, la creación entera se hace para Cristo que es, por eso, llamado fruto y pimpollo.
El segundo nombre es «Faces de Dios» pero tengo que preparar el misal, el ambón, el libro de la sede y el leccionario.
10:30 Doña Nati me dice que ha muerto Jose Manuel, marido de Maria Victoria. Cincuenta mensajes de wasap. Joan no puede venir a misa porque se le ha inundado la casa. Me manda las correcciones a la traduccion. También Mim me manda sus correcciones. ¡Vivan las chicas!
10:40 Hablo con Maria Victoria, doy el toque de difuntos y voy al tanatorio.
A las doce misa de doce.
Enrique García Máiquez escribe un artículo estupendo sobre el crucero Baleares que da nombre a una calle de El Puerto de Santa María. Al parecer Mulet —senador designado por la Cortes Valencianas— ha pedido al Ayuntamiento de El Puerto que borre ese nombre del callejero. Es el mismo senador que hace unos días pedía al Ayuntamiento de Alicante que cambiara el nombre de la Calle del Franco.
Leo en Religión en Libertad que dos religiosas se han ido al círculo polar ártico para vivir allí tan campantes rezando por la salvación de los que viven en tinieblas y sombras de muerte. Leo en Fundeu que «círculo polar ártico» se escribe con minúsculas.
14:00 Doña Nati me ha preparado un muslo de pollo con sus patatas y todo. ¡Viva doña Nati! ¡Vivan todas las chicas del mundo que aman y miman a los chicos por amor de Dios!
Misterios gloriosos.
Empiezo la segunda parte de Fracasología: De la Guerra de la Independencia al 98.
Muñoz Torrero. Centauro: cura y liberal. Padre del constitucionalismo español.
Afrancesados: «No eran la representación de una España que luchaba por la modernidad (…) sino los valedores del absolutismo». Aunque —digo yo— el absolutismo es una cosa bastante moderna.
Por fin empiezo a leer Dignidad, de Javier Gomá.
Conoce tu dignidad. Donde se expone el plan del libro y su intento que es el de consolar al triste.
1. Qué es la dignidad. Donde se da cuenta de cómo la dignidad pasó de ser atribuida a algunos individuos distinguidos a ser reconocida al común de los mortales.
2. Escándalo de la muerte y arte de vivir. Lo dejo para mañana.
17:00 Vuelvo al tanatorio. Saludo a Tatono y a su mujer; a María Victoria, a Humberto, a Alexandra, a Borja y a Raquel.
Cuando subo a mi lujoso Seat León para volver a casa veo que lo veo todo borroso. Cierro un ojo y nada. Lo abro y nada. Cierro el otro y nada. Miro a lo lejos y lo veo todo borroso. Me miro las manos y las veo bien. Me las llevo a los ojos y resuelvo el misterio. En vez de ponerme las gafas de sol me he puesto las de leer.
En la iglesia miro fijamente al sagrario durante media hora. Paso por casa de doña Nati para recoger la botella de cava que me tiene reservada porque es domingo.
Fiel a mi cita con Newman llego al sermón intitulado La cobardía religiosa. Me estremezco un poco al pensar que un valiente anglicano va a cantarme las cuarenta en la fiesta de san Marcos evangelista de 1831.
El sermón empieza ex abrupto así: «Los hechos principales de la vida de san Marcos son los siguientes: primero…» Y, en el mismo párrafo enumera cuatro hechos principales de la vida de san Marcos.
Cuando Newman empieza enumerando hechos nos avisa de que no va a hacer un fervorín piadoso y de que, si nos descuidamos, nos abrirá la cabeza. Podemos estar seguros: disculpará a san Marcos sin siquiera acusarlo de cobardía pero retratará nuestra propia cobardía de tal modo y manera que, o nos abre la cabeza a la gracia de la conversión o nos deja descalabrados.
(Son la s 18:40 y ha empezado —otra vez— a diluviar en San Miguel)
Después de enumerar los hechos como quien prepara argumentos sólidos como piedras, Newman enuncia «los temas que cabe estudiar en esta historia». No dice «meditar» o «considerar» o «mirar en Wikipedia» sino «estudiar». Me estremezco de nuevo porque sé que, para escribir este sermón, Newman ha estudiado más que yo en toda mi vida. Los temas a estudiar son estos: «Abandonó la causa del evangelio en cuanto apareció el peligro y, después, demostró ser un decidido siervo de Dios. Fundó la Iglesia de Alejandría. El instrumento de este cambió fue, al parecer, (…) san Pedro, que recuperó a un discípulo timorato y reticente».
(Interrumpo la lectura para mirar por la ventana porque ha dejado de llover. Antes de reanudarla me encomiendo a san Pedro en mi calidad de discípulo timorato y reticente).
No voy a copiar todo el sermón cuyo tercer párrafo empieza así: «La enseñanza que recibimos de (…) la historia de san Marcos es que incluso el más débil de nosotros puede hacerse fuerte a través de la gracia de Dios».
Luego vienen otros seis párrafos como seis pedradas que, o te abren la cabeza a la gracia de Dios, o te dejan malherido y como descalabrado que es lo mismo.
Cito solamente una de esas pedradas. Algunos cristianos «son hombres cultivados y de gusto refinado (aquí Newman está hablando de sí mismo) que abandonan pronto la vida dura del peregrino, a la que son llamados (aquí habla de mí), como algo extraño y extravagante. Para decirlo claramente, un estado de persecución no es lo que se suele llamar familiarmente su elemento natural».
Tengo que rezar vísperas. San Pedro ¡ruega por mí!
Menos mal que, al final, nos dice Newman que «no hace falta pasar por las tribulaciones de los apóstoles para alcanzar su fe» y que «podemos alcanzar la santidad si empleamos los medios que se nos han dado».
Unos años después Newman comprendió que esos medios que se nos han dado son los siete sacramentos conservados en la Iglesia Católica. Con una humildad pasmosa pidió ser admitido en esta Iglesia en la que yo he nacido y a la que —descalabrado de mí— no he sabido decir «¡Gracias!».
Vísperas. Pero, un momento. ¿Oigo voces en la calle? Me asomo a la ventana. ¡Gente paseando! ¡Ah, claro, la nueva normalidad! ¡El paseo de las 20:00 que el Gobierno, graciosamente, ha concedido a los presos!
¿Qué haces mirando por la ventana? ¿No tendrías que estar cantando las vísperas del quinto domingo de Pascua?
Ya voy, ya voy.
Pues ve y deja de criticar.
Pero, ¡si no he criticado!
Sí, has criticado. Y lo sabes.
Domine, labia mea aperies. Et os meum annuntiabunt laudem tuam.
Con estos amables colorados de avivado corazón guerracivilista, que nos den el paseo es para temblar. Me recordó un señora que en la radio se quejaba preguntando cómo era posible que después de tantos años seguían franqueando las cartas. Esta gente, con los cohetes de noche vieja deben tomar las uvas en refugios antiaéreos. Sorprendido con el nombre de Jesús, Pimpollo de David, pero no me atreveré a decírselo, me quedo con esta perlica suya: el más débil de nosotros puede hacerse fuerte a través de la gracia de Dios. Abrazos fraternos.
ResponderEliminar